Mi experiencia en la Olimpiada nacional de Geología

El pasado 31 de marzo,tras superar la fase territorial en la Universidad de Huelva, salí hacia Salamanca para competir en las Olimpiadas Nacionales de Geología. El viaje lo realicé con dos niños más de Sevilla, dos niñas de Huelva y la profesora Lusanda del IES de Puebla del Río. Yo no conocía a nadie, estaba cortada, pero en cuanto recogimos a la última alumna en Aracena las palabras salieron solas. En el viaje hasta Béjar, un pueblecito salamantino en lo bajo de un valle, nos conocimos para al final ser inseparables durante todo el fin de semana.

El viaje se hizo cortísimo, y llegamos los primeros al albergue, así que pudimos elegir cama. El albergue se encontraba en lo más alto de una de las montañas que rodeaba al pueblo, y podíamos ver a nuestro lado unas altas montañas nevadas con un paisaje precioso. Para nuestra sorpresa, nos habían mezclado en las habitaciones con gente que no conocíamos. El resto de alumnos de otras partes de España llegaron más tarde en dos autobuses. Compartía habitación con una chavala de Murcia y otra de Madrid e hicimos buenas migas. La comida del albergue no era para nada un banquete espectacular, pero tras la cena hicimos una actividad en un grupo para conocernos. Tras esto, nos dejaron tiempo libre y pudimos conocer bien al resto de alumnos. Jugamos a las cartas, hablamos, hicimos un grupo de WhatsApp y nos acostamos tarde para tener un examen al día siguiente.

Reunión del grupo completo

A las 10:30 del día siguiente, tras desayunar, entramos en distintas clases del albergue para realizar el examen individual, tipo test. Este tenía preguntas asequibles, aunque otras muy difíciles. Tras esto, realizamos una prueba en grupo en el campo, en los alrededores del albergue. Mi grupo era precisamente el mismo que la habitación, y salimos las últimas. Este examen me pareció más complicado, consistía en encontrar unas postas y realizar actividades de cortes geológicos, mapas, diaclasas, edafología, pliegues, identificación de rocas… , centrándose sobre todo en el relieve de aquel sitio, un valle glaciar granítico.

Tras la comida, salimos de excursión a Extremadura a visitar el Valle del Jerte, conocido por sus cerezos, y a visitar un valle en U con muchos bolos graníticos. El paisaje era digno de ver, y nos acompañó además un día magnífico. Tras cenar, dieron los resultados de las olimpiadas, ganando en primer lugar un alumno de Alicante. Y para su sorpresa, una alumna de Lepe que venía con nosotros, Bella, quedó entre los quince primeros de unos 80 que concursaban. Muchos alumnos para celebrarlo y despedirse decidieron irse de fiesta al pueblo, pero nosotros decidimos quedarnos en el albergue con el resto y pasamos un buen rato jugando y charlando.

A la mañana siguiente, madrugamos para salir de vuelta a casa. El resto de alumnos que venían en autobús realizaron una visita a la ciudad de Salamanca, pero nosotros nos volvimos directamente en coche, una pena… A diferencia del camino de ida, este íbamos todos medio dormidos, incluso hubo alguna que otra foto al que se dormía.

Aunque el examen fue un tanto difícil y acabamos muy cansados para tener que ir a clase al día siguiente, lo mejor del viaje fue conocer a tanta gente de otros lugares de España y hacer amistad con muchas personas las cuales me gustaría seguir manteniendo contacto. Fue muy emocionante compartir ese fin de semana con todos ellos, además de los profesores y los organizadores.

María Gómez Pozuelos 2º BTC A

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