DeLibros: los podcasts del CEIP Torrequebrada

En el cole, cuando un profe se plantea una determinada Situación de Aprendizaje, lo hace siempre en pos de la consecución de unos saberes concretos, o de la resolución de un reto, o de la elaboración de un producto para lo cual es necesario que el alumnado ponga en práctica una serie de competencias encaminadas a ese fin. Es cierto que, dicho así, con este lenguaje un tanto especializado y carente de alma, da un poco de vértigo. Pero nadie en su sano juicio dudaría ni por un segundo que los descriptores operativos, esos que es deseable que nuestros alumnos y alumnas hayan alcanzado al concluir la Educación Primaria, deben ser nuestra referencia principal a la hora de diseñar las diferentes tareas y actividades que llevamos a cabo en el aula. En el caso de la Competencia Lingüística, lo lógico sería que nuestros chicos y chicas, antes de despedirse de nosotros, fuesen capaces de expresar hechos, conceptos, pensamientos, opiniones o sentimientos de forma oral y escrita, con claridad y adecuación a los diferentes contextos cotidianos; también que comprendieran, interpretaran y valorasen las expresiones de los demás para utilizarlas activamente en su día a día y construir el conocimiento; que localizaran, seleccionaran y contrastasen informaciones sencillas procedentes de diversas fuentes, para después integrarlas o transformarlas, difundiéndolas desde un punto de vista creativo, crítico y personal; que leyeran obras diversas adecuadas a su progreso madurativo, siendo capaces de escogerlas de entre las que mejor se adapten a sus gustos, construyendo y compartiendo, además, su interpretación de las mismas; y que, por último, pusieran sus prácticas comunicativas al servicio de la convivencia democrática, de la gestión de los conflictos y de la igualdad, utilizando con ética los diferentes sistemas de comunicación que tienen a su alcance. Lo dicho. Nadie perdería de vista estos descriptores que son, en definitiva, las ambiciones que determinan cada uno de los fines educativos que en verdad nos interesan. Pero… ¿y si, aparte de aspirar a la eficacia de nuestros pasos, al atajo urgente o al trayecto recto y seguro, pudiésemos recorrer este camino de forma divertida? 

No en vano, hace ya toda una vida que Borges escribió que el verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el modo imperativo. Porque la lectura, en esencia, es una de las formas de la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz. Partiendo de esta premisa, cuando llegó el momento oportuno, en la Biblioteca del CEIP Torrequebrada decidimos que lo más adecuado sería plantearnos el fomento de la lectura desde una perspectiva lúdica, una perspectiva que además se pudiera adaptar fácilmente a los diferentes niveles de la Educación Primaria, es decir, una perspectiva que se desarrollara como una propuesta o un guiño o un estímulo, nunca como una obligación. Porque, si lo que pretendemos en realidad es promover el gusto por ella en nuestro alumnado, nunca deberíamos forzarles para que acudan a la biblioteca a retirar un libro, ni plantear las actividades lectoras como un instrumento para la obtención de determinados beneficios académicos. La lectura está muy por encima de todo ello. O, al menos, debería estarlo.

Estas reflexiones son las que nos invitaron a plantear una Situación de Aprendizaje que pudiera conducirnos hasta un producto final inspirador para nuestro alumnado. Con la certeza, además, de que no hay nada más estimulante que aprender a leer, y a escribir, y a expresarse si lo hacemos con alegría. Con verdadera alegría. Un poco a la manera en que aprendía la Desi de Miguel Delibes cada vez que don Eloy, su señor, le mostraba los titulares del periódico. Y por eso, porque queremos que nuestros alumnos aprendan y a la vez sean felices o, más bien, porque entendemos que nunca podrían aprender si no lo hacen desde la felicidad, nos pusimos manos a la obra para dar forma a un programa radiofónico (tal cosa se nos ocurrió) que incluyera los diferentes podcasts que nuestros aprendices de locutor grabarían, ayudados por sus tutores y tutoras, con sus propias recomendaciones literarias. Cada una de esas producciones, una vez grabadas, editadas y consensuadas, serían publicadas en la plataforma online iVOOX -en la que se pueden reproducir, descargar y compartir audios de manera totalmente gratuita y desde cualquier dispositivo- con el objetivo de difundir sus creaciones a toda la comunidad educativa y de fomentar, de esta forma colaborativa, la lectura en todos sus miembros. Ya saben… un granito de arena más un granito de arena. Y fue pensarlo, y apenas musitarlo, y casi sin ponerlo en práctica del todo ya tuvimos que dejar de lado la utilización de los tiempos condicionales del verbo, pues a las pocas semanas del inicio de nuestra quimera eran numerosos los pequeños críticos literarios que se hallaban inmersos en la creación de sus podcasts. Pues eso. Aprender con alegría.

Pero qué es, en esencia, un podcast. Al hablar de podcast, estamos hablando de un contenido en audio disponible a través de un archivo intercambiable o alojado en alguna plataforma para disfrutarlo mediante streaming. La ventaja del podcast sobre otros soportes es que se trata de un formato bajo demanda, es decir, el usuario lo escucha cuando desea hacerlo y puede acceder a él reiteradamente, cuantas veces quiera. Además, puede oírse en cualquier dispositivo y esto, hagámonos cargo, es lo que ha ayudado a aumentar su popularidad entre los jóvenes. Aprovechar esta proximidad del recurso en cuestión y la facilidad para crearlo y difundirlo, fue lo que en un principio nos hizo decantarnos por el podcast como herramienta educativa con el fin de desarrollar las habilidades orales de nuestros estudiantes, pero también como forma de incentivar la lectura entre ellos, gracias al carácter alentador que su producción genera. El caso era escapar de esa enseñanza prototípica de la lectura a la que se refiere José Ignacio Lapido en los versos de su canción Ladridos del perro mágico, esos que dicen que los maestros enseñan a leer -o a sumar, ahora mismo no lo recuerdo- mientras los niños cazan moscas. En fin. Resumiendo, nos encontramos ante un recurso barato, cercano y sencillo, pues estos archivos de audio se pueden crear con un teléfono móvil y tienen múltiples aplicaciones educativas, desde las más formales (los docentes pueden utilizarlo para transmitir información, ideas, hechos y experiencias a los estudiantes) hasta aquellas que resultan más novedosas e interesantes, puesto que, si lo programamos de la manera adecuada, los propios alumnos y alumnas pueden utilizarlo para estudiar de una forma diferente o, como en nuestro caso, para recomendar lecturas que les hayan resultado atractivas o dignas de compartir con el resto del alumnado. De esta manera, se convierten, casi sin pretenderlo, en protagonistas de su propio aprendizaje. E, igualmente, y sin tener la más mínima conciencia de ello, comienzan a ejercer esa labor, ardua y dulce a la vez, a la que José Manuel Caballero Bonald se refirió en uno de sus ensayos como “oficio de lector”.

Otra cuestión que nos indujo a decantarnos por el formato podcast en detrimento de otras formas de comunicación digital muy en boga en la actualidad (booktubers, por citar algún ejemplo significativo), es que el audio nos permite salvaguardar la privacidad del alumnado, pues resulta menos problemático difundir este tipo de contenidos que aquellos en los que aparecen imágenes de sus protagonistas. Ya ven que, para nosotros, una imagen en absoluto vale más que mil palabras.

Pero la cuestión primordial que nos puso en bandeja la elección de esta iniciativa para nuestra Situación de Aprendizaje de entre todas las posibles, fue que el podcast se adapta perfectamente a la educación competencial. Vamos, que ésta le queda como un guante. Partamos del principio de que, si hablamos de lectura, de escritura y de expresión oral, el eje vertebrador de la tarea debe ser la Competencia en Comunicación Lingüística. Sin embargo, en este caso que nos ocupa, para el desarrollo de las diferentes actividades y la consecución del producto final, no bastaría con que el alumnado ponga en práctica únicamente las habilidades que de ella se derivan, sino que resulta necesario que recurran a activos propios del resto de competencias. A bote pronto, parece claro que estarían involucradas a lo largo de los diferentes estadios del proceso la Plurilingüe, siempre que el alumno o alumna se decante por la lectura de algún ejemplar de nuestra sección “Otros idiomas” o prefiera grabar su audio atendiendo a unos posibles escuchantes bilingües, ya que los podcast son, de acuerdo con los numerosos estudios realizados, un excelente recurso didáctico para desarrollar destrezas orales de segundas lenguas; también la Matemática y la de Ciencia, Tecnología e Ingeniería se subirían al carro de nuestra tarea con sólo grabar y editar los audios hasta conseguir el podcast definitivo, teniendo en cuenta aspectos como la duración, los cortes y añadidos, la agilidad verbal necesaria, el ritmo narrativo y la correspondencia entre banda sonora y voz (todo ello requiere de cálculos y de pensamiento matemático); la Digital, por supuesto, con el uso de diferentes aplicaciones informáticas y recursos tecnológicos; la Personal, Social y de Aprender a Aprender, gracias al dinamismo del alumno/a que primero lee el libro y, posteriormente, redacta el guion del podcast y lo graba de forma autónoma pensando que el resultado va llegar directamente a una audiencia a la que debería tener en cuenta; la Ciudadana, pues la difusión del podcast se hace atendiendo al respeto y la consideración hacia las diversas opiniones, sensibilidades e intereses, poniendo en práctica, además, habilidades como la empatía; la Emprendedora, al tomar la iniciativa de la propia actividad, puesto que se trata de una tarea que hemos planteado como no obligatoria, y marcar los ritmos del proceso creativo en diferentes ámbitos de trabajo (personal, escolar, familiar); y, por último, la Competencia en Conciencia y Expresiones culturales, ya que el amor a los libros, a las historias atractivas y útiles y su posterior difusión al resto de la comunidad para fomentar la lectura supone adentrarnos también en este perfil competencial que es -si me permiten la licencia-, el que debería aunar al resto. Además, ahondando en esta última, el alumno acostumbra a utilizar la música de sus artistas favoritos para crear sus podcasts, lo que incita a tratar en clase cuestiones como el respeto a la autoría y la propiedad intelectual. Intuyo lo que gritarían al unísono los mosqueteros de Alejandro Dumas si acabaran de enfrentarse a este párrafo.

Pero, antes de proseguir, recapitulemos para no perder el norte entre todas estas cuestiones a las que nos estamos agarrando como si de un salvavidas argumentativo se tratara: en esta Situación de Aprendizaje, a la que hemos llamado “DeLibros – los podcasts del CEIP Torrequebrada”, nuestro alumnado interactúa de forma oral y escrita, de manera coherente y adecuada al ámbito comunicativo y al propósito que se persigue. Además, debe movilizar, de manera consciente, el conjunto de conocimientos, destrezas y actitudes que le permitan comprender, interpretar y valorar los textos leídos previamente, así como, con posterioridad, comunicarse de manera eficaz, creativa, ética y respetuosa con otras personas (los escuchantes). No es descabellado afirmar, por tanto, que durante los diferentes procesos implicados en la tarea, se está desarrollando el pensamiento propio y se está construyendo el conocimiento en los diferentes ámbitos del saber. Y es que, como ya hemos apuntado anteriormente, para leer un libro y crear posteriormente una recomendación literaria, resulta necesario extraer la información pertinente para su correcta comprensión, trasladarla después al cuaderno haciendo gala de una adecuada expresión escrita, matizar ese texto para obtener el guion definitivo del audio, usar la oralidad de forma eficaz y ajustada al contexto radiofónico, acercarse al uso de las nuevas tecnologías mediante el aprendizaje de las aplicaciones y herramientas digitales precisas para llevar a cabo el proceso de grabación, edición y difusión del podcast, decidir con criterio y conocimiento de causa entre todas aquellas melodías que puedan enriquecer el desarrollo de la disertación y, a continuación, debatir en equipo acerca del resultado final, con vistas a prescribir unas propuestas de mejora que nos ayuden a perfeccionar futuras producciones. Toda esta diversidad de habilidades y competencias puestas en práctica que acabo de enumerarles, además de involucrar en la tarea a las distintas áreas de aprendizaje, se parece mucho a la secuencia que nos propone la Taxonomía de Bloom: recordar, comprender, aplicar, analizar, evaluar y crear. Ahí es nada. Aunque, naturalmente, nuestro alumnado no sabe nada de esto. Ni pensamos decírselo. Por si acaso. Porque a veces, solo a veces, el desconocimiento es también otra forma de felicidad. 

En fin. A lo que iba. Visto lo visto, todo apunta a que nuestros podcasts constituyen una Situación de Aprendizaje interdisciplinar que es -como todos sabemos- un aspecto inherente al aprendizaje competencial. Por eso, una vez seleccionada esta línea de actuación, fuimos conscientes de que el camino no debíamos andarlo en solitario, sino en coordinación con los diferentes Planes y Programas del Centro. Ya saben a qué me refiero… si quieres andar deprisa, hazlo sólo. Pero si lo que pretendes es llegar más lejos, hazlo en compañía de otros. De ahí que, aparte de las cuestiones que ya formaban parte de nuestro devenir cotidiano en el cole (establecer canales de comunicación con sus coordinadores/as, atender a sus necesidades documentales, informarles de aquellas convocatorias, recursos o fuentes que pudieran ser de su interés, aportarles ideas que redunden en una mejora de sus actuaciones o servir de medio de difusión y puesta en valor de sus actividades), decidiésemos contar con sus aportaciones para culminar el diseño del itinerario lector del Centro que es -no lo duden- la base de las lecturas que nuestro alumnado está recomendando en sus podcast. Pero además, durante este tiempo y para no andarnos con remilgos, ya hemos consensuado el lanzamiento a lo largo del presente curso de otros programas más específicos en nuestro espacio de iVOOX, en los que podríamos tratar cuestiones inherentes a nuestro día a día educativo, incidiendo en temáticas o efemérides y valores como la igualdad, el cuidado del medio ambiente, la resolución de conflictos, los hábitos de vida saludables y la atención a la diversidad.

Pero nada de esto nos serviría si no tuviésemos en consideración opiniones como la expresó, en su momento, Pier Paolo Pasolini: te enseñarán a no brillar. Tú, sin embargo, brilla. Y cómo evaluar ese brillo, cómo retroalimentar el proceso para que no se extinga su llama. A ver si me explico. Qué evidencias nos pueden demostrar que el desarrollo de las actividades ha sido el adecuado, o que el producto final cumple con los criterios exigibles a un podcast, o que la actuación del docente ha sido la mejor en cada momento de la secuencia de aprendizaje. No debemos obviar que este último, el docente, ha de ser quien lo planifique todo con eficacia y creatividad, quien facilite a los alumnos y alumnas los materiales, recursos y herramientas necesarios para allanar su desempeño, quien los guíe adaptándose a la diversidad existente en el aula. Para responder a estas cuestiones, al desarrollo de las actividades y a la calidad del producto final y a la actuación docente, habrá que atender a diferentes aspectos, casi todos relacionados con la propia metodología, o con los diferentes estadios implicados en la consecución del producto final, o con los provechos que la misma Situación de Aprendizaje conlleva, ya que la creación de un podcast sobre libros implica al menos estos beneficios que podrían devenir en adecuados criterios de evaluación llegado el caso: enriquece la experiencia de aprendizaje, potencia la iniciativa, atención y reflexión en los alumnos/as, incrementa su satisfacción ante la tarea al sentirse protagonistas de la experiencia, reduce la ansiedad en el proceso formativo y flexibiliza y brinda comodidad de acceso a los contenidos generados. ¿Hasta qué punto hemos alcanzado esos logros? La respuesta a esta pregunta puede ser el punto de partida para encarar esas evidencias y, posteriormente, retroalimentar la tarea de principio a fin.

Ya termino, que estoy en serie peligro de abandonar estos renglones para irme definitivamente por las ramas. Aun a riesgo de basarme en algo ciertamente discutible, es decir, en algo que alguien probablemente me acabe cuestionando, puede que la lectura sea un talento como otro cualquiera, un talento que quizás no todas las personas puedan disfrutar en plenitud. Pero si no la fomentásemos como es debido, a la lectura me refiero, serían muchos los que se marcharían de este mundo sin haber descubierto ese don innato que poseían -imagínenlo, por un momento-, sin disfrutar al cien por cien de la magia de los libros. Con todo lo que eso conlleva. Me viene a la cabeza, ahora mismo, el gran Julio Cortázar que, de niño, tuvo que aprender a leer por su cuenta, a espaldas de su familia, y con tal precocidad que su padre, sorprendido y angustiado a partes iguales, a punto estuvo de llevarlo al médico. Figúrense. Desde esta forma de entender la felicidad de leer un libro, el fomento de la lectura -en nuestro caso el fomento de la lectura basado en podcasts- no tendría otra función que descubrir a esos lectores talentosos la chispa que no creían poseer, esa alegría de existir, con los pies en el suelo pero más allá de la cruda realidad si es que ésta se pone tonta, que les acompañará de biblioteca en biblioteca a partir ese momento inolvidable, el de su propio hallazgo, y durante el resto de sus vidas.

Aquí puedes escuchar este podcast: DeLibros

 

 

 

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