Durante el desarrollo de las clases percibí que las alumnas sentían mucho miedo a salir de su zona de confort. Hablé de esta preocupación con la profesora Carmen Pozo y ella me sugirió una actividad que había vivenciado y que le había cambiado la vida. Con su ayuda la pusimos en práctica.
La llamamos «EL RETO». Comenzó con unas pruebas gamificadas que tenían que superar para descubrir el lugar y la hora de la celebración del RETO. Para ello utilizamos mensajes cifrados, ruedas césar, códigos QR y cuestionarios ubicados en diferentes lugares del centro educativo.




El lugar, la Plaza de Felix Sainz, en el centro de la ciudad. La hora, las 5 p.m. La convocatoria les animaba a relacionar el RETO con sus talentos, a prepararse para salir de su zona de confort.
Una vez nos encontramos se les hizo entrega de unos sobres dónde se les proponía un reto de creatividad: disponían de dos horas para recaudar dinero, sin mendigar, a cambio de servicios u otras actividades.



