Vamos sacando las primeras conclusiones tras 6 días de medición continua en un taller…
En la primera imagen hacemos una comparación con un medidor comercial tipo NDIR, nos desanimamos un poco porque parecía no cuadrar y se lo achacábamos a que el prototipo podía estar un poco «maltratado», en concreto el sensor.
Pero Juan Antonio Juango hizo comparación con el medidor industrial que tienen los compañeros de Edificación y parece que no anda nada mal, después de todo, parece dar datos de una buena fiabilidad, al menos de manera preliminar, seguiremos muestreando y comprobando si cuadra. De momento, todo apunta a que sí.
En cuanto a la comunicación con la nube, parece que funciona muy bien. El muestreo actual es de un paquete al minuto, donde se envía información de partes por millón de CO2, temperatura y humedad. Las dos últimas, de momento no son demasiado significativas más allá de que parece que oscilan muy poco y que la variación día/noche es bastante pequeña seguramente gracias al clima costero que nos brinda la ciudad de Málaga. En el gráfico de arriba se ve un salto de unas dos horas en que se perdió la comunicación. Esto no es nada raro en el Andared nuestro de todos los días, no creemos que sea imputable al dispositivo. Además, se ve una subida pronunciada y una bajada alrededor de las 12, momento en que se hizo una prueba en el taller para ver cómo subía el CO2 y cómo bajaba después (sin llegar nunca a niveles peligrosos).
Las condiciones eran de una ocupación de 19 personas dentro, para una superficie de algo más de 100 metros cuadrados y altura de unos 3 metros (es decir, unos 300 metros cúbicos de aire), bien ventilado, con ventilación cruzada y bastante corriente. Manteniendo ventanas abiertas (incluso una pequeña cruzada) y cerrando la puerta, en pocos minutos se pasa de unas 550ppm a unas 630ppm. Al abrir la puerta se ventila muy rápido y desciende el nivel de CO2 a niveles más saludables.
En estos gráficos vemos un fenómeno curioso (en esas horas el aula está vacía y aumenta 30-40 ppm de forma espontánea) al que, de momento, la única explicación que le vemos sentido es al incremento del tráfico en horas punta por la mañana y por la noche, quizá acompañado de una reducción de la corriente de aire. Seguiremos midiendo para comprobar que no son fenómenos espurios, aunque parece que siguen este patrón horario.