Comenzamos con la mini-empresa «Talme» hace ya siete años. La idea surgió para dar dinamismo al aula de educación especial en un instituto de secundaria, de las que somos tutoras. Los alumnos/as necesitaban unos contenidos más ajustados al mundo cotidiano que les rodea y que por otra parte, pudieran servirles en un futuro para desempeñar un trabajo. A través del proyecto INNICIA pudimos crear una mini-empresa que abordara nuestros contenidos curriculares con una aplicación práctica: lectoescrituta, cálculo básico, manejo del dinero, expresión oral y escrita, mejora de la motricidad fina, habilidades sociales, emprendimiento, creatividad, y muchas otras más.
Aunque los comienzos fueron complicados, el planteamiento fue todo un éxito. Los alumnos estaban entusiasmados de poder aprender de una manera más divertida.
Lo primero que hicimos fue pensar qué queríamos hacer y nos planteamos la creación de pequeñas manualidades con materiales de reciclaje y artículos de repostería que elaborábamos en nuestro taller de cocina.
Más tarde creamos nuestros estatutos con las funciones de cada uno, los días de venta y, por supuesto, el nombre y el logo de la empresa. Después de mucho pensar el resultado fue «TALME», que se forma con las iniciales de nuestros nombres: Marcos, Trini, Ana, Ester, Marcos, Espe y Lina, que aparecen en la foto siguiente.
Los alumnos disfrutaban con el trabajo de la mini-empresa ya que era una aplicación más práctica de todo lo que aprendían en el aula de educación especial, además de suponer una integración más efectiva con el resto de compañeros y profesores del instituto.
El dinero recogido en las ventas lo empleamos para financiar nuestras salidas y excursiones y para colaborar en el apadrinamiento de un niño con «Ayuda en Acción» con el que manteníamos contacto por correo.