El día 26 inició nuestra aventura en el Erasmus + rumbo a Saint André, donde nuestros chicos y chicas se dieron encuentro con la que iba a ser su familia para el resto de la semana. Así, sin bajas ni pérdidas materiales irreparables (de milagro), llegamos y nos alojamos para empezar con fuerza nuestra inmersión lingüística.
El lunes 27 nuestros compañeros y alumnos franceses nos recibieron con un desayuno no en el instituto, nos presentaron diferentes aspectos y elementos culturales de la zona (incluyendo una visita al museo de arte romano y a la iglesia de Saint-André, donde nos recibió el alcalde) y nos invitaron participar en talleres de Educación Física y Plástica.
El día 28, martes, visitamos el pueblo costero de Collioure, donde pudimos visitar uno de los castillos de los Reyes de Mallorca. Después de eso, tuvimos un ratito de esparcimiento por la playa y el resto de la zona, llegando los más curiosos y avispados a visitar la tumba de nuestro paisano Antonio Machado.
En nuestra visita a Serrabona del día 29 pudimos disfrutar de una iglesia del siglo XI en perfecto estado de conservación, que incluía una tribuna donde nuestro alumnado nos deleitó con una sevillana interpretada con pasión, mucha voluntad y un compás mejorable. Después de esto, conocimos los alrededores de la iglesia con una carrera de orientación que nos permitió ampliar nuestro vocabulario sobre elementos naturales y culturales de la zona.
El día 30 fue de lo más completo, incluyendo una visita a Ceret y su museo de arte moderno. Allí, pudimos disfrutar de obras de artistas como Dalí, Miró y Picasso, junto con una exposición de arte contemporáneo y una exposición de tapices de Teresa Lanceta. Después, fuimos a la Maison de L’eau, donde el alumnado tomó y analizó muestras de agua fluvial y realizó actividades de concienciación para el cuidado medioambiental.
Llegando ya al final de nuestro programa Erasmus +, el día 31 visitamos Villaneuve de Raho, donde dimos un paseo por los alrededores de unos lagos artificiales, guiados hasta un observatorio donde pudimos ver aves migratorias que pasan por la zona durante sus travesías. Tras esto, dimos nuestro mejor esfuerzo para grabar un flash mob mientras contribuíamos a la limpieza de los residuos de la zona.
Finalmente, nuestra andadura por tierras francesas llegó a su fin el día 1 de junio. Tocó despedirse de personas que a día de hoy podemos llamar amigos y familiares de otra sangre y poner rumbo a nuestra Rociana del Condado. Llegamos vacíos de energía, pero con el corazón lleno. Repetiremos.
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