Nuestro cerebro es la estructura más desarrollada de nuestro cuerpo. Sin que lo sepamos, interviene en todas nuestras funciones, como respirar o hacer latir nuestro corazón, para que no tengamos que pensar en ello. ¿Por qué lo hace? Porque pensar requiere energía. Lo que hace nuestro cerebro es que automatiza estas funciones para que podamos ahorrar energía extra y usarla para otros fines, como dibujar o resolver un problema matemático difícil. Nuestro cerebro también es capaz de producir sus propias drogas que pueden hacernos sentir felices, enérgicos o tranquilos, dependiendo de nuestras necesidades y de la situación. Lo hace produciendo hormonas y neurotransmisores específicos. Algunos centros de desintoxicación de drogas enseñan a sus pacientes cómo hacerlo. En este artículo, repasaremos algunas de las drogas más conocidas y emocionantes que ofrece nuestro cerebro y que median nuestros pensamientos, sentimientos y emociones.

¿Son las emociones algo mágico?

La mayoría de nosotros experimentamos emociones, algunas por menos tiempo y otras por más. Las principales emociones que sentimos son:

  • Ira
  • Miedo
  • Placer
  • Tristeza
  • Sorpresa

¿Pero de dónde vienen? La estructura principal del cerebro que da forma e interviene en nuestras emociones es la amígdala, y es parte de nuestro sistema límbico, ubicado en nuestro cerebro. Podemos producir tales sentimientos al ver algo que nos gusta o no, al pensar en algo que nos enoja o que nos pone felices o tristes. Por ejemplo, ver una araña es un estímulo externo que nos asusta a la mayoría. Sin embargo, ver un cachorro nos haría felices a la mayoría de nosotros.

¿Tenemos algún control sobre nuestras emociones?

La respuesta es sí. Está en nuestras manos pensar en cosas que nos hacen felices o nos dan placer. Además, depende de nosotros si decidimos centrar nuestra atención en pensamientos negativos o cosas que nos disgustan. Pasar tiempo con los que amamos o realizar actividades que disfrutamos ayuda a nuestro cerebro a producir hormonas que nos hacen sentir bien, calmarnos o volvernos más enérgicos, tal como lo hacen las drogas. Por lo tanto, podemos ser nuestro propio jefe y producir drogas en lugar de comprarlas.

¿Cómo interviene nuestro cerebro en nuestro estado de ánimo?

Nuestro cerebro puede intervenir en nuestro estado de ánimo. Todos tenemos nuestros altibajos, que suelen ser transitorios. Puede que nos entristezcamos un día porque peleamos con nuestro mejor amigo o porque obtuvimos una mala nota en clase. Sin embargo, estar triste no dura mucho. Usar nuestra lógica y escuchar algunas palabras de aliento nos ayudará a sentirnos mejor y a equilibrar nuestro estado de ánimo nuevamente. Sentirse feliz o infeliz durante un período prolongado es una indicación de que algo va mal con la forma en que nuestro cerebro interviene en nuestro estado de ánimo y los estímulos del entorno.

Oxitocina, la hormona del amor

La oxitocina, conocida como la hormona del amor, es una hormona muy conocida secretada por nuestra glándula pituitaria, también llamada hipófisis. Esta glándula existe en la base de nuestro cerebro y es tan pequeña como un guisante. Pero ¿de dónde viene su apodo? La oxitocina tiene un papel esencial en el apego social y el vínculo interpersonal.

Se libera cuando hay afecto. Los científicos la descubrieron por primera vez durante el trabajo de parto, al analizar el vínculo y la relación madre-hijo. La acción de la oxitocina era tan intensa que podía ayudar a una madre a olvidarse de la experiencia potencialmente dolorosa de dar a luz, al crear un estado mágico de dolor-amnesia.

Por lo tanto, una madre sana puede cuidar directamente a su bebé y mostrarle amor y afecto. La oxitocina promueve la unión tanto en hombres como en mujeres. De hecho, la liberación de oxitocina no requiere mucho. Algunas personas liberan oxitocina incluso cuando juegan con sus perros.

Dopamina, serotonina, endorfinas, norepinefrina, hormonas y neurotransmisores que contribuyen a nuestra felicidad

La dopamina, serotonina, norepinefrina y endorfinas son hormonas y neurotransmisores que contribuyen a nuestra felicidad de diferentes formas. Es vital saber cómo producir estas “drogas” para lograr la alegría y el bienestar cotidianos. Por ejemplo, lo primero que te dice el médico cuando te quejas de estar bajo anímicamente es que salgas y hagas deporte. ¿Cuál es la lógica de esto? El ejercicio promueve la liberación de endorfinas, que son hormonas que mejoran nuestro estado de ánimo. También liberamos endorfinas cuando comemos algo que disfrutamos, como el chocolate. La serotonina es un neurotransmisor que promueve el bienestar y la satisfacción. Los niveles bajos de serotonina pueden hacernos sentir tristes o ansiosos, o podemos tener dificultades para dormir. Saber cómo aumentar los niveles de serotonina es esencial para controlar los altibajos.

Formas de impulsar la producción de tus propias drogas

Muchas veces, la gente no sabe cómo producir drogas de calidad. Por lo tanto, busca otras formas de contrarrestar sus emociones y estado de ánimo. Comprar drogas es una de ellas. Sin embargo, sentirse realizado, equilibrado y feliz a través de una gran variedad de comportamientos, pensamientos y emociones específicos significa que estamos produciendo las mejores drogas.

Aquí hay algunas formas de ayudarte a aumentar la producción de drogas en tu cerebro:

  • Consume alimentos ricos en triptófano.
  • Haz ejercicio aeróbico.
  • Pasa tiempo al sol.
  • Recuerda momentos felices mirando fotos o visualizando experiencias de tu vida que te trajeron felicidad.
  • Escucha la música que te guste.
  • Haz cosas que mejoren tu estado de ánimo.
  • Evita situaciones que te hagan sentir asustado o infeliz.
  • Duerme lo suficiente.
  • Consume probióticos o alimentos ricos en probióticos.
  • Medita.
  • Considera tomar algunos suplementos naturales.
  • Sal con amigos.
  • Deja de pensar en cosas negativas.
  • Descansa de las pantallas.

Ser nuestro propio proveedor

Como se mencionó anteriormente, no necesitamos proveedores externos de drogas cuando podemos decirle a nuestro cerebro que produzca sus propias drogas. Todo lo que necesitamos es curiosidad y motivación para hacerlo posible. Nuestro cerebro es tan poderoso que puede ponernos felices o tristes cuando se lo ordenemos. Aprender a usar nuestros pensamientos y comportamientos a nuestro favor también nos hace poderosos. La clave es descubrir qué nos hace sentir bien, qué nos calma o qué impulsa nuestra energía. El mundo está lleno de cosas y actividades increíbles que se adaptan a todos los gustos, ¡sólo tenemos que estar abiertos a  probarlos!