Beatriz Blanes Castro
Por Ciro Ortín Schmitz
En Laujar nos subimos al autobús y partimos hacia el aeropuerto de Málaga. Estuvimos esperando alrededor de una hora y media y entre los check-in, controles y esperas, pudimos embarcar casi a las 22:00h.
Nuestro vuelo duró poco más de 3 horas y al descender a algunos de nosotros se nos taponaron los oídos debido a las variaciones de presión. Al aterrizar y recoger las maletas nos estaban esperando unos taxistas muy agradables que nos llevaron más rápido de lo normal y lo legal al hotel.
Cuando llegamos, eran cerca de las 3:00h, y el recepcionista nos hizo rellenar unos papeles con nuestros datos y por fin pudimos irnos a dormir para tener que despertarnos al día siguiente a las 8:00h. Dormimos 5 horas.
Por Antonia García
Salimos dirección Málaga por la tarde a la hora convenida. Las caras de nuestros niños nos transmitían mucha ilusión con este proyecto. Estaban contenidos, pero no podían evitar ese brillo en los ojos de quien empieza una aventura. El viaje se hizo corto pues era hora de una siestecita.
Una vez en el aeropuerto de Málaga, lo que tocaba: facturación, documentación de embarque, control de seguridad y embarque. El viaje fue estupendo, con aplauso final de parte del pasaje, por lo visto, algo muy checo. Para los que se estrenaban viajando en avión, todo hasta el momento supuso aprendizaje de las gestiones necesarias para este tipo de desplazamientos, pues muy curiosos preguntaban de todo. Aterrizamos sobre la 1 de la madrugada y con risillas nerviosas nos comentaban sus sensaciones. Cogimos taxis, y «Fernando Alonso y Fitipaldi» ( los conductores, jajajajajaja) nos llevaron «at full speed» al hotel, estupendo, por cierto. Luego ya el check in – empezaron los alumnos a defenderse en inglés- y a descansar… casi a las 3 hrs!!
