Si desde hace días notas a tu hijo un poco incómodo y con picor en la cabeza, es muy probable que cuando te acerques veas algunos puntos blancos en su cabello. Sí, se trata de liendres, porque estamos en temporada de piojos.
Los piojos son una infección parasitaria que se conoce clínicamente con el nombre de pediculosis y generalmente afecta el cuero cabelludo, aunque en ocasiones también puede infectar las cejas y las pestañas. Se reconoce fácilmente por la presencia de pequeños parásitos de color oscuro (piojos) y de huevecillos color nácar (liendres, huevo de los piojos). La intensa picazón que produce también es otro signo inequívoco.
Se debe aclarar que la pediculosis no es un problema exclusivo de los niños y adolescentes, sino que puede presentarse a cualquier edad, si bien las estadísticas muestran que es más usual en las niñas de entre 3 y 12 años.
¿Cómo prevenir los piojos?
Al contrario de lo que la mayoría de las personas piensan, los piojos no aparecen por falta de higiene, sino por el contacto directo de cabeza a cabeza y, con menos frecuencia, mediante el uso de artículos del cabello infectados como peines, lazos, diademas o cualquier otro objeto. Por tanto, para evitar el contagio lo más importante es restringir el contacto directo con las personas infectadas y sus objetos personales.
De hecho, debes saber que los piojos no pueden volar ni saltar, por lo que la única manera que tienen para pasar de una cabeza a otra es caminando. Por eso suelen aprovechar el momento en que se produce un contacto directo entre las cabezas o cuando se utilizan otros objetos a los que se pueden adherir con facilidad.
Con esto en mente, debes concientizar a tu hijo para que no preste o utilice peines o cualquier otro objeto que haya entrado en contacto directo con el pelo. No obstante, como a menudo esta medida no es suficiente, también se recomienda que revises con frecuencia la cabeza del niño. Puedes ayudarte de la lendrera, de manera que si se te escapa algo a la vista, el peine lo recogerá. Lo ideal es que le revises cada 7 o 15 días, preferiblemente con el pelo húmedo.
¿Cómo eliminar los piojos en cinco pasos?
A veces, por muchas precauciones que tomemos, no podemos evitar que el niño se infecte. En ese caso, estos son los pasos que debes seguir para eliminar los piojos:
- Revisa meticulosamente su cabello y extrae los piojos y liendres que tenga adheridos. Puedes auxiliarte con una lendrera que, si bien no es infalible, te ayudará a eliminar una gran parte del problema.
- Echa mano a alguno de los productos pediculicidas que puedes encontrar fácilmente en cualquier farmacia. De hecho, en la actualidad existen diferentes alternativas, desde lociones y espray, hasta geles y champús. Lo ideal es que apuestes por los productos a base de piretrinas, un compuesto orgánico que es menos tóxico que los clásicos malatión y lindano. También se recomienda que elijas una loción o un gel ya que normalmente son mucho más eficaces que los espráis o champús.
- Después de aplicar el producto pediculicida, vuelve a revisar el pelo del niño y extrae los piojos o liendres que hayan escapado al primer tamiz. En caso de que la primera aplicación del tratamiento no haya funcionado como habías previsto, quizás porque el producto no era lo suficientemente potente o porque no usaste la cantidad adecuada, puedes repetir el tratamiento dos veces más.
- Lava toda la ropa del niño, sus toallas y la ropa de cama usando temperaturas elevadas. Recuerda que aunque su cabeza esté limpia, a menudo el pequeño se vuelve a infectar, ya que los piojos se pueden esconder en las gorras y las almohadas.
- Evita que el niño utilice otros objetos para el cabello o preste los suyos mientras tenga pediculosis.
