LECTURAS RECOMENDADAS PARA NAVIDAD

Clara aparcó el coche al lado del enorme camión de mudanzas. Después miró a su hija y, con gesto alegre, le dijo:
-Esta va a ser nuestra nueva casa. ¿Qué te parece?
Marta no contestó a la pregunta de su madre, pero bajó con rapidez del coche y se quedó parada ante el caserón que se alzaba, solitario, frente a ella. A aquellas horas del mediodía, con el sol de agosto iluminando intensamente el jardín, el soportal y la casa entera, le resultaba difícil imaginar que en un lugar así…
Donde los árboles cantan
Todos los años, la víspera del solsticio de invierno, el rey reunía a sus nobles en el castillo de Normont para conmemorar el aniversario de su coronación. Había sido así desde que se tenía memoria. Todos los reyes de Nortia habían ascendido al trono en el solsticio de invierno, incluso si sus predecesores fallecían en cualquier otro momento del año. Por ello, con el tiempo, la celebración se había vuelto cada vez más festiva y menos solemne.
El parque de la casa tenebrosa
El grueso alcalde de Molinsoga inauguró el nuevo parque de forma precipitada. Ni siquiera había encontrado para él un nombre, pero necesitaba ese triunfo para presentarse con éxito a las próximas elecciones.
Le apoyaban seis concejales flacos que llevaban bigote y corbata, y dos concejalas. Éstas sin bigote, claro. Los tres restantes estaban frontalmente en contra del parque a causa de la Casa Tenebrosa.
La oposición en la calle tampoco faltaba. Durante la solemne inauguración, manos ocultas habían dejado caer entre los asistentes al acto nubes de octavillas que decían: «No aceptaremos el parque mientras no se abra al público la Casa Tenebrosa».
El grueso alcalde de Molinsoga inauguró el nuevo parque de forma precipitada. Ni siquiera había encontrado para él un nombre, pero necesitaba ese triunfo para presentarse con éxito a las próximas elecciones.
Le apoyaban seis concejales flacos que llevaban bigote y corbata, y dos concejalas. Éstas sin bigote, claro. Los tres restantes estaban frontalmente en contra del parque a causa de la Casa Tenebrosa.
La oposición en la calle tampoco faltaba. Durante la solemne inauguración, manos ocultas habían dejado caer entre los asistentes al acto nubes de octavillas que decían: «No aceptaremos el parque mientras no se abra al público la Casa Tenebrosa».
Canción de Navidad
Marley estaba muerto, eso para empezar. Que no quepa duda alguna. Su acta de enterramiento había sido firmada por el cura, el funcionario, el enterrador y el pariente más próximo. Scrooge la había firmado, y el nombre de Scrooge tenía buena reputación para cualquier cosa que firmara. El viejo Marley estaba tan muerto como una aldaba.
¡Ojo! Con esto no quiero decir que yo, por mi experiencia, sepa qué tiene de muerto una aldaba. Casi estaría por pensar que el clavo de un ataúd es la pieza más muerta que se puede encontrar en una ferretería…
Marley estaba muerto, eso para empezar. Que no quepa duda alguna. Su acta de enterramiento había sido firmada por el cura, el funcionario, el enterrador y el pariente más próximo. Scrooge la había firmado, y el nombre de Scrooge tenía buena reputación para cualquier cosa que firmara. El viejo Marley estaba tan muerto como una aldaba.
¡Ojo! Con esto no quiero decir que yo, por mi experiencia, sepa qué tiene de muerto una aldaba. Casi estaría por pensar que el clavo de un ataúd es la pieza más muerta que se puede encontrar en una ferretería…
Corazón