Rutina de pensamiento según el modelo reflexivo de Gibbs

Reflexión sobre el uso de nuevas tecnologías y metodologías educativa activas en el aula

1. Descripción:

Soy docente de Educación Secundaria de la especialidad de Geografía e Historia, con más de 15 años de experiencia laboral y sigo valorando en su justa medida y de manera puntual la clase magistral tradicional, pero considero que hoy día en la labor docente no es posible poder transmitir o aprender ningún tipo de conocimiento, sin el uso de las nuevas tecnologías, y tampoco se llega al conocimiento y al uso de la tecnología sin tener una experiencia motivadora. Eso es un gran reto, y todo ello nos lleva a que hoy día un docente esté prácticamente obligado a conocer y a usar en su día a día docente, tanto las nuevas tecnologías como las metodologías educativas activas (ABP, Aprendizaje Cooperativo, Aprendizaje y Servicio, Clase invertida, Gamificación, etc.)

En mi día a día, en el presente curso, en 4º de ESO en Historia dentro de un grupo reducido pero muy diverso (8 alumnos, diferentes motivaciones hacia la consecución del título de ESO, diferentes niveles curriculares y con un nivel de castellano heterogéneo), unas semanas antes de acabar el 2º trimestre y por iniciativa de algunos alumnos, puse en práctica la metodología de clase invertida para que hiciesen una presentación audiovisual y de texto que sintetizara o resumiera las principales etapas políticas de la“Historia de España durante el siglo XIX”, para ello les puse enlaces a vídeos históricos en la plataforma Google Classroom, hicieron uso del
libro de texto para tener una cierta guía y utilizaron en clase y en casa ordenadores portátiles, unos, con más nivel curricular o académico trabajaron individualmente y otros, con mayores dificultades para el idioma, sobre todo por escrito, lo hicieron por parejas, procurando que uno de los alumnos tuviese más nivel que el otro.

Yo hice de guía puntualmente cuando algún alumno demandaba ayuda ante un problema concreto o parecía estar más perdido, pero más con un rol motivador, facilitador o mediador que de transmisor o creador del conocimiento. Por ejemplo, aclarando tareas concretas, fechas de entrega, acceso al uso de fuentes de información, aclarando dudas sobre vocabulario específico o técnico, haciéndoles ver qué tipo de herramientas de búsqueda deberían usar, no sólo buscadores, sino también blogs educativos de profesorado de Historia de 4º de ESO…  También considero muy importante y útil el haberles facilitado unas rúbricas sencillas que
encontré en la web del INTEF sobre cómo evaluar presentaciones de carácter histórico. Una vez cumplido el plazo de entrega en la plataforma Google Classroom, sólo hubo un par de alumnas que quisieron exponerlo en clase al resto del grupo, ya que no era obligatorio hacerlo. La calificación del trabajo la puse yo siguiendo la rúbrica que había facilitado previamente.

2. Sentimientos:

Yo intento estar al día tanto de dichas metodologías activas como del uso de herramientas educativas digitales a través de la formación permanente y como compromiso personal ético de mejora permanente en mi trabajo. Y también para no repetirme, ni aburrir a mi alumnado en clase, en definitiva, para procurar ser eficiente y motivador con mis clases y para involucrar a los alumnos y que ellos sean los protagonistas de su propio aprendizaje dentro y fuera del aula. Aunque intento ser flexible y no ponerme demasiadas expectativas de éxito por el uso de dichas herramientas y metodologías, veces me siento frustrado porque algunos alumnos no valoran el tiempo y el esfuerzo realizado en su preparación, o bien porque algunos no tienen acceso a dichas herramientas por la brecha digital, por pertenecer a familias desfavorecidas socio-económicamente. En dicho caso, se las facilitamos en el centro, aunque los resultados no suelen ser los mismos.

En el proceso de la tarea de“Historia de España en el siglo XIX” en un grupo reducido de 4º de ESO, recuerdo haberme sentido más útil y motivado que cuando exponía el tema en clases magistrales en semanas anteriores. Y por cambiar el rol de “experto” a “mediador” o “facilitador”.

3. Evaluación:

En el proceso de la tarea de Historia en 4º de ESO, considero que conseguí o fui capaz de lograr:

● establecer espacios y tiempos que permitieran a mis estudiantes interactuar y reflexionar sobre su aprendizaje a medida que lo necesitaron. Y supervisé a los estudiantes para hacer los cambios oportunos o aclarar dudas sobre la tarea.

● ofrecí a los estudiantes diferentes modos para aprender un determinado contenido y para que demostrasen el dominio de lo aprendido. Así como la oportunidad de que yo no fuese el centro del aprendizaje ni del conocimiento.

● organicé y estructuré la actividad haciéndola accesible a todos los estudiantes a través de la diferenciación y el feedback.

● di prioridad a los conceptos utilizados en la enseñanza directa, para que los estudiantes pudiesen acceder a la información por ellos mismos, creando o proponiendo contenido relevante (fundamentalmente vídeos), diferenciado, accesible y relevante.

● Estuve disponible para todos los estudiantes, individualmente, en grupos pequeños o para toda la clase, para ofrecerles retroalimentación en tiempo real cuando fue necesario.

 

Sin embargo, también hubo aspectos a mejorar como los siguientes: hubo pocas exposiciones o presentaciones en clase, y tampoco hubo demasiada interactividad o retroalimentación entre ellos, porque apenas hicieron preguntas a las alumnas que expusieron su presentación. En el proceso de evaluación no intervinieron, porque no quisieron ponerse nota entre ellos, en definitiva, tuvieron un papel muy secundario en el proceso de enseñanza-aprendizaje durante la tarea cuando yo pensaba que iban a tener un mayor protagonismo.

En general, considero que con dicha actividad se consiguió cambiar la dinámica del proceso de enseñanza-aprendizaje hacia una metodología más activa del alumnado, pero no se afianzó la idea de que esa nueva dinámica se impusiese como algo habitual sino que tuvo un carácter más anecdótico o puntual.

4. Análisis:

Mi experiencia con el alumnado de 4º de ESO en la dinámica explicada fue positiva por el uso de nuevas tecnologías y la metodología de la clase invertida. Sin embargo, en un análisis más profundo podemos concluir lo siguiente:

1. Mejoró el rol del alumnado porque el aprendiz tuvo un papel o rol activo en el entorno del centro educativo, al actuar como parte de su propio aprendizaje, contribuyendo a ser un ciudadano más activo y comprometido. Y se sintió más motivado para el
aprendizaje.

2. Al grupo de alumnos y a todos de manera individual, les faltó tomar conciencia de su papel protagonista en su propio aprendizaje y su capacidad para planificar su plan de aprendizaje, controlarlo o gestionarlo de manera más eficaz.

3. Hubo alumnos que superaron adversidades y toleraron bien la incertidumbre ante los problemas que se encontraron y otros no tanto.

4. Se contribuyó a la alfabetización digital y lingüística, así como al manejo de destrezas para el aprendizaje, sobre todo las de carácter cognitivo y emocional.

 

5. Conclusión:

La experiencia o situación de aprendizaje en un grupo reducido de alumnos de 4º de ESO de clase invertida sobre las etapas políticas de «Historia de España del siglo XIX», produjo varios trabajos individuales y por parejas, algunos de los cuales fueron expuestos en clase.

El alumnado sabía qué debía buscar, de qué manera y en qué plazo. Así como se le facilitó una rúbrica para la evaluación del trabajo y de la exposición.

El balance general es positivo porque produjo mejoras en el aprendizaje autónomo del alumnado, las calificaciones fueron positivas y se cambió la dinámica del grupo-clase. Además, se facilitó el acceso a las nuevas tecnologías en el centro al alumnado que presenta la conocida como «brecha digital». 

Sin embargo, el alumnado sigue viendo en general el uso de las nuevas tecnologías y de las metodologías activas del aprendizaje como algo puntual y no permanente en la dinámica general de su aprendizaje. No se motivó al alumnado para que se evaluaran entre iguales, no se fomentó de manera suficiente que hubiese «feedback» y preguntas entre el alumnado durante las presentaciones. El docente debió poner un mayor énfasis en el papel protagonista del alumnado, tanto a la hora de realizar la exposición que debió ser obligatoria y no voluntaria, como en a la hora de evaluar, no asumiendo el rol evaluador el docente de manera exclusiva.

En definitiva, según esta experiencia puedo concluir que el uso de nuevas tecnologías o metodologías activas contribuye a mejorar el aprendizaje pero debe ser un proceso continuo para ser eficaz y que no se convierta en algo puntual y desconectado de la práctica docente.

 

 

Updated: 27/03/2024 — 21:25

The Author

Oscar Marcos Jurado