UNIVERSO LORCA: «HERBARIO LORQUIANO»

UNIVERSO LORCA: «HERBARIO LORQUIANO»

Todos sabemos que Lorca era un apasionado desde niño de la naturaleza, que podía pasar horas jugando con insectos y apreciando la belleza de

las plantas. De algunas de ellas dejó hermosos poemas que han sido seleccionados para analizar sus características y dejar muestra de todos sus datos (con su poesía correspondiente) en los trabajos que hemos denominado «Herbarios lorquianos».

RECOGEMOS muestra de los herbarios de Lucía Rodríguez Jiménez y Helena Gutiérrez Espínola de 1ºESO C  a cargo de los profesores Begoña y Manuel Trescastro.

Los poemas seleccionados son los siguientes y mostramos fotos del proceso de creación de uno de ellos:

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Flor de jazmín y toro degollado

CASIDA DEL SUEÑO AL AIRE LIBRE

Flor de jazmín y toro degollado.
Pavimento infinito. Mapa. Sala. Arpa. Alba.
La niña finge un toro de jazmines
y el toro es un sangriento crepúsculo que brama.

Si el cielo fuera un niño pequeñito,
los jazmines tendrían mitad de noche oscura,
y el toro circo azul sin lidiadores,
y un corazón al pie de una columna.

Pero el cielo es un elefante,

y el jazmín es un agua sin sangre
y la niña es un ramo nocturno
por el inmenso pavimento oscuro.

Entre el jazmín y el toro
o garfios de marfil o gente dormida.
En el jazmín un elefante y nubes
y en el toro el esqueleto de la niña.

 

CANCIONES ANDALUZAS (Canciones 1921-1924)

Galán
galancillo.
En tu casa queman tomillo.

Ni que vayas, ni que vengas,
con llave cierro la puerta.

Con llave de plata fina.
Atada con una cinta.

En la cinta hay un letrero:
«Mi corazón está lejos.»

No des vueltas en mi calle.
¡Déjasela toda al aire!

Galán,
galancillo.
En tu casa queman tomillo.

 

EL POETA PIDE A SU AMOR QUE LE ESCRIBA (Sonetos del amor oscuro)

Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.

El aire es inmortal. La piedra inerte
Ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.

Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.

Balada amarilla (en la colza amarilla)

En lo alto de aquel monte
hay un arbolito verde.

Pastor que vas,
pastor que vienes.

Olivares soñolientos
bajan al llano caliente.

Pastor que vas,
pastor que vienes.

Ni ovejas blancas, ni perro,
ni cayado,ni amor tienes.

Pastor que vas,
como una sombra de oro
en el trigal te disuelvas.

Pastor que vienes.

CANCIONCILLA SEVILLANA (ROMERO)

Amanecía
en el naranjel.
Abejitas de oro
buscaban la miel.
¿Dónde estará
la miel?
Está en la flor azul,
Isabel.
En la flor,
del romero aquel.
(Sillita de oro
para el moro.
Silla de oropel
Para su mujer.)
Amanecía
En el naranjel.

VERBENA

Las tres hojas

Debajo de la hoja
De la verbena
Deba, debajo, debajo de la hoja,
Debajo, debajo de la hoja
Debajo de la hoja de la verbena
Tengo a mi amante malo:
¡Jesús, qué pena!
Deba, debajo, debajo de la hoja,
Debajo, debajo de la hoja
Debajo de la hoja de la verbena.

Debajo de la hoja
De la lechuga
Deba… lechuga
Tengo a mi amante malo
Con calentura
Deba… lechuga.

Debajo de la hoja
Del perejil
Deba… perejil
Tengo a mi amante malo
Y no puedo ir.
Deba… perejil.

Doña Rosita la soltera o
El lenguaje de las flores

Cuando se abre en la mañana,

roja como sangre está.
El rocío no la toca
porque se teme quemar.

Abierta en el medio día

es dura como el coral.
El sol se asoma a los vidrios

para verla relumbrar.
Cuando en las ramas

empiezan los pájaros a cantar
y se desmaya la tarde
en las violetas del mar,
se pone blanca, con blanco
de una mejilla de sal.
Y cuando toca la noche

blando cuerno de metal
y las estrellas avanzan

mientras los aires se van,
en la raya de lo oscuro,
se comienza a deshojar.

FRAGMENTO SUELTO DE LA ORACIÓN DE LAS ROSAS:

Flor eterna. Conjuro al suspiro.
Flor grandiosa, divina, enervante,
flor de fauno y de virgen cristiana,
flor de Venus furiosa y tonante,
flor mariana celeste y sedante,
flor que es vida y azul fontana
del amor juvenil y arrogante
que en su cáliz sus ansias aclara.

Verde que te quiero verde

Verde que te quiero verde
verde viento verdes ramas
el barco sobre la mar
el caballo en la montaña.

Verde, que yo te quiero verde.

Con la sombra en la cintura
ella sueña en la baranda
verdes carne, pelo verde
su cuerpo de fría plata.

Compadre quiero cambiar
mi caballo por tu casa
mi montura por tu espejo
mi cuchillo por tu manta.

Compadre vengo sangrando
desde los Puerta de Cabra
y si yo fuera mocito
este trato lo cerraba.

Por las ramas del laurel

Por las ramas del laurel

vi dos palomas oscuras.

La una era el sol,

la otra la luna.

«Vecinita», les dije,

«¿dónde está mi sepultura?»

«En mi cola», dijo el sol.

«En mi garganta», dijo la luna.

Y yo que estaba caminando

con la tierra por la cintura

vi dos águilas de nieve

y una muchacha desnuda.

La una era la otra

y la muchacha era ninguna.

«Aguilitas», les dije,

«¿dónde está mi sepultura?»

«En mi cola», dijo el sol.

«En mi garganta», dijo la luna.

Por las ramas del laurel

vi dos palomas desnudas.

La una era la otra

y las dos eran ninguna.

 

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