Tercer premio Concurso ESO IES Delgado Hernández. Triana Domínguez Alcántara.

IES Delgado Hernández, Bollullos Par del Condado, Huelva.
I Concurso de Ensayos Filosóficos “Cogito ergo sum”.

Curso 2020/2021.

Triana Domínguez Alcántara.

Tiempo que no tengo 

¿Debe ser obligatoria la vacuna actual contra la COVID-19? ¿Está justificado romper nuestra  libertad de decisión para intentar erradicar el virus? ¿Me pondría yo actualmente la vacuna?  

Hace poco más de unos meses han salido a la luz varias vacunas contra la COVID-19, cada una de  ellas con distintos precios y porcentajes de eficacia. 

Como bien sabemos, cuando se inventa una vacuna pasa por distintas fases para saber si es segura  y con esto, llegar a comercializarse; una de estas fases tan importantes es el tiempo. Se les  administra la vacuna a personas voluntarias y a través del tiempo vemos la eficacia que ha tenido,  sus efectos secundarios y si está lista para salir al mercado. En el caso de las vacunas contra la  COVID-19, no ha habido el suficiente tiempo para probarlas, ya que se han intentado comercializar  lo antes posible debido a nuestra urgencia por la pandemia, pero, ¿podemos fiarnos de ellas si se  han saltado gran parte de esta importante fase? 

Por muchas personas que estén trabajando en estas vacunas, hay algo que ningún científico por  cualificado que esté puede controlar o saber, el futuro. Algo que verdaderamente me preocupa de  estas vacunas y que no sabemos si llegarán a haber son los efectos secundarios. 

Otra de las muchas cuestiones que me hago respecto a este tema, ¿es la vida de algunas personas  más valiosas que otras? Con eso me refiero a que se están suministrando vacunas con diferentes  tipos de porcentajes de eficacia y precios, los cuales varían mucho. De una vacuna con un 70% de  eficacia y de un precio de 1,8 euros/dosis nos vamos a otra con un 95% de eficacia y un precio de  18 euros/dosis. 

¿Puedo elegir que vacuna ponerme? No, la respuesta es no, supuestamente se basan en historiales  clínicos para saber que vacuna administrarte, y digo «supuestamente´´ porque todos sabemos que  no solo miran nuestros historiales clínicos. Estoy bastante segura que no le pondrían la misma  vacuna a una persona común que a una persona que es socialmente muy relevante aun teniendo similares historiales clínicos. Esto me hace preguntarme ¿cómo miden el valor de nuestra vida? ¿Según nuestros estudios? ¿Según los seres queridos que tengamos? ¿Según nuestro trabajo? ¿Según el dinero que generemos? Esta es otras de las razones por las que no debe ser obligatoria  la vacuna, no estamos seguros de su eficacia, de los efectos secundarios que habrá y para colmo,  nos ponen vacunas con diferente eficacia.  

No creo que deba ser obligatorio ponerse la vacuna, pienso que todos debemos tener la  oportunidad de elegir como bien diría Thomas Hobbes basándose en el concepto del derecho a la  libertad del individuo.  

Al igual que no estoy a favor de la obligatoriedad de la vacuna debido a la poca experiencia que  tenemos con ella y a la rapidez de su comercialización por nuestra prisa para mejorar la actual  normalidad, pienso que debe haber restricciones a la hora de haber personas que elijan no  ponerse la vacuna. 

Entiendo que no se fíen de las actuales vacunas, pero en este caso, será inevitable que la presión  del grupo no actúe. La presión del grupo (concepto desarrollado por filósofos a favor de la libertad  como Rousseau, por ejemplo) significa que a pesar de que nos den la libertad de elegir, la sociedad como grupo nos juzgará por nuestra decisión y nos veremos socialmente obligados a hacer lo que  la mayoría haga. 

¿Me podría yo la vacuna actualmente?  

Sí, basándome en mi salud física y teniendo en cuenta que no sabré cómo me afectará en el  futuro, me la pondría. Pero esto como bien digo es mi decisión la cual he hecho personalmente  basándome en una lista de pros y contras. Esto es algo que todos deberíamos poder hacer, elegir. 

Yo que actualmente no tengo enfermedades graves, he decidido que sí quiero vacunarme porque la vacuna es parte de la solución, yo, como los filósofos ilustrados busco el bien común, pero, el  bien común siempre y cuando las personas que participen en él, hayan decidido arriesgarse con su  propia decisión y sin ser influenciada por alguien más.  

Esto es algo que no va a pasar porque como he dicho antes, la presión del grupo será inevitable.  

Dentro de él bien común, realmente yo busco mi bien individual porque al vacunarme, la que se  estará inmunizando contra el virus seré yo y si nadie se arriesga a vacunarse ¿cómo paramos el  virus?  

¿Si ninguno nos fiamos de la vacuna, cómo paramos esta pandemia que se está llevando tantas  vidas?  

No estoy a favor de la obligatoriedad de la vacuna, pero sí estoy a favor de la vacuna. La vacuna es  parte de la solución o incluso podría llegar a ser la solución en sí. Actualmente no lo es, ¿si vacunas  que llevan años probándose no son seguras, cómo lo puede ser esta, que lleva apenas un año? 

No nos deben obligar a ponernos una vacuna que no ha sido totalmente probada, no nos deben  obligar a vacunarnos con algo que nadie sabe si nos perjudicará, nos hará bien, nos causará  secuelas o nos salvará. 

Participante: Triana Domínguez Alcántara 

Curso: 4º ESO C 

Centro: IES Delgado Hernández

Publicado por

Ignacio Escañuela Romana

Interesado por la filosofía y la economía, que tiendo a mezclar a menudo. Es decir, seguir el lema kantiano: "Sapere Aude".

Deja una respuesta