DÍA DE TODOS LOS SANTOS Y DÍA DE LOS SANTOS DIFUNTOS, 1 Y 2 DE NOVIEMBRE

El Día de Todos los Santos, se celebra cada año el 1 de noviembre en España y en el resto de países católicos de origen latino, es la festividad cristiana elegida para honrar a los difuntos. En otras Iglesias esta celebración se conmemora en una fecha diferente: como en la ortodoxa y en las católicas de rito bizantino que se celebra el primer domingo de Pentecostés.

La celebración conmemora la completa santificación de los difuntos que, tras haber superado el purgatorio, han conseguido la visión beatífica y pueden gozar ya de la vida eterna según las creencias cristinas. En este día no se festeja solo por los santos o beatos que forman parte de la lista de canonizados sino por todos aquellos difuntos que no están canonizados, pero ya viven en presencia de Dios.

La celebración del Día de Todos los Santos remonta su origen a la costumbre de la Iglesia primitiva de conmemorar el aniversario de la muerte de un mártir en el propio lugar del martirio.

Era muy frecuente que los grupos de mártires muriesen el mismo día, por ese motivo se inició una celebración común para conmemorarlos a todos. Una de las primeras muestras de esta festividad se remonta al domingo anterior de Pentecostés en Antioquía.

Sin embargo, no fue hasta la llegada de Gregorio IV, el 101er papa de la Iglesia católica, a mediados del siglo IX cuando el Día de los Santos se fijó el para el día 1 de noviembre.

El 2 de noviembre se conmemora el Día de los Fieles Difuntos, para recordar a aquellos hermanos de la comunidad que han dejado la vida terrenal. Se trata de un complemento al Día de Todos los Santos, pero no se deben confundir.

A esta festividad del 2 de noviembre también se la conoce también como día de los santos difuntos o día de los muertos pero a su vez esta celebración, no se debe confundir con la celebración tradicional mexicana del Día de Muertos.

                                                                                           

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