MI PATRIMONIO, MI IDENTIDAD.

Si tuviera que describir lo que significa Patrimonio para mí en una sola palabra, esa palabra sería IDENTIDAD. El patrimonio son objetos, costumbres, monumentos, hábitos, tradiciones, obras de arte, etc., ese conjunto de cosas que nos define como personas únicas y que nos hace pertenecer a un lugar o a una comunidad de personas. Pero no sólo ese conjunto de cosas, sino el concepto que tenemos de ellas y el uso que hacemos de ellas.

Dentro del patrimonio existen numerosos tipos, con el concepto de identidad en común, pero diferentes entre sí. Yo voy a centrarme en el patrimonio cultural, patrimonio familiar y patrimonio personal. El patrimonio cultural lo forma todo aquello, material o inmaterial, que define a una comunidad (país, pueblo, familia) y a su cultura, y que ha sido heredado por generaciones pasadas para ser disfrutado por las presentes y transmitido a las futuras. El patrimonio cultural se divide a su vez en varios subtipos: el patrimonio gastronómico, que son los platos y comidas típicos de un lugar, las recetas, los condimentos, productos típicos locales, etc. El patrimonio oral, que lo forman los refranes, historias, las anécdotas familiares, leyendas, dialectos, motes, que se cuentan entre generaciones y se mantienen; también el acento y la forma de hablar propios de un lugar. Los monumentos, construcciones y demás obras de arte y arquitectónicas forman el patrimonio artístico de una cultura y de una comunidad. Igualmente son patrimonio las tradiciones, costumbres y fiestas que celebramos dependiendo del lugar en el que vivimos.

Mi patrimonio personal lo forman mi familia y mi pueblo (Domingo Pérez), mis amigos, mis hábitos, mi país y mis culturas, mis costumbres, etc. Todos esos aspectos que considero hogar y a los que deseo volver cuando no estoy cerca de ellos. Considero mi patrimonio las playas del sur, los paisajes andaluces, esa gracia y acento que nos caracteriza, pasar horas contemplando La Alhambra desde un mirador, Sierra Nevada, las lomas de olivares de mi pueblo, el flamenco y por supuesto la comida (gazpacho, puchero, migas, jamón). También mis costumbres como parte de mi familia forman una parte fundamental de mí, por ejemplo echar partidos de fútbol con mis primos o hacer barbacoas en las noches de frío. Los viajes a Grazalema y a La Alpujarra con mis padres y mi hermano que hacemos cada año, también conforman mi patrimonio personal. Y todas esas fiestas y tradiciones que espero con ganas todos los años, como el 15 de Agosto o las Fiestas Patronales de mi pueblo. Al igual que todo lo anterior, la lectura es algo que me ha acompañado toda mi vida, así como la música, concretamente Adele, a quién mi madre me ponía de pequeña y sigo escuchando ahora. Este último es lo que sería mi propio patrimonio personal, el generado por por mí y para mí, más allá del heredado.

En conclusión, todos tenemos esa parte tan importante de nosotros a la que llamamos patrimonio, pero el de cada uno es diferente y eso es lo que nos hace únicos y a la vez lo que nos une. Por ello, debemos cuidarlo y no dejar que se pierda.

CARMEN HUERTAS VEGA

1º de Bachillerato-B

Patrimonio

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