TIC en tiempos de pandemia
Desde su irrupción en el mundo de la educación, todos hemos sido conscientes del gran aporte de las TIC en todo lo relativo a la enseñanza. Por una parte, los profesores y las profesoras tenemos a nuestra disposición una gran cantidad de herramientas para crear nuestros propios materiales, hacerlos más atractivos, almacenarlos y compartirlos con nuestros alumnos y alumnas a golpe de “Clic”, con coste cero y sin repercusión negativa en el medio ambiente. Por otra parte, las TIC facilitan también el trabajo burocrático (esta puede ser un arma de doble filo, toda vez que la “ayuda” que recibimos por parte de las TIC puede ser usada en nuestra contra y ser la excusa para multiplicar los documentos e informes que hay que elaborar y que cumplimentar a lo largo del curso).
Tenemos que agradecer a las TIC no ya que nos hayan facilitado el trabajo en la época del confinamiento sino que lo hayan hecho posible. Gracias a ellas todas la promociones de estudiantes han “salvado” el curso al tiempo que han podido comunicarse con el exterior, con sus allegados y con sus grupos de compañeros y de profesores. Sin duda, todo habría sido mucho más triste sin todo lo que nos ofrece un dispositivo con conexión a Internet.
Los condicionamientos de la pandemia han supuesto que, a lo largo de este curso, en mi centro, todas la reuniones, de la índole que sea (claustro, consejo escolar, tutoría, reunión de Departamento, evaluaciones…) se hayan llevado a cabo on line a través de BBCollaborate. Todas ellas han sido eficientes y dinámicas; han supuesto ahorro de dinero y de tiempo y ha evitado desplazamientos a los docentes y aperturas de los centros por la tarde. Nunca concebí que se podía trabajar así de bien y, ahora, volver a las reuniones presenciales me parecería un tanto primitivo…