Tomás Acedo: Una Mirada Amplia Y Humana

«Hoy en día, ser una buena persona equivale a ser un héroe»

John Le Carré

Hace cerca de tres décadas, Tomás hizo al IES La Jarcia don de su persona. Un inmenso regalo que continuó durante el crecimiento de este centro por medio del trabajo continuo, callado y certero al que nos acostumbró cada día, con cada oportunidad, en cada encrucijada.

Hoy lunes 19 de diciembre, la comunidad del IES La Jarcia ha querido rendir homenaje a Tomás ante su inminente jubilación: profesorado, alumnado y personal de administración, servicios y limpieza. Todo un grupo de personas tan diferentes como sus vidas que sin embargo, se encontraban unidas esta tarde por un hilo, tan resistente como modestamente apreciable (al igual que su modelo): la admiración por un hombre que inadvertidamente reivindica el poder de la silenciosa persistencia de la bondad y la compasión.

Siendo ya mayor, preguntaron a Schopenhauer que por qué se levantaba de la cama todo los días si pensaba que la vida era un lugar de penalidades para el ser humano. Respondió que justamente por eso: porque tenía la esperanza de que, quizás, un día, seríamos capaces de ver al otro como un compañero de desdichas y no como un competidor. Como una persona que al igual que nosotros está llena de errores y aciertos, de fracasos y triunfos, de vulnerabilidades y fortalezas. Como un pequeño gigante que sale a un mundo que en muchas ocasiones, nos parece frío, indiferente, hostil…. y sin embargo, se esfuerza en encontrar la mejor parte de sí y de los demás para simplemente, seguir adelante. Un día más, por una razón más.

Arthur Schopenhauer no tuvo la suerte de conocer a Tomás. Porque en él sí habría encontrado esa mirada que no juzga, sino comprende; que no aparta, sino que acompaña y que no rechaza, sino que acoge. Con toda la grandeza de su corazón.

Las cosas de verdad, las importantes, no se dicen. Simplemente, son. Se anuncian con su presencia. Al igual que Tomás que, con su estar, permitía nuestro ser, la mejor versión de nosotros mismos que quedaba tras compartir unos instantes con él.

Damos lo que nos sobra. Lo que nos sobra, es lo que nos define. Y Tomás ofrecía como seguirá ofreciendo el punto de apoyo que era (que es y que será) su estar ahí y el de su mirada, amplia y humana.