VOTO DE SAN JOSE
El año 1800 marcó en San Fernando y buena parte de la geografía nacional un año negro a consecuencia de la fiebre amarilla, una pandemia que asoló y dejó por el camino miles de fallecidos.
El 19 de octubre de ese año, la villa se encomienda a San José, inmortalizando el pintor Riedmayer ese momento en su cuadro «El voto de San José» y que estuvo ubicado en el antiguo Salón de Plenos del Ayuntamiento de San Fernando.
Fue encargado a dicho pintor alemán para conmemorar el acontecimiento del voto a San José después de que las plegarias a él paralizasen la epidemia del vómito prieto, más conocida como ‘fiebre amarilla’. La obra representa el momento en que la población va a pedirle al santo que frene esta fiebre, por lo que todos los estamentos -clero, carmelitas, ayuntamiento, franciscanos, pueblo llano- aparecen arrodillados ante él.
San José ocupa el centro del cuadro, situado sobre una esfera que representa el cosmos. Esto crea una división entre el mundo celestial -donde se encuentran los querubines- y el terrenal, con el resto de personajes. Dos de los angelotes sostienen una vara de la que florece una azucena, en referencia a la profecía según la cual, el hombre cuya vara floreciese se casaría con la Virgen María. El pueblo, a su vez, sostiene una banda que reza en latín: ‘Nuestra salud está en tus manos’.
Para entender este momento hay que remontarse al año 1766, cuando la Real Isla de León ve configurado su propio Ayuntamiento sin el apoyo de la Iglesia. Esto generó un conflicto entre la administración y un clero contrario a que la Villa contase con patrón propio e independiente de los de la capital -San Servando y San Germán-. Años años más tarde, en 1800, el brote de fiebre amarilla procedente de las Américas azotó a La Isla de León causando la muerte de entre 4000 y 5000 personas -más de la mitad de su población- y, en consecuencia, todos los ciudadanos se dirigieron hacia la Iglesia Mayor para suplicarle a San José que detuviese la epidemia. Ésta fue desde entonces desapareciendo según las piadosas crónicas y, fruto del hipotético milagro, el papa Pio VII reconoció el patronazgo de San José en 1802 con la condición de respetar como copatronos a San Servando y San Germán. El Ayuntamiento, por su parte, prometió al santo una función votiva cada 26 de Noviembre, fecha de los desposorios de José y María.
En nuestra ciudad tenemos una amplia colección de azulejos con la imagen de San José que dejan ver la arraigada relación entre San Fernando y su patrón. Ejemplo de ello son los de las calles Real 115 y Héroes de Simancas, que corona la portada de la antigua ‘villa San José’ sobre cuyos terrenos se está ejecutando, por cierto, la construcción del nuevo edificio de Hora del Real Observatorio de la Armada.
Por suerte conservamos también la pintura original de Riedmayer tras haber sobrevivido a la agitación de momentos históricos como el Asedio Napoleónico o a la Guerra Civil. De este autor solo conservamos tres cuadros en España: ‘La Virgen del Refugio’ en la Santa Cueva de Cádiz, ‘Vista de Chiclana de la Frontera’ -subastado recientemente en esta localidad- y el que nos ocupa, que aunque en buen estado, pide a gritos una mayor difusión.
Por ello desde aquel año se renueva el Voto de la ciudad de San Fernando a San José, un acto que ha llegado hasta nuestros días y que hoy se ha vuelto a realizar por parte de la alcaldesa en el transcurso de una Solemne Función.
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