CIERRE #TDE CURSO 2020/21. BALANCE Y ALGUNAS INDICACIONES
Acabado este extraño curso de confinamientos, ventanas abiertas, procesos híbridos de aprendizaje (presencial y online), reuniones virtuales y universalización del proceso #TDE, en el que Andalucía ha sido pionera en nuestro país con la publicación de la Orden de Marcos y la puesta a disposición de todos los centros de herramientas para el diagnóstico de la competencia digital de los centros y del profesorado (Rúbrica #TDE y test CDD, respectivamente), íntimamente relacionadas con el Plan de Actuación Digital (PAD), parece el momento indicado de hacer un primer balance.
Partiendo de que en el proceso de transformación digital educativa es universal y abarca todo el sistema educativo no universitario, es digno de reseñarse que más del 93% de los centros públicos han elaborado su Plan de Actuación y han desarrollado las líneas de actuación definidas en él, de manera que su nivel de competencia digital (diagnosticada mediante la Rúbrica #TDE, que ha alcanzado un porcentaje de cumplimentación próximo al 95%) ha mejorado en alguna medida, así como la del profesorado; mucho ha tenido que ver en ello las actividades formativas llevadas a cabo, tanto en los cursos del AVFP como en las ofrecidas por los CEP, las numerosas formaciones en centros y el aprendizaje horizontal en el día a día. Desde Inspección General se estableció como línea de actuación prioritaria número uno la supervisión de los PAD, y se ha contado con un amplio y competente Equipo de Seguimiento al que se han unido todas las asesorías de los CEP para proceder al análisis de estos Planes, que cristaliza en el Informe de inminente publicación en el Portal #TDE y que será comunicado a todos los centros en el apartado correspondiente de Séneca.
Los últimos datos sobre Competencia Digital Docente se encuentran en el Informe Global, e indican que 88.050 docentes de todas las tipologías de enseñanza, pertenecientes a 4110 centros lo han completado, encontrándose mayoritariamente en niveles A2 (36.33% del total) y B1 (34.53%).
El Programa de Cooperación Territorial para la Mejora de la Competencia Digital Educativa 2021-2024 (PCT #CompDigEdu 21-24) dependiente del Ministerio de Educación y Formación Profesional -alineado con el Plan de Acción de Educación Digital 21-27 de la Comisión Europea- tiene como objetivo que para el curso 2022/23 la totalidad de los centros cuenten con una herramienta de diagnóstico de su competencia digital y de un Plan Digital. Como queda dicho, en Andalucía esta cultura de autoevaluación, diagnóstico y elaboración del Plan, así como las herramientas correspondientes, ya existen y se han puesto a disposición de todos los centros que imparten enseñanzas no universitarias desde el curso 2019/20, aunque ha sido en el actual cuando de manera sistemática[1] se han extendido y se han hecho obligatorias para poner en marcha el proceso de transformación digital educativa, mucho más ambicioso que otras iniciativas previas tales como los Proyectos de Centros TIC y Dig, o el Plan de Escuela TIC 2.0.
En este sentido, Andalucía se convertido en punta de lanza de la #TDE, gracias en buena medida a la disponibilidad de un sistema de información como Séneca, que a su potencia añade la garantía y seguridad en la protección de datos. Implementar y hacer llegar a la totalidad de los centros las mencionadas herramientas, a la que se suma el test CDD supone tener avanzado un trecho importante del camino, pero queda lo fundamental: conseguir que este proceso sea de calidad y eficaz para la mejora de los aprendizajes, que es el objetivo último. Para que esto sea posible deben confluir una serie de actuaciones, algunas ya iniciadas, tales como:
REA: el proyecto de elaboración de REA[2] debería ser conocido por todo el profesorado: qué son, cómo se usan, dónde localizarlos, cómo se elaboran y, sobre todo, qué importancia pueden tener en el quehacer docente.
Metodologías y evaluación: activas, competenciales, que incentiven el protagonismo del alumnado y propicien aprendizajes de calidad y perdurables, en un entorno de retroalimentación que incluya la auto y coevaluación, y en las que se integren las tecnologías para conseguir ese mismo objetivo.
Equipamiento racional y adecuado según la etapa educativa y tipología de enseñanza, en el que debe primar la sostenibilidad y la disminución de la brecha digital, ya sea de acceso o de uso.
Gestión de espacios para que el entorno -que nunca es neutro- facilite y propicie la vida escolar; si se consigue que el centro sea un lugar al que se quiere acudir, donde el trabajo sea el incentivo diario y en el que los logros se visibilizan y los errores -inevitables- motivo de aprendizaje, se habrá dado un gran paso para remediar el elevado abandono escolar que sufre el sistema educativo andaluz.
Inclusión en su más amplio sentido: de género, de capacidad y cultural. Que permita que el alumnado dé lo mejor de sí mismo, sin miedo a atender a las altas capacidades y a cualquier tipo de diversidad, siempre enriquecedora.
Y lo más importante, cambios en la cultura docente que lleven al trabajo en equipo, el compromiso con la educación y su significado. Esto implica cambios en los horarios y en la función del profesorado, que adquiere también un papel protagonista como experto en su campo, dentro de un proceso de formación y mejora continua interdireccional (no solo de cursos vive el personal docente), que tenga en cuenta el aprendizaje entre iguales dentro y fuera del centro y propicie el desarrollo de la carrera profesional.
Y todo ello encaminado a que los centros educativos sean motor de cambio y que se conviertan en organizaciones que aprenden y mejoran, que no reproduzcan mecánicamente modelos obsoletos o inadecuados.
El objetivo último sería que la innovación educativa, entendiendo como tal las actuaciones novedosas que aporten valor a los aprendizajes, no sea monopolio de un grupo selecto del profesorado, sino que se normalice dentro de las tareas docentes.
Gracias por el trabajo desarrollado durante estos “tiempos extraños” que hemos vivido, a todas las personas desde sus diversos puestos y funciones; queda mucho por hacer pero, a poco que elevemos la mirada del día a día, cualquier objetivo que se plantee será no solo conseguido sino superado, porque la calidad humana y profesional de quienes forman parte de las comunidades educativas lo permiten de sobra. Podemos y debemos hacerlo mejor.
Autoría:
Carmen Fernández Romero.
Profesora de Geografía e Historia en el IES Juan de Mairena (Mairena del Aljarafe, Sevilla).
Actualmente, Jefa del Departamento de Informática Educativa del Servicio de Innovación Educativa (Dirección General de Formación del Profesorado e Innovación Educativa).
[1]Instrucciones de 31 de julio de 2020
[2]Resolución de 3 de marzo de 2021.