Hoy en día, no es raro encontrar, cada vez, más niños cuya personalidad es totalmente controladora y mandona y pretenden controlar a los padres en todo momento. No son niños llamados «emperador» sino que pueden ser niños tranquilos que no muestran un comportamiento extremo y es por eso por lo que, a primera instancia, no se puede prever que estemos ante un niño de este tipo.

Los niños, muchas veces suelen poner en práctica algunas artimañas para salirse con la suya pero, lo malo es cuando los niños intentan controlar a los padres, metiéndose en temas de adultos e, incluso, haciendo que los padres se conviertan en unas simples marionetas.

¿Qué tendrías que hacer para intentar para el comportamiento de tu hijo si es este? 

Muchas veces, el niño es controlador porque le faltan límites y normas en su educación. Es decir, es así porque se le ha permitido serlo en todo momento, haciendo que, incluso, lleguen a tomar el control de la casa.

Asimismo, otros niños son controladores porque han aprendido de sus padres, así que lo mejor sería intentar no dar este ejemplo.

A la hora de criar a tus hijos, no debes hacerlo con miedo a que opinen sobre temas pero tampoco no criar a niños mandones que quieran dirigirte en todo momento. Por eso, para lograr el punto medio, lo mejor es dejar al niño un espacio para que opine y decida pero, dejándole claro que las decisiones importantes las toman los padres.

niños cabreados con padres

Otra cosa que puedes observar en unos niños mandones es que intentan castigar a sus hermanos. Si esto ocurriera, debes apartarle de la situación de forma inmediata y cuando esté tranquilo, dejarle claro que no se le permitirá que ejerza de padre con sus hermanos.

Como consejo, para que tu hijo no te controle, debes enseñarle a que no se salga siempre con la suya, ayudándole, por lo tanto, a manejar la frustración y que aprenda a aceptar un no por respuesta.

Lo que tienes que tener claro es que los hijos tienen su propia personalidad, su forma de ser y, cuando la están forjando, la curiosidad por saber dónde están los límites es algo que se hará cada vez más latente. Es por eso por lo que, para establecerlos, es desafiarte a los padres, echarles un pulso, como queriendo decir «aquí estoy yo», así que los padres, cuando sus hijos le hagan esto, también deben ser firmes y hacerles ver lo mismo, el que «aquí estoy yo» ya que, la principal tarea de los padres a la hora de educar a sus hijos es dejar bien claro que los límites los ponen ello y no los más pequeños de la casa, algo que muchos padres obvian y luego, acaba ocurriendo que sus hijos “se le montan a la chepa”, como vulgarmente se dice.

Como ves, el hacer que los niños no manden sobre los padres es algo muy sencillo, a priori, pero que, luego, se convierte en una ardua tarea que requiere de esfuerzo diario y durante todas las horas del día.