Qué ocurriría si en una reunión en la que hay varios sujetos de altas capacidades intelectuales, superdotados, talentosos, pedimos que estos se levanten. Todavía hoy, la mayoría no se levantaría, sigue habiendo una “caza de brujas” y un “silencio impuesto” a las personas con AACCII para que no “pongan en evidencia” a las que no poseen estas cualidades (Véronique Burban) .
En la misma línea, en el artículo que os propongo para vuestra reflexión: ¿Puede decirte la ciencia si eres más inteligente que los demás?, la filóloga, periodista y escritora Lucía Etxebarría lamenta que en España se siente aversión por la gente inteligente.
http://elpais.com/elpais/2016/03/14/ciencia/1457979452_056841.html
El artículo invita a reflexionar y plantearse no pocas preguntas. Qué valor tiene el cociente intelectual, en qué medida es un buen predictor del potencial de éxito de las personas.
El talento, ¿es algo heredado? que nos viene dado al nacer, o bien es fruto del aprendizaje que se produce al interactuar con el entorno. Es decir, el desarrollo, el aprendizaje, la maduración del individuo ¿es fruto de la genética o de las experiencias familiares, escolares y sociales a las que todo individuo queda expuesto desde su nacimiento?.
La creencia, desafortunadamente bastante extendida entre la comunidad educativa, en particular, y la sociedad en general, de que no hace falta hacer nada por las personas de altas capacidades intelectuales, se apoya en la visión de que “la inteligencia es una y de origen genético” y, por tanto, la que justifica las desigualdades como algo natural y, lo que es aún más peligroso, inamovible”, por tanto, quedaría justificada la postura de muchos de no invertir tiempo y recursos en estos sujetos.