QUITA PARED, PON ISLA.
¿Sabéis de esos programas de reformas en los que una diseñadora, un contratista, un agente inmobiliario ayudan a distintas familias a encontrar la casa de sus sueños? Y que luego, cuando están enfrascados en la reforma, se topan con estructuras que hay que reforzar, tuberías de plomo que hay que cambiar, la instalación eléctrica no cumple la normativa,…¡pfffff!
Eso nos pasó a nosotros. ¡En nuestro primer proyecto Erasmus+! ¡Vaya telita!
Nos enfrentamos a nuestro primer proyecto muy ilusionados. Nos costó adaptarnos a los tiempos que marca el SEPIE, a la formación, a unos formularios raros (raros, raros), y a sobrellevarlo al tiempo que no dejamos de lado nuestras otras obligaciones. Hicimos un buen trabajo y nos subvencionaron.
Íbamos lanzados, cuesta abajo y sin frenos, disfrutando e ideando futuros planes cuando, nos encontramos con una revisión documental. Sí, una revisión documental para un proyectito muy pequeño, con un presupuesto casi de mentirijilla por lo pequeño. Esto justifica la arbitrariedad a la hora de realizar revisiones.
¡Aaaaaay! Perdí el sueño y me hinché a llorar. Bueno, esto último no es muy significativo porque siempre he sido una llorona. Tanto, que mis hermanos me cantaban, casi día sí y día también, una canción muy famosa de Los Chichos. Recuerdos que ahora me hacen sonreír.
Y al igual que a la diseñadora de casas y a los contratistas, este contratiempo puso a prueba nuestra capacidad para investigar, encontrar, solucionar y responder en un tiempo determinado. Contratiempo que puso a prueba la paciencia de mi equipo y la mía propia. Y que a mí, me vino muy bien por eso de la resiliencia.
Era nuestro primer proyecto. No teníamos muchas tablas.
Sí teníamos una agenda engordada de amigos Erasmus+: ¡nuestros recursos!
Y a ellos acudimos. Y nos ayudaron a salir airosos.
¿Y qué aprendimos?
De la importancia, la necesidad y la obligación de contratar seguros médicos para viajar al extranjero.
De la importancia, de la necesidad y la obligación de leer muy bien los anexos antes de cumplimentarlos y subirlos.
De lo importante que es un buen coctel de cruda realidad para aprender. A veces, mejor que aprender de la teoría porque vuelve a situarte a nivel suelo.
Y, como me dijo un amigo: «Al igual que sucede con las meigas, las revisiones documentales…»
Gracias Antonio García, secretario del CEP de Jaén, por tus acertadas y muy exactas indicaciones.
Gracias a Lola, de Revisiones del SEPIE, por explicarme una y otra vez, por tu paciencia y por empatizar.
Y no me digáis que es buenismo, que no lo es. Que ya os digo yo lo que para mí es: es agradecimiento.
Nuestros proyectos, en los que no tenemos albañiles, tuberías de plomo, ni cambios de instalaciones eléctricas,… son nuestra mejor inversión.
Guadix, donde la tierra te abraza, a 25 de febrero de 2020
Maite
Me has hecho reír mucho y también me has provocado bastante motivación para seguir trabajando duro por los sueños, nunca hay que rendirse.
Gracias por tus palabras.
No se trata de suerte sino de trabajo y esfuerzo, de ilusión y fuentes de motivación.
Sigamos riendo. Un beso