Mercurii dies
Ignacio Blanco Pino (2º Bach A )
Nuestro día «miércoles» en español deriva del «Mercurii dies» romano, que significaba día de Mercurio. Este dios para los griegos era Hermes. Este es hijo de Zeus y de la ninfa Maya, la menor de las Pléyades. Hermes Tiene más de ochenta atribuciones de ahí que se le conozca como “Polytropos”, el de las muchas formas. Actúa como mensajero de los dioses y como mediador. Es el protector del comercio, los caminos, los ladrones, las puertas, los sueños, entre otras muchas, y a pesar de parecer muy distintas tienen en común que todas sus atribuciones suponen un cambio. El comercio es un intercambio de bienes, el robo es un intercambio forzoso, el sueño es el cambio entre estar despierto a estar dormido y por ello es el dios de los cambios y también el señor de los límites y extremos tanto geográficos como morales.
Se le suele representar como un joven vestido como un heraldo o mensajero, con un sombrero llamado pétaso usado habitualmente por griegos y romanos para protegerse de la lluvia y el sol, una túnica y unas botas. Tanto el sombrero como las botas solían representarse con unas alas y el principal símbolo que representa a Hermes es el caduceo, una vara de olivo rodeada por dos serpientes y con unas alas en la parte superior, esta vara tenía el poder de dormir a dioses y mortales, y también para guiar las almas de los muertos al Hades. En la mitología casi siempre aparece ayudando a su padre, Zeus
Su mito más conocido es el del robo del ganado de Apolo. A los pocos días de nacer Hermes en una cueva del monte Cilene, escapó de su cuna y llegó al lugar donde Apolo cuidaba un rebaño de vacas y bueyes. Allí el dios decide robar el ganado y encerrarlos en una cueva lejana para que Apolo no pudiese encontrarlo y tras eso volvió a su cueva, donde encontró una tortuga. Mató al animal para usar su caparazón y junto a unas cuerdas de tripa de buey creó la lira. Después, Apolo se daría cuenta de la desaparición de su rebaño y usaría sus poderes adivinatorios para saber que fue Hermes, a quien lo llamaría “príncipe de los ladrones”. Para recuperar su ganado Apolo acude a Zeus para que hiciera justicia y Zeus obligó a Hermes a que le enseñase la cueva donde guardaba a los animales. Sin embargo, Apolo se quedó fascinado por la lira y este le ofreció que se quedara con todo el ganado a cambio del instrumento y Hermes le dijo que sí y por ello Apolo le daría además de los bueyes su vara de pastor con la que Hermes se fabricaría su caduceo.
Una curiosidad es que en la Antigua Grecia en los caminos se ponían unos bloques de piedra llamados hermas y que servían para marcar los límites y para alejar los malos presagios. Estos bloques tenían en la parte superior la cabeza de Hermes y en la base un pene erecto.