El 1 de noviembre se celebra en varias partes del mundo el Día de Todos los Santos, una fecha católica que busca rendir homenaje a todos los santos que han existido a lo largo de la historia e incluso aquellas almas que ya han pasado el purgatorio y se encuentran en el reino de los cielos. La iglesia primitiva solía celebrar el día de la muerte de un mártir que dio su vida por la obra de Dios. Pero con el paso del tiempo y sobre todo después de la Persecución de Diocleciano, conocida también como la Gran Persecución, donde un inmenso número de cristianos murieron a manos del ejército romano, la Iglesia tuvo que agrupar a sus mártires en una sola festividad.
A pesar de que el primero en otorgar carácter ritualístico a este día fue el papa Gregorio III al consagrar la capilla en la Basílica de San Pedro en honor a todos los Santos en el siglo VIII, fue el papa Gregorio IV en el año 835 quien estableció el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos, escogiendo esta fecha porque coincidía con una festividad de los pueblos germánicos y en aquella época el objetivo de la Iglesia era ir eliminando las fiestas paganas del calendario. Como norma general, durante este días las catedrales exhiben las reliquias de los santos que hay entre sus muros para que los fieles puedan acudir a rendirles culto.
Muchas personas creen que el Día de Todos los Santos y el Día de Difuntos, conocido también como Día de Muertos o de las Ánimas, son lo mismo, pero lo cierto es que celebran cosas diferentes y tiene lugar en diferentes días del calendario.
El Día de Difuntos, 2 de noviembre, se celebra que los fallecidos que han superado el purgatorio y se han santificado de forma total obtienen la visión beática. Así los cristianos creen en el paso a la vida eterna en la presencia de Dios. Durante esta jornada se celebran las denominadas misas de réquiem, ruegos por el alma de los muertos. Sin embargo, si el día 2 de noviembre cae en domingo, no se podrán celebrar este tipo de ceremonias, por suerte este año 2021, cae en martes.