"I want to break free", Elena Gómez
12 mayo, 2019
Cuando esa mañana de primavera me desperté, el día estaba soleado y yo era feliz. Era tan feliz porque pensaba en ella, en Merry.
Me sorprendí cuando mi padre, serio como de costumbre, me dijo que quería hablar conmigo. Algo grave o urgente debía pasar porque nuestras conversaciones eran casi inexistentes.
Llegado a este punto creo que es mejor que me presente. Me llamo Enma, en teoría, debería ser luchadora y poderosa, porque nací, en una familia de reyes de la dinastía Otoniana, un 29 de febrero del año 929. Pero la realidad es que tengo una personalidad atrevida y rebelde y ese es el motivo por el que no me llevo bien con mi familia.
La conversación con mi padre no fue muy distinta a las demás, terminamos peleados, por tener pensamientos diferentes. Él, me dijo, por enésima vez, que tenía que casarme y tener hijos para heredar y perpetuar el trono. Me insistió en que esa era mi responsabilidad y lo que el pueblo esperaba de mí.
Yo, por lo contrario, pienso que no son necesarios los reyes. Que no deberían existir tantas diferencias entre las personas. Rey, noble, comerciante o lacayo, que más da, somos todos iguales.
Si de algo estoy segura, es que yo no soy la típica princesa que nos describen en los cuentos, yo no vivo en el mundo de happylandia, donde las princesas hablan con los pajaritos, las ardillas y los ratones. Se casan con su príncipe azul, fuerte y alto, y al final todos son felices y comen perdices.
Mi vida real es muy diferente y no sé cómo voy a decírselo a mi familia. Hace tiempo conocí a una campesina que vivía cerca de nuestro castillo. Cada vez que la veía tenía una sensación extraña que me encantaba. Hoy sé que estoy enamorada de ella porque la he estado espiando en cuanto me surgía la mínima oportunidad. Ella vive con sus padres y con su hermano pequeño, le encanta el juego de la palma y la música de los trovadores, es perfecta para mí. Siempre estoy pensando en ella, por eso hoy me he levantado tan feliz.
Siento mi estómago como una mariposa que vuela libre, creo que es amor.
La conocí un día que bajamos a pasear por el pueblo, aproveché que mis padres estaban distraídos y fui a hablar con ella. Cuando me acerqué, me recibió con una amplia sonrisa e intercambiamos unas breves palabras, escasas pero muy afectivas. Noté que ella sentía lo mismo que yo. Me contó que se llamaba Merry. Ella era alegre y parecía feliz, tenía todo lo que yo buscaba en una pareja.
A partir de entonces nuestros encuentros han sido fortuitos y furtivos, las dos somos conscientes de que nadie aceptará nuestro amor secreto, pero no pensamos rendirnos. Lucharemos hasta la muerte si hace falta.
La amo…
—Enma, Enma, levántate —dijo mi madre, mirándome con cara de preocupación. Creo que estabas soñando y no has oído el despertador. ¡Te has quedado dormida!, ¡Corre, que vas a llegar tarde al instituto! Y, apaga ese móvil, que lleva un rato sonando tu tono preferido: “I want to break free”.
Elena Gómez
2ºESO A
2º premio categoría de relato 1º-3º ESO
