El mismo día, la misma mañana tres acontecimientos diferentes, en diferentes lugares relativamente cercanos, tuvieron lugar: parecían que anunciaban algo. Esa misma noche la lluvia repiqueteaba gracias al levante en mi ventanal, me despertó levemente y no me desagradó: creo que me informaba sobre alguna cuestión. Cuando por la mañana me levantó mi Gadir, como casi siempre, lo hicimos con la maravillosa rutina de todos los días: café, fruta, tostadas, licuadora, zumo de manzana, naranja, zanahorias, jengibre, curcuma, apio. En la mesa, desayunando, pudimos ver desde la ventana de mi salón el cielo gris, los restos del temporal acaecido toda la noche, pero un halo seguro, potente, sin miedo surgía, los colores del Arco Iris nacían cerca del molino, la única construcción que se puede apreciar en el Parque Natural y penetraban inexorablemente en las nubes grises, poco a poco, se fue despejando todo, dejando el azul y la luz del cielo único de Almería; como si fuera el Arco Iris el causante de esa claridad. Sólo diez minutos después, recibí una de las fotos que hay arriba, y una hora después pude ver la siguiente. Los tres arco iris nacieron en distintos sitios a kilómetros de distancia pero que tenían en común un centro neurálgico: el CEIP La Chanca. No hacía falta emitir ningún juicio más, ni ningún paralelismo, todo surgía por si solo. Un rayo multicolor, una epifanía había acontecido, sólo unas horas antes tuvimos la última sesión de sensibilización de Comunidades de Aprendizaje con el CEIP Andalucía, creo que indicaba el inicio del camino, un camino lleno de obstáculos, sin duda difícil, pero un camino común, claro. Ahora, iniciamos el proceso para conformarnos como una Comunidad de Aprendizaje ¡Enhorabuena!
