Exposición NADA, BUDA, DADA, en San Telmo
Con la exposición NADA, BUDA, DADA Eugenio Rivas nos plantea una apología del silencio por medio de materiales y elementos pertenecientes al mundo de lo sonoro. El silencio detiene el tiempo, lo dilata, funciona como clave para romper el ritmo y evidenciar el sonido, la presencia. Gracias al silencio tomamos conciencia de nuestro plano físico, detenemos el pensamiento y aterrizamos en la realidad.
En la novela de Hermann Hesse, Siddhartha nos habla de la meditación como el arte de la contemplación, el ritual del ensimismamiento. El personaje de Hesse define “Om” como la palabra por excelencia, que ha de ser pronunciada en silencio, en el interior: “Om es el arco, el alma es la flecha, y Brahma es el blanco al cual has de apuntar, impertérrito.” (Hesse, 1922).
En esta línea, Rivas dirige nuestra atención hacia los conocimientos de la filosofía budista y utiliza su trabajo como instrumento para alcanzar el objetivo dispuesto.
Tres piezas cardinales argumentan el discurso expositivo: una Estructura de silencio fabricada con metal y espuma acústica, una Campana de silencio que amenaza con hacer sonar al cemento que la constituye; y un dibujo en el que es precisa nuestra escucha para leer las tres palabras que dan nombre a la exposición, “Nada”, “Buda” y “Dada”, tres pilares que sostienen el tono apagada de esta melodía en negro.