¡NO ENCAJO EN EL MOLDE!

Isabel Pérez

Una chica de diecisiete años de estatura media, delgada, pelo castaño, ojos grandes y miles de complejos… Cuando tenía cuatro años amaba jugar con playmobils en lugar de barbies, con cinco prefería hacerse una cola a llevar el pelo suelto, con seis ya no quería faldas ni vestidos, se decantaba por pantalones y sudaderas, con siete empezaba a encantarle la lectura, con ocho pasaba horas dibujando, con nueve veía largos documentales de cultura egipcia, con diez pasaba el tiempo jugando a juegos de mesa, con once elegía quedarse en casa haciendo algo más productivo que ir a la placita a criticar, con doce ya discutía de forma compleja, con trece se dio cuenta que no le gustaba seguir al resto, con catorce comenzaba a debatir sobre temas interesantes, con quince tomaba su propio camino fuera de las botellonas, con dieciséis se quedó sola.

Perdona a esa chica por sus inquietudes, perdónala por no tener gustos comunes, perdónala por ser diferente, perdónala porque ella no sabía lo que iba a pasar… Pero sobre todo perdona a su madre porque ella le enseñó esas cosas interesantes, le ofreció otra visión del mundo, le hizo preguntarse, cuestionarse y reflexionar, le dijo que creara su camino y que nunca había que seguir al resto.

Lo que ella no sabía es que la sociedad aplasta lo que se escapa del molde. ¿Por qué crear unos moldes? ¿Por qué tenemos que ser todos iguales? Pues es más simple de lo que parece, resulta que conviene que seamos iguales, que nuestra máxima aspiración sea ir a un botellón, que nuestra conversación más interesante sea lo guapo que es tal y la ropa que me pondré para salir, que estemos contentos con lo que nos dan… Todo ello para que no luches, no te quejes, no cuestiones, no te manifiestes y si haces algo de eso, si tus características no son las establecidas te hacen sentir débil, inferior y que no vales nada. Intentan hacerte ver que no encajas, pero en realidad solo eres un peligro para los que imponen el molde, un peligro para las reglas del juego.

Quizás los jóvenes solo son una víctima más del sistema que les rodea, pero la posibilidad del cambio está en sus manos. Si caminas por la calle y empiezas a preguntar ¿Qué le interesa a los jóvenes?, la mayoría de las respuestas son: la ropa, la comida, dormir y levantarse tarde, fiestas, la playa, el móvil, los chicos/as… Pero hay una parte cuyos intereses son: la política, la cultura, comentar libros y artículos, discutir sobre preguntas de filosofía, buscar solución a cuestiones complicadas… y cuyo objetivo siempre será luchar y nunca conformarse.

Hoy esa chica tiene diecisiete años, no encaja en el molde, ni ella ni sus nuevos amigos que ahora la rodean. Para muchos son los reventados, los frikis, los empollones, los poco populares, los raros… pero en realidad son el cambio, la salvación para este sistema que reprime y ahoga, aquellos que pueden conseguir algo mejor para todos. Hoy ellos han entendido que no encajar te destruye, pero que seguir ese molde es mucho peor. Así que ¡Basta de conformismo!, actúa, lucha, muéstrate al mundo y grita orgulloso ¡No encajo en el molde!

 

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