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Personajes

Tania creció en un refugio subterráneo protegido por los «Vigilantes del Crepúsculo». Desde joven, mostró un talento natural para la tecnología y la estrategia, convirtiéndose en una figura clave en la defensa del refugio contra las amenazas externas. Después de la pérdida de sus padres en un ataque de zombis, Tania asumió el liderazgo del grupo, dedicando su vida a proteger a los suyos y a buscar una forma de erradicar la plaga zombi.

Pertenece a los «Vigilantes del Crepúsculo», una banda que se especializa en la vigilancia y la protección de los últimos bastiones de la humanidad. Son expertos en tácticas de guerrilla y en el uso de tecnología avanzada para espionaje y defensa. Operan principalmente al amanecer y al anochecer, momentos del día en los que sus habilidades de sigilo y precisión son más efectivas.

Tania está decidida a encontrar la vacuna para proteger a los habitantes de su refugio. Sabe que con la vacuna, pueden inmunizarse contra el virus y centrarse en fortalecer sus defensas. La pérdida de sus padres dejó una cicatriz profunda en Tania. Ella ve la vacuna como una forma de vengar sus muertes y asegurar que nadie más tenga que sufrir la misma pérdida.

Tania es una líder decidida y que domina la estrategia como nadie, es conocida por su inteligencia y su habilidad para anticipar los movimientos de sus enemigos. Bajo su liderazgo, los «Vigilantes del Crepúsculo» han desarrollado tácticas avanzadas de defensa y espionaje, convirtiéndose en una fuerza formidable. Su capacidad para inspirar y dirigir a su gente en momentos de crisis la ha convertido en una líder respetada y admirada.

Antes del colapso del mundo, la madre de Marla Vance era una de las ingenieras más destacadas en el desarrollo de infraestructuras sostenibles. Trabajaba en proyectos que buscaban adaptar las ciudades al cambio climático, construyendo comunidades autosuficientes con recursos limitados. Cuando el virus desató el caos, vio cómo todo aquello por lo que había trabajado se desmoronaba en cuestión de semanas.

Sobrevivió al apocalipsis gracias a su pragmatismo y capacidad de adaptación. Mientras otros luchaban por el poder o la simple supervivencia, ella comprendió que la clave para la resistencia no era el conflicto, sino la reconstrucción. Reunió a un grupo de ingenieros, artesanos y trabajadores manuales que aún creían en la posibilidad de un futuro más allá de la desesperación. Así nacieron Los Pioneros y ahora es su hija Marla la que los dirige.

Marla no busca simplemente reconstruir la civilización. Ella persigue algo más grande: Un nuevo refugio seguro para la humanidad. Cree que la clave para la supervivencia a largo plazo no está en las bandas guerrilleras ni en los pequeños asentamientos efímeros, sino en la creación de una ciudad autosostenible, un santuario donde las personas puedan vivir sin el constante temor de los zombis y las guerras entre facciones.

Antes del colapso, su mentor, el Dr. Elian Greaves, dirigía un proyecto ultrasecreto en Cristal City: un laboratorio dedicado a la investigación de energías renovables avanzadas y almacenamiento de datos a gran escala. Creía que la información almacenada allí podría contener la clave para restaurar la tecnología perdida, e incluso ayudar en el proceso de estabilización de la vacuna. Marla no solo busca reconstruir, sino también recuperar ese conocimiento perdido.

Últimamente se ha sabido que tiene cierta desconfianza hacia Anabela y su trabajo. Aunque Los Pioneros han estado reconstruyendo el laboratorio secreto donde se desarrolló la vacuna, Marla nunca ha estado completamente convencida de que la solución de Anabela sea la adecuada. Le preocupa que la vacuna termine en las manos equivocadas y se convierta en una herramienta de dominio en lugar de una cura para la humanidad. ¿Quién controla la vacuna? ¿Quién decide quién vive y quién muere? Esas son las preguntas que la atormentan.

La verdadera motivación oculta. Marla tuvo un hermano menor, Jonas Vance, que desapareció años atrás cuando la ciudad se sumió en el caos. Nadie sabe qué fue de él, pero los rumores dentro de Los Pioneros sugieren que podría haber formado parte de una de las facciones más peligrosas de Cristal City. Marla sigue buscando respuestas sobre su destino.

«No vine a salvar lo que fue… Vine a proteger lo que debe nacer del caos.»

En los límites del Bosque de las Sombras, donde la civilización se disuelve en raíces y ruinas, Kathy Myers lidera al enigmático Clan del Último Alba. Su nombre resuena como un eco entre los árboles, una advertencia y un misterio para quienes aún creen que el mundo puede salvarse.

Kathy no nació entre probetas ni laboratorios, sino en los márgenes del apocalipsis, criada por supervivientes que renegaban tanto de la ciencia como del poder. Aprendió a leer el mundo a través de símbolos, voces antiguas y señales en el cielo. Su inteligencia, afinada por la necesidad, no tiene nada de convencional: es intuición, estrategia, misticismo y fuego.

Para Kathy, la vacuna no es una cura, sino una amenaza al equilibrio natural que se ha instaurado tras el colapso. Cree que la humanidad debe transformarse, no reconstruirse. En sus ojos arde la convicción de que solo quienes acepten el cambio podrán caminar bajo el nuevo sol.

Vestida con cicatrices del pasado y una mirada que atraviesa las mentiras, Kathy desafía a todo aquel que busque imponer una salvación artificial. No lucha por destruir… sino por preservar lo que para ella es la única verdad posible: que el fin también puede ser un comienzo.

«Solo en el silencio absoluto de la razón nace la posibilidad de un nuevo comienzo.»

Helix Tanzer fue el rostro imperturbable de los Vigías del Vórtice, una facción nacida de la desesperación científica y del colapso moral tras la propagación del virus. De rostro sereno y mirada gélida, Helix no alzaba la voz, porque no lo necesitaba. Su sola presencia bastaba para imponer respeto… y miedo.

Criado entre laboratorios subterráneos y bases de datos secretas, creció convencido de que la humanidad no merecía otra oportunidad. Para él, cada error del pasado era una prueba matemática de que el sistema estaba irremediablemente corrupto. Y por eso eligió no destruirlo, sino reiniciarlo.

En el Refugio de los Condenados, Helix diseñó el núcleo energético capaz de desatar el borrado absoluto. Su plan: eliminar todo rastro de historia, memoria y resistencia para moldear un nuevo orden sin pasado… y sin emociones.

Pero su lógica inquebrantable encontró oposición en el valor humano: la memoria colectiva, el amor entre hermanos, el deseo de redención. Cuando cayó, no gritó, no suplicó. Solo susurró una advertencia: “Recordar… es una trampa.”

Helix Tanzer no fue un monstruo. Fue un reflejo extremo de la razón sin compasión. Su derrota no solo cerró el ciclo del virus, sino que reafirmó una verdad esencial: sin memoria, no hay humanidad.

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