MÓNICA RODRÍGUEZ, GANADORA DEL PREMIO EDEBÉ DE LITERATURA INFANTIL POR «REY» PARA BECREA MÁLAGA

Leer es un gozo y en la vida nos procura, como decía Borges, muchos momentos de felicidad.

Hoy tenemos el honor de entrevistar a Mónica Rodríguez. Hablar de ella es sinónimo de buena LIJ. Empezó como científica, pero la llamada de las letras la hizo abandonar su trabajo en Ciemat, un centro de investigaciones, para regalarnos un buen número de historias maravillosas. Y fue todo un acierto, porque ya ha recibido los premios más importantes de la LIJ: el Edebé, el Vila d’Ibi, Alandar, Gran Angular, Anaya, Barco de Vapor, finalista en otro tanto; y sus libros ha sido galardonados entre los mejores en cuantiosas ocasiones por la Fundación Cuatrogatos, los Whiteraven, los Templis, Premio Hache, Kiriko y un largo etcétera. Además, hace muy poquito el XXX edición del Premio Edebé de Literatura Infantil con Rey.

– Hola Mónica, en primer lugar, quería darte las gracias por concedernos esta entrevista y felicitarte por tu reciente premio con Rey, que acaba de salir este 8 de abril, y de la que el jurado ha destacado la realidad que presenta. ¿Qué nos puedes adelantar de esta novela? Cuéntanos cómo llegas a plantearla y cómo te surgió la idea.

Rey surge a partir de la historia real de Ivan Mishukov, un niño que escapa con cuatro años de la violencia de su casa, en la Rusia deprimida de los años 90, y que sobrevive en las calles de la ciudad durante dos años gracias a una manada de perros, que acaba siendo su familia. El libro es una ficción que toma como punto de partida esta historia para tratar de ponerme en la piel de ese niño expulsado por su especie y acogido por otra. Me interesaba indagar en la soledad, la desprotección y la compasión más allá de nuestra especie.

– Tu hermano Julio es poeta; tú, una escritora de éxito refrendada por un sinfín de premios. ¿Qué libros han estado presentes en tu casa, en tu infancia? ¿Cuáles te han marcado?

– Mi madre era una gran lectora. También mi abuelo (su padre), que vivía con nosotros y que tenía una enorme biblioteca. En esa biblioteca había muchos libros, clásicos y contemporáneos, y también poesía. Mucha poesía. De ella bebimos ambos.

– La tuya es una carrera interesante: de un centro de investigaciones a escritora. Obviamente, no es flor de un día y escribir ha estado siempre ahí, pero… ¿cuál fue el impulsor para dedicarte definitivamente a la literatura?

– Hubo varios momentos clave, pero sin duda el hecho de conocer a Gonzalo Moure y que él confiara en mí y me enseñara tanto fue el mayor impulso. Después, en un encuentro frente a frente con la muerte, cuando me cayeron dos rayos en un avión, comprendí que yo quería seguir viviendo para escribir y tener una familia. Años más tarde vendimos la casa familiar y con ese dinero aposté por este nuevo camino. Me siento muy afortunada por seguir transitándolo.

– Tus premios, como decía en la presentación, son muchísimos. ¿Cómo recibes todos esos reconocimientos?

– Es cierto que he ganado muchos premios y eso se debe no solo al trabajo que hay detrás, y que es mucho, sino también a la suerte. Para tener a esta última de mi lado, lo que hago es presentarme mucho. Y es verdad que he ganado unos cuantos premios, pero he perdido muchísimos más, como es natural.

– ¿Qué supuso para ti recibir un premio como el Cervantes Chico?

Recibir el premio Cervantes Chico ya es otra cosa, porque el premio se concede a toda una trayectoria; es ahí donde te das cuenta de que lo que has hecho tiene un reconocimiento y una se siente orgullosa y muy honrada. Además, este premio es muy bonito porque se comparte con niños y niñas premiados por su calidad humana, con maestros y maestras y familias que hacen por que los libros estén muy presentes en los colegios.

– Hablemos de Biografía de un cuerpo, un libro sobre los cambios de la adolescencia, que recibió el premio Gran Angular. Creo haberte comentado alguna vez en una red social que es un libro valiente, diferente, que pone de relieve el esfuerzo y las dificultades de las responsabilidades en esa edad, y todo ello con un lenguaje atrevido en el mejor de los sentidos. Como madre has vivido la adolescencia de tus hijas, ¿cuánto aportan ellas a la Mónica escritora? ¿Qué fue para ti esta novela?

Biografía de un cuerpo nace de mi convivencia con mis hijas, y más concretamente con la mayor, que estudió en el conservatorio profesional de danza. Quería entenderla y, por extensión, entender a todos los adolescentes que en ese momento vital verdaderamente intenso, de cambio y búsqueda de uno mismo, se dedican a una disciplina tan exigente como la danza clásica, trabajando muchas horas contra su cuerpo y frente a un espejo. Ese cuerpo que está cambiando.

También quería ahondar en las relaciones padres-hijos, como madre me interesa mucho, y por último reflexionar sobre el arte, tan necesario para consolarnos frente al dolor de la vida, para acompañarnos en nuestro asombro e incomprensión del mundo, pero que exige en ocasiones a sus intérpretes una dedicación demasiado excesiva. ¿Puede entonces llegar a condenar en lugar de a salvar?

– Como madre has vivido la adolescencia de tus hijas, ¿cuánto aportan ellas a la Mónica escritora? ¿Qué fue para ti esta novela?

Lógicamente mis hijas son un refrente en lo que escribo porque la experiencia personal siempre está presente en todo lo que escribimos los escritores aunque no tenga mucho que ver con nuestras vidas. Hablar con ellas, preguntarles, leer párrafos y analizarlos me ayuda a entender a los adolescentes.

Los Darling es una obra infantil de teatro, divertida y muy buena. Desde aquí recomiendo a todas las bibliotecas escolares incluirla en sus fondos. ¿Cómo fue abordar un género diferente a la narrativa? Sus personajes son muy especiales, ¿cómo llegas a imaginarlos?

– Escribo habitualmente teatro para una de mis mejores amigas, que es profesora de teatro de un colegio. Hago obras adecuadas al número y características de sus alumnos, sobre temas que a ellos les interesan. A veces he acudido a sus clases para preguntarles y dialogar con ellos sobre esos temas. De ahí nacen las obras, que son corales, para que nadie tenga un protagonismo excesivo, y que suelen afrontar las temáticas con humor.

Los Darling nacen de una de esas ideas de los chicos que querían que la obra fuera de monstruos. Así que, si querían monstruos, pues tendrían monstruos, todos los posibles ya imaginados e incluso los no imaginados como esa familia que es abominable de tan cursi y que acaba dando mucho más miedo que los propios monstruos.

Esa familia nace también de mi experiencia personal. En este caso, de la de mi hermana, que convivió cuando era adolescente en New Jersey con una familia estadounidense tremendamente cursi. ¡Hacían la piña del amor!

Como sabes, la labor fundamental de una biblioteca escolar es el fomento de la lectura. ¿Qué consejo darías tú a los pequeños y jóvenes para animarlos a leer?

Que busquen en las estanterías de la biblioteca aquellos libros que les pueden gustar, que ojeen y hojeen hasta dar con esa historia que conecte con ellos, porque leer tiene muchos beneficios, muchos, muchísimos, pero, sobre todo, leer es un gozo y en la vida nos procura, como decía Borges, muchos momentos de felicidad.

– De tus libros o de tus personajes, ¿tienes alguno preferido? y si es así, ¿por qué?

Es difícil elegir alguno porque he pasado horas –muchas–, conviviendo con ellos, siguiéndoles, metiéndome en sus pieles, emocionándome. Alma, Marcos, Rebeca… pero quizá Cecilia, la protagonista de Cueto Negro, sea una de mis preferidas, porque en el fondo esa niña que descubre el amor y el deseo y que ya no volverá a mirar el mundo con los mismos ojos, soy yo.

El Hotel, Clío y la máquina de escribir o Un día en el museo, son obras divertidas por estar plagadas de personajes peculiares. ¿Cómo concibes el humor para jóvenes y los más pequeños?

Creo que el humor es necesario para afrontar la vida y sus conflictos de forma sana. Yo necesito cada cierto tiempo escribir una historia de humor. Mi humor es un poco disparatado, excesivo, jugando con lo peculiar y lo estrafalario. Y creo que ese humor conecta bien con ellos. Al menos, en los encuentros con lectores así me lo hacen ver.

– Leí una vez que decías que la LIJ era una isla, pero olvidada. Sin duda, escribir LIJ es algo vocacional y el poco respecto de determinados sectores resulta doloroso e incomprensible. Sin embargo, es uno de los segmentos editoriales con más éxito de ventas. ¿Qué dirías a aquéllos que, en nuestro país, aún no se han dado cuenta de la enorme calidad de la que goza la LIJ? (Si es que quieres decirles algo).

Les diría que den una oportunidad a la LIJ, que se acerquen a ella, que lean algunos de sus libros porque hay verdaderas joyas y es una lástima que se las pierdan simplemente por sostener esa etiqueta.

– ¿Puedes adelantarnos en qué andas tecleando ahora?

Acabo de terminar una historia de humor, que necesité escribir después de meterme de lleno en una trágica historia de amor. Ahora toca dejarlas descansar a ambas y volverlas a leer con distancia para corregirlas de nuevo.

– Me dejo muchos libros por comentar que me encantan, como Piara, tan entrañable, o Alma y la isla, donde, de manera magistral, muestras cómo la comunicación y la amistad son mucho más que palabras. Pero tu obra es dilatada para una sola entrevista, así que, para terminar, he de volver a Rey, seleccionada entre más de 140 manuscritos y que se estrena ahora mismo en librerías. ¿Qué crees que puede atraer a tu legión de lectores a esta obra?

– Es una obra sin concesiones, dura, pero creo que también bella. Confío en que los lectores se conmuevan, se emocionen y reflexionen con ella del mismo modo que me sucedió a mí al escribirla. Hay indagación y ficción sí, pero la base es una historia real y eso impresiona.

– Estamos deseando leerla, Mónica. Muchísimas gracias, pues desde el mismo momento en que te lo pedimos aceptaste. Te deseamos que tu excelente trabajo se siga viendo recompensado como hasta ahora y, sobre todo, te damos las gracias por regalarnos historias.

– Muchas gracias a por vosotros por fijaros en ellas y darle sentido a mi oficio de escribir.

También te podría gustar...

Deja una respuesta