El inglés se había considerado como una disciplina al mismo nivel que la Geografía o la Historia: se enseñaba en la escuela mediante cursos de inglés magistrales de profesor a alumno, basados en ejercicios de gramática y repetición y nunca a niños menores de 8 años.

Sin embargo, estaba ampliamente aceptado por los profesionales de la enseñanza y expertos en educación que la capacidad de aprender idiomas de un persona menor de 7 años es mucho mayor que la de un adulto.

Además, se ha demostrado que en el año de su nacimiento, los bebés son capaces de escuchar y reproducir todos los sonidos en todos los idiomas del mundo, pero durante ese periodo también aprenden qué sonidos pertenecen al idioma que están escuchando y cuáles no. Así, empiezan a reproducir los sonidos propios de su idioma y dejar de lado los que no lo son, lo que hace que aprender a pronunciar un idioma correctamente pasada la infancia sea casi imposible, sin realizar un curso de idiomas enfocado en la pronunciación y fonética, y de forma mucho menos natural e intuitiva.

niños aprendiendo inglés

Basándose en estas circunstancias, muchos métodos de enseñanza pioneros han creado métodos para enseñar inglés a niños incluso desde los pocos meses de edad, utilizando un método pedagógico que auna aprendizaje de vocabulario y gestión del desarrollo cognitivo y sensorial, siempre mediante el aprendizaje al lado de los padres. Los ejercicios de estos métodos se componen sobre todo de canciones, rimas, cuentos que ahondan en el espectro de sonidos propios de la lengua y permiten empezar a identificar palabras con objetos o conceptos abstractos.

Lo ideal es que además del docente, los padres dispongan de un libro de texto para padres, con el vocabulario y las temáticas cubiertas en clase, para que puedan seguir interactuando con sus hijos en casa o exponerles a material adicional al que se ha visto en clase.

Cuando el bebé es un poco más mayor, en torno al año y medio de edad, se produce un cambio fundamental en su desarrollo. En torno a esta edad los niños empiezan a jugar en grupo, lo que permitirá un cambio en las actividades para aprender inglés, con juegos que permiten interactuar con otros niños. Si bien hasta este momento los bebés podían absorber en torno a 100 palabras, durante este periodo los niños son capaces de interiorizar de 300 a 500 palabras y la sintaxis básica de la lengua inglesa, de una forma tan profunda que la retendrán para siempre y les resultará completamente natural. Los métodos de enseñanza seguirán basando su estrategia educativa en torno a canciones, cuentos, rimas y mucho material gráfico, unido a dinámicas de grupo.

Desde esta perspectiva y manteniendo la exposición al inglés desde los pocos meses hasta los 7 años, se consigue un grado de competencia en inglés que se acerca prácticamente al bilingüismo, todo ello sin esfuerzo para el niño y de forma intuitiva, duradera y natural.