Las competencias suponen una combinación de habilidades prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones y otros componentes sociales y de comportamiento que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz. Se contemplan, pues, como conocimiento en la práctica, un conocimiento adquirido a través de la participación activa y que se pueden desarrollar tanto en el contexto educativo formal, a través del currículo, como en los contextos educativos no formales e informales.
El desarrollo de estas competencias debe iniciarse desde el comienzo de la escolarización de manera que su adquisición se realice de manera progresiva y coherente a lo largo de las distintas etapas educativas.
Una de las finalidades de nuestro proyecto es proporcionar a los niños y a las niñas una educación completa, que abarque los conocimientos y, dado el carácter preparatorio de esta etapa, algunas de las competencias que resultan necesarias en la sociedad actual. Competencias que les permitan desarrollar los valores que sustentan la práctica de la ciudadanía democrática, la vida en común y la cohesión social, que estimule en los pequeños y en las pequeñas el deseo de seguir aprendiendo y la capacidad de aprender por sí mismos.
La adquisición de estas competencias debe permitir el desarrollo de la capacidad de los alumnos y alumnas para regular su propio aprendizaje, confiar en sus aptitudes y conocimientos, así como para desarrollar la creatividad, la iniciativa personal, el espíritu emprendedor y la capacidad para resolver los conflictos que se les planteen en su vida cotidiana.
La incorporación de competencias al currículo permite poner el acento en aquellos aprendizajes que se consideran imprescindibles. Dado el carácter globalizador de esta etapa y teniendo en cuenta que están estrechamente vinculadas a los objetivos, nuestro currículo no aparece estructurado y ordenado por áreas (según establece la normativa para esta etapa), sin embargo todas ellas están integradas en nuestro currículo.
Constituyen un elemento curricular más pero no se engloban dentro de ninguna de las áreas que define la Orden de 5 de agosto de 2008, por la que se desarrolla el currículo correspondiente a la Educación Infantil en Andalucía.
Las competencias básicas no constituyen aprendizajes mínimos comunes, pero orientan el proceso de enseñanza porque permiten identificar los contenidos y los criterios de evaluación.
Las competencias básicas o clave del currículo son:
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Comunicación lingüística.
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Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología.
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Competencia digital.
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Aprender a aprender.
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Competencias sociales y cívicas.
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Sentido de iniciativa, espíritu emprendedor y autonomía.
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Conciencia y expresiones culturales.
Comunicación lingüística
Esta competencia se refiere a la utilización del lenguaje como instrumento, tanto de comunicación oral y escrita como de aprendizaje y regulación de conductas y emociones. Integra tanto la lengua materna como el aprendizaje de lenguas extranjeras o adicionales. Todas ellas conjuntamente posibilitan comunicarse satisfactoriamente en un mundo como el actual. La meta no es otra que comprender y saber comunicar. Además, al ser el lenguaje el instrumento primordial de aprendizaje y comunicación, la adquisición de esta competencia clave influirá en la adquisición de los conocimientos en todos los ámbitos y materias. Esta competencia está referida al uso por el niño y por la niña de las cuatro destrezas del lenguaje (escuchar, hablar, leer y escribir) .
En el caso del niño y de la niña de estas edades, las destrezas de hablar y escuchar son prioritarias, pero esto no impide el acercamiento al código escrito y, sobre todo, a la literatura infantil a través de cuentos y relatos. El desarrollo de la competencia en comunicación lingüística está íntimamente ligado, tanto en la comprensión como en la expresión, con el resto de códigos de comunicación, principalmente con el gesto y con el movimiento mediante el lenguaje corporal y al uso de la imagen y la representación con el lenguaje icónico. El uso de estos lenguajes potencia el desarrollo de las habilidades lingüísticas, permite crear vínculos con los demás y con el entorno, transformar la realidad, construir la convivencia y desarrollar una personalidad firme y segura.
Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología
La competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología contribuye a que los niños tomen decisiones con capacidad crítica y razonada.
La competencia matemática implica utilizar números y sus operaciones básicas, los símbolos y las formas de expresión y razonamiento matemático para producir e interpretar informaciones y conocer más sobre aspectos cuantitativos y espaciales de la realidad, resolviendo problemas relacionados con la vida diaria.
Las competencias básicas en ciencia y tecnología proporcionan un acercamiento al mundo físico y a la interacción responsable con él desde acciones tanto individuales y como colectivas, orientadas a la conservación y mejora del medio natural, de modo que facilite la comprensión de sucesos, la predicción de consecuencias y la actividad dirigida a la mejora y a la preservación de las condiciones de vida propia, de los demás hombres y mujeres y del resto de los seres vivos..
Competencia digital
La competencia digital es aquella que implica el uso creativo, crítico y seguro de las tecnologías de la información y la comunicación para alcanzar los objetivos propuestos.
Esta competencia supone, además de la adecuación a los cambios que introducen las nuevas tecnologías en la alfabetización, la lectura y la escritura, un conjunto nuevo de conocimientos, habilidades y actitudes necesarias hoy en día para ser competente en un entorno digital.
Habilidades para buscar, obtener, procesar y comunicar la información y transformarla en conocimiento. Incluye aspectos diferentes que van, desde el acceso y selección de información, hasta el uso y la transmisión de esta en distintos soportes, incluyendo la utilización de las tecnologías de la información y de la comunicación como un elemento esencial para informarse y para comunicarse.
Aprender a aprender
La competencia de aprender a aprender es fundamental para el aprendizaje permanente que se produce a lo largo de la vida y que tiene lugar en distintos contextos.
Esta competencia se caracteriza por la habilidad para iniciar, organizar y persistir en el aprendizaje. Esto exige, en primer lugar, la capacidad para motivarse por aprender. Esta motivación depende de que se genere la curiosidad y la necesidad de aprender
Desde la Educación Infantil se puede contribuir al desarrollo de esta competencia potenciando la comprensión y expresión lingüística, la memoria, la motivación, la observación, el trabajo cooperativo y por proyectos, posibilitando la planificación y organización de las tareas.
Competencias sociales y cívicas
Esta competencia trata de preparar a los niños para ejercer la ciudadanía democrática y participar plenamente en la vida cívica y social.
La competencia social se relaciona con el bienestar personal y colectivo. Incluye el desarrollo de ciertas destrezas como la capacidad de comunicarse de una manera constructiva en distintos entornos, mostrar tolerancia, expresar y comprender puntos de vista diferentes, negociar sabiendo inspirar confianza y sentir empatía. Las personas deben ser capaces de gestionar un comportamiento de respeto a las diferencias expresado de manera constructiva. Asimismo, esta competencia incluye actitudes y valores como una forma de colaboración, la seguridad en uno mismo y la integridad y honestidad.
La competencia cívica se basa en el conocimiento crítico de los conceptos de democracia, justicia, igualdad, ciudadanía y derechos humanos y civiles. Las destrezas de esta competencia están relacionadas con la habilidad para interactuar eficazmente en el ámbito público y para manifestar solidaridad e interés por resolver los problemas que afecten al entorno escolar y a la comunidad, ya sea local o más amplia.
Desde la Educación Infantil se puede contribuir al desarrollo de esta competencia trabajando las habilidades sociales que permiten mediar en los conflictos de convivencia, ayudando a resolverlos con actitud constructiva y a tomar decisiones con autonomía, así como fomentar el respeto por los demás y lo que nos rodea.
Sentido de iniciativa, espíritu emprendedor y autonomía
Esta competencia implica la capacidad de transformar las ideas en actos. Significa adquirir conciencia de la situación a intervenir o resolver, y saber elegir, planificar y gestionar los conocimientos, destrezas o habilidades y actitudes necesarios con criterio propio, con el fin de alcanzar el objetivo previsto. La adquisición de esta competencia es determinante en la formación de futuros ciudadanos emprendedores, contribuyendo así a la cultura del emprendimiento.
En nuestro proyecto , esta competencia lleva asociada la autonomía, necesaria para sentar las bases que hacen posible el desarrollo de esta competencia como tal.
De esta forma, se promoverá que los niños y niñas a lo largo de su vida puedan desarrollar las dimensiones que conlleva esta competencia: creatividad, imaginación, autoconocimiento, autoestima, independencia, capacidad de análisis, organización, toma de decisiones, resolución de problemas…
Desde la Educación Infantil se puede contribuir al desarrollo de esta competencia cuando se permita imaginar, emprender acciones, desarrollar proyectos individuales o colectivos con creatividad, confianza y responsabilidad.
Conciencia y expresiones culturales
Esta competencia implica conocer, comprender, apreciar y valorar con espíritu crítico, con una actitud abierta y respetuosa, las diferentes manifestaciones culturales y artísticas, utilizarlas como fuente de enriquecimiento y disfrute personal y considerarlas como parte de la riqueza y patrimonio de los pueblos.
Supone también un componente expresivo referido a la propia capacidad estética y creadora y al dominio de aquellas capacidades relacionadas con los diferentes códigos artísticos y culturales, para poder utilizarlas como medios de comunicación y expresión personal
La expresión cultural y artística exige también desarrollar la iniciativa, la imaginación y la creatividad expresadas a través de códigos artísticos, así como la capacidad de emplear distintos materiales y técnicas en el diseño de trabajos.
Además, en la medida en que las actividades culturales y artísticas suponen con frecuencia un trabajo colectivo, es preciso disponer de habilidades de cooperación y tener conciencia de la importancia de apoyar y apreciar las contribuciones ajenas.
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