ANA ALCOLEA, UNO DE LOS GRANDES NOMBRES DE NUESTRA LIJ PARA BECREA MÁLAGA

Hoy tenemos el placer de entrevistar a Ana Alcolea, uno de los grandes nombres de nuestra LIJ. En 2001 publicó su primer libro para jóvenes, El medallón perdido, inspirado por la muerte de un primo en accidente de avioneta en África, Después llegaron El retrato de Carlota (2003), Donde aprenden a volar las gaviotas y El bosque de los árboles muertos, con innumerables ediciones. A La noche más oscura le sigue un buen puñado de títulos más de literatura infantil y juvenil. Es por ello que ha sido galardonada con premios tan relevantes como el Premio Anaya, Premio CCEI, Premio Whiteravens, el Premios Cervantes Chico y el de las Letras Aragonesas.

– Hola, Ana. En primer lugar, quería darte las gracias por tu siempre amable disposición.

Para quien no la conozca, que serán pocos, aclaro que Ana rezuma humildad y amabilidad, que es de trato exquisito y que es una trabajadora infatigable.

– Una de tus últimas novelas es La Noche de la Luna Roja (Tucán Edebé), ¿podrías hablarnos de ella?

Me meto de lleno en un mundo de fantasía, en el que hay brujas y momias. Y a pesar de ello, es una novelita muy realista. Parece paradójico, pero no lo es: hay fantasía que cuenta mucha verdad. Aunque también hay fantasía que no… Me lo he pasado muy bien escribiéndola. Realmente ha sido de los libros más divertidos que he escrito.

– Has sido docente durante muchos años. ¿Qué crees que pueden ofrecer las bibliotecas escolares para el fomento de la lectura?

Es importante que las bibliotecas escolares estén muy vivas, que organicen actividades, y no solo sean espacios donde hay libros. A los libros hay que darles vida, y en eso las bibliotecas tienen mucho que hacer.

 

– Tu carrera literaria es dilatada, llena de éxitos y premios, entre ellos el Premio Cervantes Chico y Premio de las Letras Aragonesas. ¿Qué dirías que tienen tus libros que gozan de numerosas ediciones?

 

Tienen mucha verdad, y parten de emociones personales. Si escribimos desde las emociones, podemos llegar a los demás y perdurar en el tiempo. Si escribimos con la intención de ganar dinero y de publicar un “superventas” lo normal es que no salga nada perdurable.

– Siempre has estado en contacto con los jóvenes incluso después de cambiar la enseñanza por el oficio de escribir. ¿Qué destacarías de los encuentros literarios en centros educativos? ¿Qué es lo mejor y lo peor?

Los encuentros con lectores son el mejor de los premios, sin duda. Poder hablar con los chicos, ver sus expresiones, recibir sus impresiones, que te cuenten lo que han sentido con tus palabras…, es muy emocionante y hermoso. ¿Lo peor? Alguna vez, muy pocas, he tenido que pedir a algún profesor que no dialogue en voz alta con sus colegas mientras yo estoy hablando ante sus alumnos, como si no existiéramos ni yo ni los alumnos. Pasa algunas veces, muy pocas, yo tengo mucha paciencia y soy muy educada, pero a veces me gustaría no serlo. Y esto lo digo aquí porque yo también soy profesora.

– ¿De todos tus libros, cuál o cuáles recomendarías por encima de los demás a los niños y jóvenes y por qué?

Es muy difícil de responder esta pregunta. El medallón perdido les gusta hasta a los que no les gusta leer. Engancha porque tiene mucha verdad, además de una aventura africana. La noche más oscura nos lleva a Noruega, a un faro, a la Segunda Guerra Mundial, a una parte de la historia que todo el mundo debe conocer.

– He sabido que tienes un thriller buscando editorial. ¿Cómo ha sido la incursión en un género distinto de lo habitual en tus novelas?

Bueno, estoy escribiendo una novela policíaca, pero no sé si me está saliendo. Es más un divertimento que otra cosa. Me sirve para ejercitarme.

– Además de escritora, eres jurado en premios como el de nuestra tierra, el Ciudad de Málaga de Literatura infantil. ¿Qué buscáis en los libros que se presentan?

Una buena historia y calidad literaria, sin duda.

– Dado el éxito de tus primeras novelas como el Medallón Perdido, El bosque de los árboles muertos o el Retrato de Carlota, ¿cómo fue lanzarse a escribir un libro sobre ópera para jóvenes con El maravilloso mundo de la ópera?

Me gusta mucho la ópera. Me ofrecieron escribir un libro que la acercara a todo tipo de públicos y acepté. Lo pasé muy bien: había que contar mucho en poco espacio y de manera muy atractiva. Fue un reto fascinante.

– También acaba de salir Las chicas de la 305, en el que seis chicas de un internado experimentarán una apertura al mundo. ¿Qué crees que tiene esta novela que es diferente a las demás?

No tiene un argumento definido. Es la vida de unas chicas en un internado femenino en 1968, un año en el que pasaron muchas cosas en el mundo. Tampoco es una novela complaciente. Tiene mucho de reflejo de la sociedad española de los años sesenta.

– También tienes libros más intimistas y de carácter adulto como El brindis de Margarita, que recomiendo a quienes nos leen, y salido de una experiencia personal. ¿De qué manera influye tu realidad en tus obras?

No sé escribir si no parto de una realidad que me haya conmovido, conmocionado, emocionado por una causa, sea buena, mala o regular. Necesito apoyarme en algo muy personal para construir la novela. Pero es fácil convertir cualquier cosa en personal, ¿no? Solo hay que tener un poco de curiosidad y de voluntad.

– Ana, muchísimas gracias por atendernos y te deseamos que tenga innumerables éxitos más.

 

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