Continuamos aprendiendo a surcar las corrientes que nos impulsan hacia la inclusión educativa, después de cerca de una treintena de cursos disfrutando del trabajo en el seno de las comunidades educativas de las Islas Canarias y de la Comunidad Autónoma de Andalucía, iniciamos un nuevo rumbo en el marco de la diversidad educativa, las altas capacidades intelectuales.
Quedan lejos en el tiempo, pero intactos en el recuerdo, los primeros pasos en la docencia como maestro volante en la zona sur de la isla de Tenerife, así como la ilusión por conocer, asimilar y participar en todas aquellas experiencias de «educación especial» típicas de la reforma de la época: apoyos, adaptaciones curriculares, aulas específicas, centros enclave de sordos, servicios de orientación, etc. La ilusión y pasión con la docencia y el asesoramiento se han mantenido en las sucesivas transformaciones educativas, siendo, por suerte, aún una realidad.
En el 2001 regresaba a mi Granada, además a la comarca de mi familia, la Contraviesa, iniciando mi trabajo como «psicólogo escolar» en el Equipo de Orientación Educativa de Ugíjar-Cádiar. Dos años ilusionantes de desarrollo profesional y personal impregnados por el aroma de la Alpujarra y sus interminables kilómetros de serpenteantes carreteras. Una auténtica inmersión profesional en el ámbito de la psicología educativa, que supuso un cambio de paradigma radical, del tratamiento clínico a la intervención psicopedagógica.
Entregado ya, totalmente, al contexto educativo y normativo andaluz desembarqué en el EOE de Loja, ya como «orientador escolar«, cambiando radicalmente mis ritmos de trabajo para poder dar respuestas a una ratio de necesidades educativas especiales mucho más elevada, pero también compartiendo un mayor número de experiencias inclusivas. Después de cuatro cursos enriquecedores como orientador en la zona, un golpe de timón, en parte forzado por la administración, me introdujo de lleno en el campo de la compensación educativa, concretamente en las corrientes de la interculturalidad y la enseñanza del español como segunda lengua. Aunque únicamente fue un curso, como miembro del Aula Temporal Lingüística de la zona de Loja, podría decir que fue el más intenso de mi vida profesional en cuanto a aprendizajes, experiencias y publicaciones compartidas con grandes profesionales.
En el curso 2008/09 inicié mi andadura como orientador de Instituto de Secundaria, primero el IES El Temple de La Malahá, después el IES Cartuja de Granada. Imborrables momentos los vividos en La Malahá, desarrollando actividades tutoriales e inclusivas como la «Boccia para todos«, el aula de cine, los dilemas morales coeducativos y un largo etcétera. En La Malahá elaboré mi primer blog educativo: «Orientación Educativa El Temple«, que me ha ido acompañando a lo largo de los años hasta la actualidad, con cabeceras como Necesidades Educativas Especiales o EOE Especializado en Limitaciones Auditivas. El IES Cartuja supuso la vuelta a los orígenes, al barrio de mi adolescencia, un acicate más para luchar con ímpetu y tesón contra la desigualdad estructural, social, laboral y étnica presente en el barrio. Facilitar el desarrollo personal, social, vocacional y formativo de alumnos y alumnas, cuyos padres fueron mis compañeros en las miles de batallas adolescentes, fue un orgullo y un verdadero placer. Allí forjé los más importantes vínculos personales de mi historia de vida.
El siguiente episodio profesional fue la entrada en la «Santa Sede» educativa provincial, la Delegación Territorial de Educación de Granada, como personal técnico en el área de Necesidades Educativas Especiales del Equipo Técnico Provincial de Orientación Educativa y Profesional (ETPOEP). Experiencia recomendable a cualquier profesional de la educación, especialmente de la orientación, eso sí, por un tiempo prudente. La inmersión en el conglomerado de la administración educativa me ofreció una visión global de la complejidad del sistema educativo que únicamente se puede obtener allí, lo que supone un aprendizaje para toda la vida y un cambio de perspectiva respecto a los procesos y la eficiencia de las estructuras educativas. En el fragor de la batalla diaria que presenta la coordinación de un área tan compleja las NEE de una provincia también se establecieron importantes vínculos emocionales.
Aunque para mí, esta entrada, supone un inmenso esfuerzo de síntesis, supongo que para al lector de este blog puede empezar a ser aburrido, para evitarlo he insertado enlaces sobre algunas de mis experiencias educativas y, sobre todo, me apremio a anclar este relato.
El siguiente giro de timón entre las corrientes educativas inclusivas desembocó en el Equipo de Orientación Educativa Especializado de Granada, en la especialidad de las limitaciones auditivas. Mundo complejo y gratificante el constituido por la Cultura de la Comunidad Sorda y su Lengua de Signos. El desarrollo tecnológico que han supuesto los implantes cocleares y su rápida evolución, junto a la variedad y complejidad de perspectivas en la intervención educativa con el alumnado hipoacúsico y sordo supone un constante reto de actualización para satisfacer las necesidades del profesorado, las familias y, sobre todo, el alumnado. Esta corriente inclusiva ha estado a punto de llevarme a la jubilación, han sido once cursos apasionantes de aprendizajes con excelentes profesionales del mundo de la audición y lenguaje, de la orientación, de la logopedia y de la medicina. Pero inevitablemente, lo mejor, con diferencia, ha sido la satisfacción de observar el progreso personal, curricular, académico y profesional de todo el alumnado con limitaciones auditivas de la provincia durante tanto tiempo, así como el trabajo conjunto con los profesionales implicados con su atención (equipos directivos, orientadores, tutores, profesorado de área, apoyos curriculares, AL+LSE, PT+LSE, intérpretes, monitores, asociaciones, etc.). No puedo olvidar la lucha constante por el mantenimiento, incremento, distribución y mejora de los recursos, tanto humanos como materiales, que necesita el alumnado con limitaciones auditivas para estar en igualdad de condiciones con el resto de discentes. Y tanto que no olvido, puesto que estas dos primeras semanas de curso mi trabajo se ha centrado en esa faceta, junto a la nueva compañera del área en el EOEE.
Más de una década de trabajo apasionante en el mundo de las limitaciones auditivas: cursos, congresos, grupos de trabajo, publicaciones, investigaciones, algunas de ellas aún en curso, y un largo etcétera. Al final, el último giro de timón no ha sido por los desplazamientos, a veces agotadores, que supone un EOE de carácter provincial, como se preveía.
Al final la única causa ha sido la oportunidad, la oportunidad de profundizar en otra corriente apasionante hacia la inclusión educativa, el mundo de las altas capacidades. Era el momento y, como todos sabemos, las oportunidades no se suelen volver a repetir. El momento desde el punto de vista de la administración educativa y desde el punto de vista de los compañeros y compañeras de navegación en este nuevo proyecto. Como todo orientador andaluz, la experiencia con alumnado con altas capacidades intelectuales es abundante, incluso desde el ámbito de la especialización en auditivos mi experiencia con las AACCII ha continuado a través de la intervención en casos de doble excepcionalidad (sordera y AACCII). Ahora, la experiencia previa se focaliza únicamente en este ámbito, fondeo en un nuevo mar, complejo y apasionante, poniendo en ello todos mis sentidos, esfuerzo y trabajo, con la ilusión de facilitar una respuesta educativa de calidad a todo al alumnado de la provincia y, si es posible, aportar nuevas perspectivas de acción a través del trabajo colaborativo con profesionales, universidades y asociaciones.
Las diversas rutas hacia la inclusión educativa tienen la misma finalidad, van de la mano, la diversidad de necesidades educativas converge en el objetivo de ofrecer a todo el alumnado una respuesta de calidad, que facilite el desarrollo de sus potencialidades, desde una perspectiva equitativa que intente compensar cualquier tipo de desigualdad. En definitiva, la rosa de los vientos de la inclusión marca distintos rumbos con un único horizonte: «todos juntos, desarrollando talentos«.