El ajedrez como elemento transformador en el IES Ciudad Jardín

Los programas para la innovación educativa son herramientas para la mejora no solo de la motivación y del aprendizaje, es un elemento transformador del aula. Prueba de ello es el resultado que la implantación del programa AulaDjaque ha tenido en el IES Ciudad Jardín durante este curso 2022/23.
El coordinador del programa nos cuenta su experiencia:
Mi nombre es Óscar Lisbona Roldán y soy profesor de Educación Física en el IES Ciudad Jardín, de Málaga capital. El centro es de Educación Compensatoria y en él estudian alumnos y alumnas de nivel social, cultural y económico medio. Cerca del Centro existe una barriada humilde. En el mismo coexisten la ESO y el Bachillerato, siendo dos etapas totalmente distintas, ya que en la segunda de ellas acude el alumnado de otros centros de Educación Secundaria adscritos y cuya finalidad es continuar en años posteriores en la etapa universitaria.
Este curso al ver que no había nadie como coordinador de este programa, me ofrecí a llevarlo a cabo con la intención de promover este deporte, pero sobretodo, sabiendo que la práctica del mismo podría resultar beneficiosa para mejorar la concentración, atención, memoria… de estos niños que manifiestan algunos problemas académicos y de conducta, como así lo reflejan la alta cantidad de partes de disciplina existentes.
En un principio, me costó trabajo poner en funcionamiento el programa, no por el Centro ni por los profesores, pues no dudaron en brindarme todo su apoyo y todos los medios a su alcance para que llevar a cabo este objetivo. Ya existían bastantes recursos en el centro, tanto tableros como piezas de ajedrez, y me facilitaron un espacio en la biblioteca para empezar con el programa. Tras realizar una campaña de difusión por las clases, me encontré que en la primera semana sólo iban a jugar allí un par de niños a los que medio convencía para que vinieran a echar alguna partida. Tras observar que muchos de sus compañeros y compañeras se concentraban en el hall del centro en el recreo y en las pistas exteriores, decidí ubicarme en un espacio del hall.
Allí se realizaban diversas actividades como jugar al pin-pong y otros juegos de mesa. Empecé por dos jugadores, a pesar de que en el centro había 14 tableros. Era la primera vez que llevaba a cabo un programa, pero intuía que allí el ajedrez no era muy conocido, ni mucho menos practicado. Y así empecé la primera semana, con sólo dos jugadores que acudían fielmente en todos los recreos. A la siguiente semana se fueron acercando más niños a curiosear. Como veía que fueron varios días lo que lo hicieron, saqué dos tableros más y les invité a echar una partida. Ellos me contestaron que les gustaría jugar pero que no sabían. Los senté a todos ellos junto a mí y empezaron a jugar bajo mis orientaciones. Hoy forman parte del conjunto de niños que acuden todos los recreos a echar su partida diaria.
Todo este proceso se repitió varias semanas, que acompañado por los días de lluvia en los que los alumnos y alumnas no podían salir al patio, ha provocado que actualmente, haya habilitado un espacio grande, ampliado en varias ocasiones, con mesas y sillas y 13 o 14 tableros de ajedrez que ya existían de años anteriores, y con la intención de hacer un campeonato próximamente. Como hay tantos tableros, puede ser que algún día, queden algunos libres, por lo que he aprovechado para sentarme yo y jugar con algún niño y para invitar a compañeros y compañeras a hacerlo. Incluso, han pasado por allí algunos miembros de la junta directiva.
Conforme fue evolucionando en el tiempo el programa, aquellos alumnos que ya sabían jugar de antes, han ido adquiriendo otras funciones logísticas, como la de preparación de los tableros, porque a pesar de mi discapacidad que me impide moverme con soltura, intento preparar todos los tableros antes de que los niños lleguén, para que así dispongan de más tiempo para jugar
Estoy encantado de la acogida que ha tenido entre el alumnado y de la inestimable ayuda que he tenido entre todo el claustro y junta directiva para llevar a cabo el mismo. Sin sus apoyos, esto no hubiera sido posible. AHORA, ME QUEDA LO MÁS DIFÍCIL, MANTENER EL MISMO GRADO DE ATENCIÓN Y DE PARTICIPACIÓN SOBRE LO CONSEGUIDO.
Mis recomendaciones:
1. Mostrar un carácter abierto con todo el alumnado, invitando al mismo a participar y a disputar una partida, aunque no sepan jugar porque muchos de ellos sienten vergüenza por no saber jugar y les da miedo sentarse y que otros vean que no tiene ni idea. Sentándolo a nuestro lado y moviendo piezas conjuntamente con nosotros disminuye su responsabilidad en el error y su verguenza por no saber los movimientos de cada pieza. Por mi experiencia, si existe sólo un alumno que quiere jugar pero que no sabe, puede ocurrir que no quiera sentarse y delatar esto ante todos los que les están observando en ese momento, por lo que hay que crear un clima positivo y de rechazo ante cualquier discriminación, insulto o burla.
2. Decorar no solo el sitio donde se juega, sino también los alrededores.
3. Promocionar este deporte con carteles, fotos, web del centro…
Conclusión: El ajedrez amplia la oferta de actividades del centro a las que no llegan las actividades deportivas, ya que no todo el alumnado tiene, quiere o sabe jugar a las actividades deportivas. Y además, el ajedrez es un deporte que no requiere movimiento y si una clara función cognitiva.
Un saludo