Sistema de segregación social en la escuela

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esta “segregación” es una de las claves que dificultan el progreso social porque esos alumnos…

El buenísmo del país al explicarlo me indigna. Y la simpleza de las conclusiones a las que llega el informe aunque interesantes no dejan claro lo fundamental: que el nivel socio cultural no es determinante para el éxito escolar.

Los poderes fácticos  tienen nombre y apellidos. No son fuerzas ocultas. Existe una subcultura dominante que reproduce el pensamiento hegémonico a través de uno de su sistema, la educación (Gramsci) cuya única función es desarrollar un sistema de opresión (Freire) complejo pero claro. Entonces, no es como dice el artículo, que la educación tenga una función redsitribudiora y de igualdad, al contrario, se convierte en el primer sistema de reproducción del sistema de opresión. Y los opresores tienen nombre y apellidos, están repartidos de forma traversal.

Están en todos los partidos, los de derecha lo llevan en sus principios, aunque conozco personas de esas doctrinas que trabajan por la escuela como elemento transformador de desigualdades. Están en todos los estamentos de la administración, desde el maestro/a al jefe de personal de una delegación. Conforman una subcultura O cuyos principales esfuerzos personales se centran en dejar a ésta como está: lo justifican, lo enseñan y lo administran así.

El otro día un miembro de la subcultura O del lugar donde trabajo me confirmó que estos están en esta situación de segregación por su culpa <<eso es cosa de ellos>> Sí, por su maldita culpa. Siempre surge la otra dimensión de la reproducción del sistema hegemónico: la religión. La culpabilización del oprimido implica un componente descarado de aporofobia (Cortina) y mucho de falta de profesionalidad. Siempre me he preguntado si se supone que una de las principales funciones de la escuela pública es la redistribución social, la armonización de situaciones de opresión, de garantizar la igualdad de oportunidades, cómo que hay gente de la subcultura “O” trabajando en la Educación Pública. Cómo que no se pregunta en las oposiciones cuáles son los principales objetivos y finalidades de la Educación pública.

En nuestra cultura profesional, coexisten dos subculturas: la dominante y opresora, Subcultura “O”; y la transformadora, subcultura “T”. Evidentemente, todos y todas tenemos características de una o de otra. Ser conscientes de aquella en la  que estoy más cómodo provocará una situación  de aprendizaje y transformación. Si pienso, como profesional de la docencia, que la culpa del fracaso escolar la tiene el alumnado; entonces, además de poco científico y profesional; me estoy situando en la subcultura de los opresores (subcultua “O”) porque me interesa mantener el sistema de segregación (el caso de Fernández Liria que defiende esto en su escrito “Escuela o barbarie”) , o, aún peor, porque lo único que me interesa leer son las páginas de cotilleos, moda o futbol, es decir, desconocimiento y mi falta de interés por mi profesión.

La falta de interés o importancia a la profesión docente tiene su origen en la subcultura O de las Universidades. Dónde los departamentos más poderosos siempre han relegado la pedagogía a la categoría de la astrología. Y no por la falta de rigor, todo es mejorable. Es porque el sistema hegemónico entendía que la pedagogía, sobre todo si es crítica (Freire) podía ser una herramienta fundamental para la reversión de las situaciones de opresión, que a departamentos como los de derecho o ciencias, no interesa. Evidentemente, el sistema hegemónico que domina la Universidad pasó de tener las diez características de educación bancaria de Freire a seguir teniéndola pero empeorada porque se añadieron las características de la economía bancaria con Bolonia.

La única manera de revertir la situación es analizando cuáles son los valores, mitos, rituales, procedimientos naturalizados… que pertenecen a cada una de las subculturas y superar todas aquellas que se asocien a situaciones de opresión. No es difícil una vez que se supere el miedo. Si hay un colegio lleno de opresores que no quieren revertir la situación junto a otras personas que si trabajan por revertir la situación de alguna manera, suprime esos puestos y deja a profesionales con la profesionalidad y ganas suficiente. Si eres maestro y maestra y no te dejan trabajar en esa reversión, habla con otros miembros de la subcultura “T” de otros colegios, de la Universidad, centro de profesorado o de la administración, busca apoyos, no lo hagas nunca solo o sola.

Y ¿Cómo reconozco a uno y otro? Es complicado porque la corrupción moral (Lledó) en forma de hipocresía o de incoherencia pedagógica domina las aulas. Pero suele haber señales Por ejemplo, si ves a alguien que dice que sus metodología es activa y participativa pero tienen la puerta del aula cerrada, es una señal. Si alguien dice que es muy democrático en su aula pero no quiere ver a un familiar ni en pintura, es una señal. Si ves que alguien dice que hace asamblea en clase, pero no deja hablar en una reunión: es una señal. Otros y otras, como los opresores Fernández Liria no esconden sus pretensiones.

Updated: 24 octubre, 2018 — 08:35

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