NOS ATREVEMOS A ESCRIBIR

El proceso de construcción de la lectura y la escritura infantil es universal y sigue las mismas fases. Por ello es importante conocer cómo el niño y la niña aprende estos sistemas para saber en qué momento se encuentra su hijo/a y poder ayudarles  a evolucionar sin miedo a cometer errores.

Nuestros alumnos/as de 3 años cuando entraron por primera vez en el cole estaban en una etapa indiferenciada, producen grafismos que no son letras pero lo parecen, se llaman culebrillas.

     

Piensan que las letras que hay cerca de la foto siempre dicen el nombre de la imagen.  No tienen ninguna hipótesis sobre la cantidad de letras que debe llevar una palabra, ni si los trazos deben ser distintos o no, cuáles son letras y cuáles son letras y cuáles no.

Después pasan a una etapa diferenciada.  Van de la culebrilla a trazos sueltos como palos, bolitas, cruces, que pueden o no ser letras. 

Generalmente usan repetidamente alguna o algunas presentes en su nombre.

Les  interesan sólo los aspectos más visuales del lenguaje: escribir es hacer marcas, letras o pseudoletras.  No siempre respetan la linealidad ni la direccionalidad.

Conforme van madurando llegan a la etapa silábica: adjudican a cada sílaba una letra, con o sin correspondencia fonética. Si existe correspondencia fonética suelen usar una vocal aunque no siempre.       

La última etapa surge cuando se plantean la hipótesis: necesitamos más de una letra para una sílaba.  Estamos hablando ya de la  etapa silábico-alfabética.

     

Gracia García

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