Una mirada ante el poemario «Al sur mi corazón está mirando» de Bartolomé Delgado Cerrillo, por Calixto Torres Perales

Bartolomé Delgado Cerrillo (2024). Al Sur mi corazón está mirando. Córdoba. Detorres Editores.

Alguien puede preguntarse: ¿Qué es la poesía?

Pues bien, esa pregunta, para cualquiera que se interese por el proceder en torno a este género literario, no dispone de una respuesta concreta. Ya nos dijo Juan Ramón Jiménez que la poesía, principio y fin de todo, es indefinible. Si se pudiera definir, su definidor sería el dueño de su secreto, el dueño de ella, el verdadero, el único dios posible. Pues el secreto de la poesía no lo ha sabido, no lo sabe, no lo sabrá nunca nadie, ni la poesía admite dios, es diosa única sin dios. Por fortuna para dios y para los poetas.

Pero lo cierto es que el ánimo de su manifestación se advierte de muy distintas maneras, y, sobre todo, ante el amplio puñado de corazones que, tocados por el don de su grandeza, se identifican con sus voluntades, al tiempo que consiguen vaciar la plenitud de sus sentidos, llegándose a considerar –a vista del prójimo– seres aparentemente distintos.

Seres distintos, sí… y no porque todo aliento no esté en condiciones de afrontar dicha situación, sino que para ser hacedor o hacedora de versos, para saberse poeta, se han de alinear un cúmulo de circunstancias previas con disposición de entrega, donde se ponen de manifiesto, emociones, sentimientos, impresiones y conductas que en el transcurso de una vida han dejado su huella, colmando de satisfacción, hiriendo o cicatrizando en el ser tras devanar una madeja de inquietudes.

Tenemos la fortuna de conocer a una de esas almas que poseen en su plenitud ese conjunto de factores que unidos integran lo que para notoriedad de la creación literaria tiende a denominarse un verdadero poeta: Bartolomé Delgado Cerrillo.

Confieso que es presumible el surcar algunos tramos del camino con personas, con amigos, con poetas como Bartolomé… Hermano en el verso y pura conciencia que sin ningún tipo de miramientos es, como bien hacían constar los versos del poema «Retrato» de Antonio Machado, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Bartolomé Delgado Cerrillo es, por naturaleza, un ser esplendido, valeroso y cristalino, que no precisa de parabienes que interfieran en su surco a seguir. Siempre dispuesto y entregado… Un ser prolífico, de inagotable recorrido, que abarca cualquier proyecto que se plantee, llevando por norma y por costumbre su barquilla a arribar en puerto seguro.

Y por supuesto es, por todo y sobre todo, un poeta admirable que vierte las quietudes transmitiendo su expresión más pura y sensitiva, colmando de significado cada versículo e intentando arañar las paredes del alma de las miradas que atienden sus deferencias.

Es más que aplaudible que Bartolomé tenga a bien regalarnos un magnifico puñado de versos, transparentes, directos y profundos con un título tan sugerente como Al Sur mi corazón está mirando.

En consonancia con su contenido, con esa delicadeza y sensibilidad con la que desnuda la expresión alojada en su interior, se muestra el continente de un poemario que clama la atención, ya que, en su cubierta, tanto portada como contraportada, el barniz UVI utilizado resalta los matices de la ilustración elegida denotando la elegancia y mimo que merece el compendio que advierte la intimidad de sus páginas.

Señalaba Gabriel Miró que hay emociones que no lo son del todo hasta que no reciben la fuerza lírica de la palabra, su palabra plena y exacta. Esa palabra que sutilmente plasma su intención, sus valores más inspirados siempre a la búsqueda de la razón, poniendo de manifiesto que es el del poeta el más alto grado de imaginación habida.

Delgado Cerrillo demuestra poseer ese espíritu encendido ante la creación y lo consumado de su interrogante. Se baña en los ríos más señeros y claros del verso, colmando de matices, de imágenes e ingenio las estrofas que abarrota de sugerentes figuras literarias, desembocando en ese mar de certidumbres que genera pureza y sosiego… Encontrando el modo de verter estrofas que en su fluidez hacen vibrar y contener la respiración…

En él se denota de manera alentadora y en acorde reflexión una poesía juiciosa de sobrado conocimiento, poseyendo la madurez precisa para fecundar un cúmulo de sensaciones colmadas de contenido. Contenido que, me reitero, percibe el lector agradeciendo sobremanera el hálito sosegado de expresión vertida.

Los versos que compendia el poemario Al sur mi corazón está mirando se amamantan de una cálida y tenue virtud que derrama intención, conciencia y verdad y, de la más acertada de las maneras, engrandece cualquier visión que despierta en su autor motivo de equilibrio: la tierra, la luz, la arboleda, el agua en su trasiego, así́ como la poética en torno a experiencias compartidas y naturalmente al amor, sus añoranzas y sus ausencias.

Es enorme la delicadeza con la que brotan versos de sus adentros llegando a entonar un abanico de cantos que sostienen todo un mundo de deseo y apasionamiento…

Proclama su voz: Los árboles no saben que te amo, / no saben que tu imagen / acecha mis pensamientos (…)

Al igual que: Se me hace pequeño el mar / cuando navego por tu cuerpo cristalino, / cuando me inunda la transparencia de tu piel (…)

El universo poético de Bartolomé́ Delgado, abarrotado de melancólicos matices y vivificantes razonamientos, consigue aglutinar un juicio de pareceres que, en su cómputo y denotando un acertado compromiso ético, consolidan su intención, mientras denotan toda la grandeza de una creatividad desmedida que avanza por la senda de los sueños más complacientes y apetecidos.

Bienvenido de nuevo, hermano, a este insaciable emanar de experiencias, seguimos unidos ante la complicidad que derrama cada instante vivido, ante el sosiego que colma los lazos de una amistad imperecedera, ante el compromiso que nos une en torno al verso y los cimientos de su esencia, ante el misterio que se desliza por el precipicio de la sinceridad.

La poesía, por norma, debiera ser la respuesta emocionada de nuestro ser a los estímulos de la bondad, la verdad y la belleza del mundo.

Disfrutémosla ahora que podemos. Atendamos a un corazón que en su entereza nos regala un puñado de sentimientos manados de la conciencia de su latido. Latido que para gloria de los lectores y lectoras se precipita en estas páginas dando paso a la esplendidez que vierte la serenidad de una simiente pura y entregada por derecho.

Calixto Torres. Poeta y editor literario.

Presentación del poemario en la Capilla de La Asunción del IES «Luis de Góngora» de Córdoba. Toma la palabra en primer lugar el Director del IES «Luis de Góngora» Fernando Merlo Fernández. De izquierda a derecha: el poeta Bartolomé Delgado Cerrillo, el Delegado Territorial de la Consejería de Desarrollo Educativo en Córdoba José Francisco Viso Sánchez, y el editor de la obra, autor de esta reseña y también poeta, Calixto Torres Perales.

1 comentario

  1. Querido poeta, amigo: estuve presente en la presentación. Pero al leerlo ahora, me ha emocionado.
    Qué orgulloso se debe sentir Bartolomé con tu presentación. Has hecho una gran semblanza poética. Te felicito.

Deja una respuesta

Descripción general de privacidad

Este sitio web utiliza cookies para que podamos brindarle la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en su navegador y realiza funciones como reconocerlo cuando regresa a nuestro sitio web y ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones del sitio web le resultan más interesantes y útiles.