Impresionante despedida a Juan Pablo en Las Cumbres
Hoy hemos intentado reanudar las clases con normalidad en el centro, aunque todo era muy difícil; es difícil ver los pupitres vacíos, seleccionar textos que ayuden con el desánimo, recomenzar una rutina que nos ayudará a todos a superar este tristísimo acontecimiento.
Pero antes hemos querido hacer un homenaje póstumo a nuestro alumno, compañero y amigo. Hemos escrito cartas de despedida para Juan Pablo. Hemos intentado expresar lo que sentíamos y plasmarlo por escrito. Y hemos preparado un buzón para «enviarle» nuestras palabras.
Pero antes hemos querido hacer un homenaje póstumo a nuestro alumno, compañero y amigo. Hemos escrito cartas de despedida para Juan Pablo. Hemos intentado expresar lo que sentíamos y plasmarlo por escrito. Y hemos preparado un buzón para «enviarle» nuestras palabras.
Y durante la hora del recreo nos hemos reunido todos en las pistas. Ha sido realmente impresionante sentir el silencio sepulcral de las seiscientas personas congregadas allí. Todos los miembros de la comunidad educativa, desde los alumnos más pequeños hasta los que rozan la cincuentena. Todos los profesores y profesoras. Todo el personal de servicios. Todos reunidos en círculo rindiendo homenaje a Juan Pablo.
Todo el mundo en silencio, unos escondiendo las lágrimas, otros enjugándolas con disimulo, otros elevando una plegaria… y todos sobrecogidos y apesadumbrados.
Todo el mundo en silencio, unos escondiendo las lágrimas, otros enjugándolas con disimulo, otros elevando una plegaria… y todos sobrecogidos y apesadumbrados.
Ese ha sido, acompañados por el «Adagio» de Albinoni (que nunca más volveremos a oír sin pensar en nuestro alumno), el homenaje de Las Cumbres a nuestro nuevo compañero, Juan Pablo Márquez, que dejará para siempre un hueco en nuestros corazones y un recuerdo en nuestro espíritu.
¡Descansa en paz, pequeño!
¡Descansa en paz, pequeño!
