En ocasiones colocamos a los bebés delante del televisor, simplemente porque creemos que así ampliarán su vocabulario, que estimularemos su imaginación o que les resultará divertido. Sin embargo, un estudio realizado en la Harvard Medical School demuestra que la televisión no educa a los bebés y no les reporta ningún tipo de beneficio.
Algunos bebés comienzan a ver televisión a partir de los seis meses
Estos investigadores analizaron a más de 800 niños, desde el momento de su nacimiento hasta que cumplieron tres años. Los padres tenían la misión de estimar el número de horas diarias que sus bebés pasaban delante del televisor, ya sea mirando programas televisivos o DVDs.
Los resultados fueron sorprendentes: como promedio, los bebés de seis meses pasaban 0.9 horas al día delante de la televisión, una cifra que aumentaba con la edad, de manera que los niños de un año pasaban 1,2 horas al día y los pequeños de dos años 1,4 horas.
El desarrollo cognitivo se ve afectado por la televisión
Los investigadores no solo recogieron la cantidad de horas que los bebés pasaban delante del televisor sino que también les aplicaron un test de inteligencia, el cual incluía el análisis del vocabulario y la comprensión verbal, así como pruebas para evaluar sus habilidades cognitivas, visuales y motoras.
Después de tres años, estos investigadores afirman que no hallaron evidencia alguna de que la televisión o los DVDs dirigidos especialmente a los bebés tengan un efecto positivo en su desarrollo cognitivo. Sus resultados, publicados en la prestigiosa revista Pediatrics, no solo afirman que la televisión no reporta beneficios sino que incluso indican que puede ser perjudicial para los niños tan pequeños. De hecho, las pruebas revelaron que los bebés que veían más televisión también tenían una comprensión verbal más deficiente y habían desarrollado menos sus habilidades motoras y visuales.
Uno de los investigadores principales ha llegado a afirmar que “ver la televisión a edades tan tempranas es solo una pérdida de tiempo porque roba el espacio a otras tareas que pueden ser mucho más beneficiosas para el desarrollo cognitivo”.
Sin embargo, este no es el único estudio que ha analizado los efectos de la televisión en los niños pequeños. Otras investigaciones apuntan que este hábito también aumenta las probabilidades de sufrir obesidad a edades tempranas, provocar alteraciones en el sueño y problemas de atención.
¿Cuál es la solución?
Los investigadores están convencidos de que la tecnología, en sentido general, no puede hacer de niñera y recomiendan que los niños pequeños estén expuestos lo menos posible a la televisión. Lo ideal es que, al menos hasta que cumplan los dos años, los pequeños reciban la estimulación de las personas que le rodean. No debemos olvidar que a esta edad los lazos afectivos son fundamentales para lograr un buen desarrollo psicológico y nada puede suplantar el cariño y el contacto físico con los padres.