Siete claves para crear buenos hábitos alimenticios

¿Sabías que el 44,5% de los niños españoles de entre 6 y 9 años tiene sobrepeso infantil? Así lo ha confirmado un estudio de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición que analizó los hábitos alimentarios de más de 7.500 niños. Se trata de un problema de salud muy grave, provocado fundamentalmente por un estilo de alimentación inadecuado. De hecho, el estudio ha revelado que el 73% de los niños no consume pan integral y que apenas el 8,8% incluye frutas o zumos naturales en su dieta cotidiana.

alimentación saludable en los niños

Lo peor es que se trata de un problema que puede tener consecuencias a largo plazo pues el sobrepeso se ha relacionado con un riesgo mayor de sufrir trastornos cardiacos, diabetes, problemas vasculares y metabólicos.  El número de niños menores de 15 años diagnosticados de diabetes ha ascendido en los últimos 10 años según informa el Grupo de Estudio de la Diabetes en Atención Primaria de la Salud. Afortunadamente, estos riesgos se pueden prevenir inculcándole a los niños hábitos de alimentación más saludables.

Siete claves para crear buenos hábitos alimenticios

  1. Establece un horario para las comidas. Los hábitos no solo confieren estabilidad a la vida del niño, sino que también pueden influir en su metabolismo. De hecho, se ha demostrado que tener horarios fijos para comer estimula la segregación anticipada de jugos gástricos y acelera la quema de calorías entre comidas. Como resultado, el niño tendrá mayor apetito a la hora de la cena y quemará la grasa con mayor rapidez, lo cual reducirá el riesgo de padecer sobrepeso. Lo ideal es que establezcas un horario fijo para las cinco comidas del día, y que evites que el pequeño coma a deshoras.
  2. Apuesta siempre por una dieta variada y balanceada. Uno de los errores más frecuentes que cometen los padres consiste en ofrecerles a los niños los alimentos que prefieren, con tal que coman. Sin embargo, desde que el niño es pequeño debe mantener una dieta variada y balanceada que incluya todo tipo de alimentos de los diferentes grupos nutricionales. Por tanto, deberías incluir en sus comidas frutas, verduras, legumbres, carnes y carbohidratos, para que su paladar se acostumbre a las diferentes texturas y sabores.
  3. Prepara platos visualmente atractivos. Para muchos niños, comerse una fruta o un plato de ensalada puede ser una tortura. Sin embargo, existen muchas maneras para motivar a los niños a consumir alimentos más saludables, una de ellas es apostar por recetas nuevas en las que utilices frutas o verduras. Ten en cuenta que aunque el sabor es importante, una presentación atractiva cuenta mucho, así que intenta combinar los sabores y los colores adecuados para que los pequeños se motiven a comer.
  4. Haz de la cena un momento divertido. Con las prisas cotidianas, el acto de comer a menudo se convierte en una mera obligación. Los niños, que son muy buenos observadores, se percatan de ello y pueden desarrollar un vínculo negativo con la comida. La solución radica en convertir la aburrida cena diaria en un momento para pasarlo bien y compartir en familia. Cuando el clima alrededor de la mesa es agradable, los niños se sentirán más relajados y estarán mejor dispuestos a probar diferentes platos.
  5. Adapta la cantidad de comida a su edad. Muchos padres les sirven demasiada comida a los niños pensando que de esa manera estarán bien alimentados. Sin embargo, se trata de un hábito que se arrastra de generaciones pasadas y que no tiene ningún fundamento ya que comer en exceso puede provocar la obesidad infantil. Lo ideal es que adaptes la cantidad de comida a la edad del niño y al nivel de actividad que mantiene a lo largo del día.
  6. Hazle partícipe de la preparación. Se ha apreciado que cuando los niños se familiarizan con la comida, muestran una actitud más abierta ante los nuevos alimentos. Por eso, los buenos hábitos alimenticios no comienzan en la mesa sino mucho antes. Lleva al niño de compras y permítele que te ayude en la cocina, para que se sienta cómodo con las diferentes texturas y aromas.
  7. Conviértete en un buen ejemplo. No podemos esperar que los niños coman sano si sus padres no lo hacen. Los padres son el principal ejemplo para los pequeños en materia de alimentación, así que es importante que todos en casa mantengan una dieta equilibrada, en la que estén presentes las frutas, las verduras y las hortalizas. Cuando el niño ve que los adultos disfrutan determinados platos, se sentirá más motivado a probarlos.