Apilar ladrillos para crear torres es una atractiva actividad para potenciar la psicomotricidad fina de nuestro alumnado. Los ladrillos pueden ser apilados de forma arbitraria o siguiendo secuencias de colores o patrones para trabajar otras funciones cognitivas.
De igual forma, los ladrillos pueden ser equilibrados en horizontal o en vertical en función del nivel educativo donde tenga lugar la actividad o la capacidad del propio alumnado.
Otra magnífica forma de aumentar la complejidad de la actividad es realizarla con los ojos cerrados (para focalizar el sentido del tacto) o utilizar únicamente una mano quedando la otra colocada en la espalda (pudiendo potenciar así el trabajo con la mano no dominante).