LOS PATRIMONIOS DE LA GATA CATTANA. LA HUELLA DE LA INCANSABLE LUCHA.
En una sociedad donde desarrollar un pensamiento propio y crítico es un ejercicio complicado, ha existido la figura de Gata Cattana, poetisa, rapera, politóloga, flamenca y una gran luchadora por los derechos humanos y de las mujeres. Los enormes pasos que esta gran mujer dio en su corta vida aún siguen y seguirán dejando huella. Sus seres queridos, al recordarla, solo expresan palabras de inmensidad, coraje y grandeza, y podemos deducir, por ellos y por lo que significan y han significado sus letras, que así era ella. Los que la conocieron no la olvidan. Todavía quedan muchos por conocerla.
No vine a ser carne , vine a ser espuma
(Gata Cattana)
Ana Isabel García Llorente nació en 1991, en Adamuz (Córdoba). Ya en su infancia comenzó a construir la mujer y la artista en la que se convertiría. No era igual a la mayoría de los niños, a ella le gustaba leer, escribir, pintar y sobre todo pensar, reflexionar y preguntarse el porqué de las cosas. Le movían las injusticias y esas ganas de cambiar el mundo. Sus maestros y maestras se quedaban maravillados con su imaginativa capacidad de contar historias, era una niña precoz, adelantada a su tiempo, cuenta su maestra de infantil. Según cuenta su madre, a pesar de tener más que capacidad, nunca quiso sacar notas excelentes, simplemente quería ir a la escuela, disfrutar, aprender y ser feliz.
En esta etapa de su vida comenzó a introducirse en el mundo de la música en la escuela de solfeo de su pueblo, y participando en todos los karaokes que le ponían por delante. Finalizó el Bachillerato de Humanidades y teniendo que decidir entre sus muchas pasiones, terminó escogiendo la carrera de Ciencias Políticas en Granada, ciudad que terminaría convirtiéndose en parte de su patrimonio y de su corazón. Ana escogió esta carrera por ese ansia que le nacía de dentro de luchar por lo que le parecía justo, de despertar y hacer despertar al mundo. Granada fue clave en la formación de la Gata como artista y como persona, aquí se llenó de inspiración paseando por sus calles, se subió a sus primeros escenarios a rapear, conoció a personas con las que conectaba ideológica y artísticamente. Allí, como afirma su madre, conoció a gente muy diversa y supo buscarse su lugar.
Fue en Granada donde se presentó por primera vez al concurso de poetas Slam Poetry tras haber asistido como público en Madrid y haberse quedado impresionada y con el deseo de subir a ese escenario, en el que dejó a todos los que la oyeron impactados y prendados con sus palabras y su manera de expresar ideas, reivindicaciones y sentimientos. En Granada vivió una muy etapa reivindicativa, asistiendo y participando activamente en todo tipo de manifestaciones en el contexto del 15-M y demostrando una vez más que ella había venido al mundo para cambiarlo.
Después se mudó a Madrid y su vida allí se volvió más complicada. Echó de menos Granada y su pueblo y la cercanía de la gente. Allí continuó sus estudios con un Master de Política Internacional y resolución de conflictos, la música y la escritura, y en poco tiempo ya conocía todos los rincones de la capital, como cuenta su madre.
Los pobres han aprendido a amarse a oscuras por eso mismo.
Han aprendido a amarse mal alimentados, mal vestidos, mal queridos,
porque el hambre agudiza el ingenio y en sus jardines también crecen las flores.
(“Con las manos”, Gata Cattana)
Este fragmento de uno de los poemas de la Gata, representa muy bien su estilo, su forma de hacer arte, que comenzó así, con la poesía. Como he dicho antes, Ana se presentó al Slam Poetry en Granada y muchos artistas que no la conocían pudieron escuchar, y sobre todo sentir, sus versos para no olvidarla jamás, aunque sólo pudo publicar un libro de poesía, La escala de Mohs (Aguilar, 2016). Esta obra contiene temas muy diversos como mitología, feminismo, política, filosofía, historia, feminismo, etc. Sin embargo gracias a la ayuda de su familia se han podido recopilar numerosos textos inéditos guardados en rincones de su hogar, y se han editado en un libro titulado No vine a ser carne (Aguilar) que se publicó el 5 de noviembre de 2020, permitiendo así que todos podamos disfrutar de la potente poesía y escritura de Gata Cattana, ya que además de poemas podemos encontrar textos escritos en prosa, expresando no solo temas humanos sino también histórico-sociales. No soy una persona a la que le guste mucho la poesía pero tras leer algunos de los poemas de Ana la he sentido de verdad. Algunos poemas son complicados de entender debido a su inmensa profundidad y trasfondo histórico y cultural, pero paradójicamente, aunque no los entiendas, te llegan porque escribe de una forma tan intensa que tiene la capacidad de hacer que cada una de las palabras que forman el poema tengan algo que decirnos o algo por lo que luchar. Y es que la Gata no daba puntá sin hilo, que se suele decir.
De lo que fui ya no queda nada.
De lo que soy, pájaros que vuelan, clavo y canela.
Estoy escribiéndolo como si no me doliera.
(“Estoy bien”, Banzai)
Con la inspiración de un disco de su tío abuelo y cantaor conocido como El niño del museo, se introdujo en el mundo del flamenco. Así comenzó a informarse de todos los palos del flamenco y a formar su perfil musical, y con una fuerza imparable se subió sin miedo a los escenarios a cantar flamenco. Llegó a formar parte de un grupo flamenco llamado Aquí pongo la era, con el que sacó el disco Carpe Diem, donde ya empieza a introducir algo de rap.
Pero fue con el rap cuando encontró su verdadero destino, ya que descubrió que el rap le permitía unir las cosas que más la apasionaban: letra, música y lucha. Se introdujo en este mundo y se hizo imparable, la puta máquina de tiempo, la llamaban sus amigos. Comenzó a hacer rap con una amiga del instituto de Montoro (Córdoba) y un productor en un pequeño estudio, y después de tan solo un mes, en un botellón en Córdoba se metió a rapear con un grupo de chavales y todos se quedaron impactados por lo inusual de ver a una mujer rapeando y por lo inusual de ver a una persona capaz de provocar el silencio y llegar a lo más profundo con su palabras, referencias y argumentos.
Posteriormente, ya en sus años de universidad en Granada, con su amiga Anabel (de nombre artístico Hojita de Menta) formaron el grupo Cattana. Entraron en contacto con un DJ y comenzaron a subirse a escenarios los tres juntos. El nombre de Cattana surgió al unir Cat(Gata) y Ana (Anabel). Años después, cuando se desintegró el grupo, en honor a su amiga Hojita de Menta, a esa etapa y a su infancia (la llamaban gata), Ana adoptó el nombre artístico de Gata Cattana. En una entrevista afirma que Ana es su parte sensible, la que se acerca más a la poesía, mientras que Gata Cattana es la guerra, la explosión y la fuerza. En el mundo del rap , Ana supo destacar enfrentándose a los obstáculos, a las miradas de incertidumbre y a las dudas, supo competir en una industria masculinizada y elevar su voz para convertirse en la mejor.
Ya metida de lleno en el rap publicó las maquetas Los siete contra Tebas (2012), Anclas (2015), Inéditos 2015 (2016) y, ya póstumamente, vio la luz su primer álbum profesional Banzai (2017), que era el grito de guerra que realizaba los soldados japoneses en la II Guerra Mundial al ir a la batalla, en recuerdo de los Samuráis que peleaban hasta el final y dándolo todo. Como digo, este disco sería finalizado días antes de su muerte en marzo de 2017 y publicado posteriormente por sus familiares y amigos. Contiene grandes temas como Limonero, Hermano inventor, Banzai, o Cartas que no repartí. Sus canciones mezclan ironía, pasado, política, historia, mitología y sobre todo sentimiento y verdad, así temas silenciados por la sociedad como la lucha obrera o la opresión, y sin duda merecen ser escuchadas por todos.
…de eso que tengo y que nadie más tiene.
(“Papeles”, Gata Cattana)
Si hay una palabra con la que nos podemos quedar de todas las que definen a Gata Cattana son sin duda patrimonio, legado e identidad. Esa parte de sí misma que la hace única y que solo ella tiene, ese conjunto de personas, artistas, momentos, influencias culturales y literarias, etc., que usa para definirse y hacer de su arte algo genuino e inigualable. Ana sabía ante todo de dónde venía, nunca dejó de apoyarse en sus raíces, y las usó para definirse orgullosamente y reivindicarlas con fuerza, y eso ha hecho que deje una huella imborrable.
Su infancia y adolescencia forma una parte fundamental de su patrimonio heredado, ya que esos fueron los cimientos de lo que sería una inmensa historia. Como he dicho anteriormente, desde siempre ha disfrutado consumiendo y creando arte, esas historias que escribía en la escuela, las canciones de Disney que escuchaba en su casa, el flamenco, la literatura, la mitología griega y egipcia, sus raíces andaluzas y andalusíes, su manera de querer defender y reivindicar las cosas justas y denunciar las injustas, sus primeros versos, etc., todo eso se ha quedado con ella y ha estado presente durante toda su vida.
Como muchos de sus seres queridos afirman, a Gata se le quedaban todos los lugares pequeños, y por ello necesitaba expandirse y buscar nuevos horizontes. De su pueblo natal Adamuz, que la vio crecer y soñar y donde adquiere ese patrimonio heredado que forja su identidad, tras los años de instituto en Montoro pasa a Granada y sus años de universidad, estudiando Ciencias Políticas. Es entonces cuando entra en contacto con el rap y con los movimientos reivindicativos sociales (Nos han dividío por cuatro moneas), desarrollando y consolidando su faceta y personalidad artística y de reivindicación social. En Granada supo buscarse un lugar y crearse su propio espacio, inspirada por sus calles, su ambiente lleno de diferentes pensamientos e ideas y su historia y tradiciones, como expresa en su tema Yerma. Un patrimonio escogido que acaba por dar forma y sentido a su personalidad e identidad cultural y social.
Tras finalizar la carrera de políticas en Granada, se va a Madrid a estudiar un Master de Política Internacional y resolución de conflictos. Allí es donde pasa sus últimos años y donde aprendió a lidiar con esa capacidad de llegar tan profundo a las personas. Todos los lugares que han formado parte de su corazón y de los que no ha renegado nunca y que siempre ha sabido asimilar y hacer suyo forman también parte de su patrimonio personal, artístico y cultural. La Gata, por otro lado, tenia un sentimiento andalucista fuerte, siempre orgullosa de su tierra y su herencia y legado andalusí, trabajador y jornalero, luchando por resignificar las raíces andaluzas y demostrando en sus canciones y poemas la ira hacia esa marginación cultural que ha sufrido y que sufre nuestro pasado andalusí y jornalero, rememorando y dándole la voz y el valor que no siempre se le ha dado.
Sin duda algo que caracteriza el arte de Gata Cattana son sus innumerables referencias a las culturas griega, latina y egipcia. Esto, personalmente, ha hecho que me parezca mucho más admirable, por esa manera tan acertada de relacionar sus sentimientos y su mensaje con la mitología y la historia de estas civilizaciones, que tanto nos han dejado. Son múltiples los títulos de sus obras inspirados en esto, por ejemplo Lisístrata, que hace referencia a un personaje del teatro griego que ya en aquella época luchaba por los derechos de las mujeres, y que es lo que hace ella siglos después (https://www.youtube.com/watch?v=GsMDU8gb5sQ). Porque el feminismo es otra parte esencial de la identidad y la lucha de la Gata, esa lucha constante e incansable por conseguir la igualdad y por dar esperanza a las mujeres para ser como ella, perseguidora de sus sueños, sea cual sea el obstáculo. Mi libertad no cabe ni en jaulas de plata blanca, decía ella en uno de sus muchos versos en los que se enfrentaba a dicha causa. Lo que decía y pensaba, lo tenía bien fundamentado, ya que leía a las grandes feministas como Silvia Federici (Yo no camelo perfumes de Nina Ricci, soy más de libros de la Silvia Federici). Con tan sólo dieciséis años escribió todo un alegato feminista para un trabajo del instituto, en un momento donde la conciencia social de este problema no se manifestaba tan abiertamente como ahora:
Ni una más, se dijo mientras la última gota de impotencia surcaba sus mejillas y desaparecía agonizante en su boca tan salada… Se miró al espejo y notó algo distinto en su mirada gris: no eran las mismas lágrimas de miedo y soledad de siempre, tenían algo especial; ni ella misma sabía qué… Quizás fuera la falta de una gran aureola morada y verdosa que otras veces le había hecho recordar el porqué de su existencia.
Se rio de sí misma, de su ingenuidad al pensar que el yugo que aplastaba su vida iba a cambiar, de cuando creía que una metamorfosis idealista lo iba a convertir de nuevo en el dulce adolescente que la enamoró.
Una sonrisa bailó en su boca. Abrió la puerta y se fue, rompiendo su silencio con un portazo. Al sentir el aire en la cara, la sonrisa se convirtió en una sonora carcajada y se alejó gritando: ¡NI UNA MÁS!
Ana ha sabido crear un patrimonio personal a través de referentes en la música, “El niño del museo” y Estrella Morente han sido sus principales inspiraciones en el mundo del flamenco, de hecho, en una entrevista dijo que le gustaría cantar y hacer algo con Estrella y con su padre, Enrique Morente. También fue importante para ella Sabina, a quien escuchaba con su amiga Anabel, así como la Mala Rodríguez también fue una guía en los pasos de Gata, esta vez en el rap, convirtiéndose finalmente en la admirada de la Mala. Además también participan en su identidad autores de la literatura griega clásica y castellana como Lorca, Rubén Darío, Neruda o Espronceda, a los que no se cansaba de leer y sentir para después inspirarse en ellos para escribir sus versos.
Todos los que conocieron a Ana están de acuerdo en su infinito conocimiento en prácticamente todos los temas histórico-sociales. Para sus seres queridos ella era la mejor maestra de historia y sabía relacionar de una forma tan impresionante los hechos del pasado con los del presente que dejaba callado a cualquiera con argumentos fundamentados. También ha contribuido a la memoria histórica, dándole voz en sus obras a personas que sufrieron cosas inimaginables en nuestro pasado histórico y dándonos importantes enseñanzas acerca de la importancia de recordar para no cometer los mismos errores.
«Ellos no lo saben: cuarenta años de paz no son nada,
pero hay quien tiene memoria de elefante.
Yo lo intuyo, las tragedias se repiten,
las tragedias se repiten como tragedias,
por eso, cada vez que paso por el Puente de los Franceses
me pongo triste.»
(«N18», Gata Cattana, https://www.youtube.com/watch?v=U2nog7QtB94)
Sin embargo, cabe decir que la parte más importante del patrimonio de la Gata son las personas que la han acompañado durante toda su vida. Su familia, que desde pequeña le dieron el apoyo necesario para crecer como persona y artista y que después la han inspirado para escribir temas como Hermano inventor. Sus amigos, en los que ha encontrado refugio en su hogar y estando lejos de casa, los que la han animado a hacer lo que le apasiona y que ahora la recuerdan con admiración. Gata Cattana fue una artista, pero fundamentalmente fue una persona cariñosa, empática, que cuidaba y quería a los que la rodeaban.
Creo que estaría muy bien que las personas que no conocen a Gata Cattana lean o escuchen algunas de sus obras. Mi propuesta para darla a conocer en el instituto es llevar los libros de poesía de Gata Cattana a la biblioteca del centro y animar a los alumnos a leerlos. También sería buena idea trabajar con sus letras en las aulas, ya que estas abarcan numerosas materias como Historia, Literatura, Mitología o Lenguas Clásicas. Además propongo un día para que los alumnos conozcan a través del documental Eterna (Juanma Sayalonga y David Sáinz, 2022) y nuestros trabajos la historia de Ana, para después plasmar lo que han sentido en un graffiti o mural. Mis propuestas son sencillas, porque creo que con cosas simples como leer un poema suyo, porque el entusiasmo y las ganas de querer conocer más acerca de ella llega solo.
A pesar de que aún hay mucha gente que no la conoce, especialmente entre los jóvenes, Gata Cattana ha dejado una huella imborrable, en la música y en el andalucismo. Ella estaba segura de que no solo se puede pasar a la historia a través del arte, sino que se puede llegar incluso a la inmortalidad, e indudablemente para mí lo ha conseguido. Ana ha inspirado a innumerables personas a perseguir sus sueños y a pelearlos. En el mundo de la poesía y el rap se ha convertido en una maestra, en un ejemplo y una referente. Además, se ha convertido en la voz del feminismo y han sido muchas las manifestaciones que incluso han llevado su nombre, empujadas por carteles con letras suyas (Diez mil oyentes bien usaos son un ejército). Comenzaron a verse homenajes en forma de grafitis y murales en Granada, Adamuz y Madrid, y a partir de ahí son numerosos los grafitis en su honor que se encuentran en muchas localidades del país. Artistas llenos de admiración por ella que han querido plasmar su sentimiento en la calle. En Granada, cerca de la estación de autobuses hay un mural lleno de grafitis inspirados en ella y sus letras. He pasado por allí millones de veces y hasta ahora no he entendido el motivo de ese mural. Gata Cattana le ha puesto nombre a fundaciones, concursos de poesía y festivales como el Madrid Urban Fest, entre otros. Porque aunque esta artista murió el 2 de marzo de 2017, ella no fue, sino que ES leyenda, es la lucha actual que aún sigue presente por conseguir un mundo mejor.
Para concluir , quiero destacar que esta Situación de Aprendizaje que hemos realizado en la materia de Patrimonio me ha parecido perfecta para finalizar el curso, ya que Gata Cattana es la combinación de prácticamente todos los temas que hemos tocado en dicha asignatura: patrimonio, legado, herencia, identidad, cultura y legado (griego y andalusí) de nuestras raíces personales, familiares y comunitarias, memoria histórica, el papel de la mujer en nuestra cultura, sociedad y en los procesos históricos y culturales, la lucha por eliminar las injusticias, desarrollo de un pensamiento crítico propio y cultivado, etc. Personalmente he disfrutado mucho de la realización del trabajo, mientras iba redactando a la vez he ido escuchando las canciones de la Gata, y eso me ha ayudado a inspirarme y a conectar mucho más con su arte. Desde ahora Gata Cattana es para mi un ejemplo de lucha y fortaleza, y si una cosa me ha quedado clara es que el mundo necesita a muchas personas mas como ella, como la Ana sensible y culta, y como la Gata, que es la guerra (https://www.youtube.com/watch?v=TgoAc6JrItI).
Me voy y no sé lo que dejo, pero sí lo que me llevo:
me llevo ese nosotros, esa identidad
hacia algo que hace que no tenga identidad,
que hace al hacer, que hace deshaciendo.
(“Me despido”, Gata Cattana)
Carmen Huertas Vega
1º de Bachillerato B