A los 11 meses el bebé ya ha desarrollado un lenguaje que le permite comunicarse con las personas que están a su lado todos los días. A esta edad dice algunas palabras coherentes y algunos incluso llegan a enunciar algunas frases cortas, a veces sin lógica aparente para quienes no le conocen pero con un sentido bastante preciso para los padres.

El desarrollo del lenguaje

El lenguaje del bebé evoluciona a la par de su cerebro. En la misma medida en que vaya comprendiendo el mundo que le rodea, irá ampliando su vocabulario. De hecho, a los 11 meses ya no solo se referirá a mamá y papá sino que habrá incluido otras palabras sencillas para designar los objetos que usa cotidianamente, las personas con las que se relaciona o las actividades que realiza.

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No obstante, a esta edad aún es usual que el bebé imite el sonido de las palabras que aún no comprende por lo que a menudo desarrollará un monólogo difícil de entender. Los padres no se deben asustar, con estos sonidos el bebé entrena su aparato fonador, que le permitirá pronunciar palabras más complejas y darle la inflexión adecuada a su tono de voz.

Se recomienda que durante esta etapa los padres le nombren los objetos que están a su alrededor, de esta manera el pequeño se familiarizará con el sonido de las palabras e irá comprendiendo que cada cosa tiene su nombre. También es aconsejable que le realicen pequeñas preguntas y le motiven a responderlas.

Las reglas y las normas: Comprendidas pero no acatadas

El bebé de 11 meses puede entender perfectamente cuando lo regañan y cuando aceptan su comportamiento. Si lo celebran, seguramente se mostrará alegre y afectuoso, en cambio, cuando lo regañan puede echarse a llorar desconsoladamente o hacer oídos sordos ante el llamado de atención.

En esta etapa el pequeño ya sabe lo que es una prohibición aunque seguramente volverá a hacer lo que se le niega pues aún no ha desarrollado la habilidad para comprender las consecuencias de sus actos y tampoco puede memorizar durante mucho tiempo las normas que se le imponen. Además, de esta manera también reafirma su independencia. Por tanto, es fundamental que los padres tengan paciencia.