Día de la Tolerancia 2018

  • untitled
  • untitled2
  • untitled3

16 Noviembre- Día internacional de la Tolerancia y Día del Flamenco.

El 16 de noviembre la comunidad internacional celebra el Día Internacional de la Tolerancia con actividades dirigidas tanto a instituciones educativas como al público en general.

Las Naciones Unidas están comprometidas a fortalecer la tolerancia fomentando la comprensión mutua entre las culturas y los pueblos. Este imperativo, que figura en el centro de la Carta de las Naciones Unidas, así como de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es más necesario que nunca en un contexto en el que el extremismo violento está en aumento y en el que los conflictos caracterizados por el desprecio a la vida humana están cada vez más extendidos.

En 1996, la Asamblea General de la ONU (en su resolución 51/95) invitó a los Estados Miembros a celebrar el Día Internacional de la Tolerancia el 16 de noviembre. Esta acción dio seguimiento al Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia de 1995, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993 por iniciativa de la UNESCO, como se indica en la Declaración de Principios sobre Tolerancia y Plan de Acción de Seguimiento del Año.

La gente es distinta por naturaleza, sólo la tolerancia asegura la supervivencia de comunidades heterogéneas en toda región del mundo.

La Declaración califica la tolerancia no sólo como un deber moral, sino como un requerimiento legal y político de los individuos, grupos y Estados.

¿Qué es la Tolerancia?

La tolerancia es el reconocimiento de la diversidad cultural. Es estar abierto a otras formas de pensar y a otras concepciones, apertura derivada del interés y a la curiosidad, así como el negarse a rechazar lo desconocido.

La tolerancia es el reconocimiento de que ninguna cultura, nación o religión tiene el monopolio del conocimiento o de la verdad.

La tolerancia es una forma de la libertad: estar libres de prejuicios, estar libres de dogmas. La persona tolerante es dueña de sus opiniones y de su conducta.

La tolerancia es una actitud positiva hacia los demás, exenta a todo aire de superioridad.

¿Qué puedo hacer yo?

La intolerancia en una sociedad es la suma de la intolerancia en los individuos que la componen. Los estereotipos, el racismo, los insultos y bromas raciales son ejemplos de expresiones individuales de intolerancias a las que se ven sujetas muchas personas todos los días. La intolerancia crea en sus víctimas deseos de represalias. Para luchar contra la intolerancia los individuos deben reconocer la relación entre su comportamiento y el círculo vicioso de desconfianza y violencia en la sociedad.

Cada uno de nosotros debería preguntarse:

¿soy una persona tolerante?
¿juzgo a las personas y utilizo estereotipos?
¿rechazo a aquellos que son distintos a mi?
¿le adjudico a “ellos” la culpa de mis problemas?

Se trata de una actitud de consideración hacia la diferencia, de una disposición a admitir en los demás una manera de ser y de obrar distinta de la propia, de la aceptación del pluralismo. Ya no es permitir un mal sino aceptar puntos de vista diferentes y legítimos, ceder en un conflicto de intereses justos. Y como los conflictos y las violencias son la actualidad diaria, la tolerancia es un valor que es muy necesario y urgentemente hay que promover ese respeto, a la diferencia tiene un matiz pasivo y otro activo. La tolerancia pasiva equivaldría al “vive y deja vivir”, y también a cierta indiferencia. En cambio, la tolerancia activa viene a significar solidaridad, una actitud positiva que se llamó desde antiguo benevolencia. Los hombres, dijo Séneca, deben estimarse como hermanos y como ciudadanos. Su propia naturaleza pide el respeto mutuo, porque“ella nos ha constituido parientes al engendrarnos de los mismos elementos y para un mismo fin”. Séneca no se conforma con la indiferencia: ¡Bien poco es no hacer daño a quien debemos favorecer!”. Por naturaleza, “las manos han de estar dispuestas a ayudar”, pues sólo nos es posible vivir en sociedad: algo “muy semejante al abovedado, que, debiendo desplomarse si unas piedras no sostuvieran a otras, se aguantan por este apoyo mutuo”.

Tolerancia y Flamenco

Que el día de la Tolerancia y el día del flamenco se celebren juntos no es pura casualidad. Esa música flamenca, que sentimos tan nuestra, la tenemos gracias a la mezcla de culturas: el cajón flamenco nació en Perú, las castañuelas ya tenían su versión en Grecia hace cientos de años, y así con todo. Disfrutemos, pues, de estas magníficas canciones como un vivo ejemplo de lo importante que es la tolerancia y aprender de los demás, los que son muy distintos y al principio no los entendemos pero, si les dejamos ser como son y les escuchamos pueden enseñarnos tantos ritmos y canciones nuevas.

Inicialmente la palabra cobró el sentido de aguantar, soportar, siendo más tarde también el de apoyarse unos a otros, aceptar las diferencias o, aún más, valorarlas. Porque sin los otros no llegamos a ser quiénes somos y, sin atrevernos a ser distintos unos de otros, con miedo y con rechazo de esas diferencias, nunca podemos mejorar. La tolerancia es el respeto, es la aceptación y el aprecio de la riqueza infinita de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y nuestra muestra de humanidad.

“El respeto que das a los demás, es un claro reflejo del respeto que te das a ti mismo”

Todas las opiniones deben ser respetadas

O: Oír y resolver los conflictos de forma positiva

L: Libres de prejuicios ante lo diverso

E: Escuchar los sentimientos y emociones

R: Respetar a otra culturas y aprender de ellas

A: Ayudar y colaborar con el resto

N: No compitas con nadie, supérate a ti mismo

C: Compartir responsabilidades y obligaciones

I: La ira debe servir para luchar contra las injusticias

A: Aceptarse a sí mismo y a los demás

“Sin educación no hay tolerancia, sin tolerancia no hay Paz”

«La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo…» (Paulo Freire)

«Dime y lo olvido, enseñame y lo recuerdo, involucrame y lo aprendo» (Benjamín Franklin)

«Me lo explicaron y lo olvidé, lo vi y lo entendí, lo hice y lo aprendí» (Confucio)

«La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo…» (Paulo Freire)

«Dime y lo olvido, enseñame y lo recuerdo, involucrame y lo aprendo» (Benjamín Franklin)

«Me lo explicaron y lo olvidé, lo vi y lo entendí, lo hice y lo aprendí» (Confucio)

Comparte

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *