Inundaciones en Málaga: Un Desafío Histórico y su Impacto en el Patrimonio.

Aspecto que ofrecía la calle Torrijos (actual calle Carretería) después de la riada de 1907 en Málaga, España. El lodo que dejó la riada se elevaba en algunos sitios a más de un metro de altura. La que alcanzó el agua está marcada, por sus mismas huellas, en las fachadas de las casas.
Málaga, con su ubicación privilegiada en la costa mediterránea, ha sido testigo de algunos de los eventos climáticos más devastadores a lo largo de los siglos: las inundaciones. Estas catástrofes naturales no solo han afectado la vida diaria de los malagueños, sino que también han dejado huella en su patrimonio cultural, desde el casco antiguo hasta sus monumentos más emblemáticos. A continuación, haremos un recorrido por la historia de las grandes inundaciones que han golpeado la ciudad y el impacto que han tenido en su paisaje urbano.
Una Ciudad a Merced del Agua
La geografía de Málaga, con su proximidad al mar y su cercanía a ríos como el Guadalmedina y el Guadalhorce, ha hecho de la ciudad un blanco fácil para las crecidas. El río Guadalmedina, que atraviesa el corazón de Málaga, ha sido el protagonista de muchas de las grandes inundaciones. Cuando llueve de forma intensa, este río puede convertirse en una amenaza, desbordándose y anegando calles, plazas y edificios históricos.
A lo largo de los siglos, Málaga ha sufrido muchas inundaciones devastadoras, algunas de las más notables son:
Siglo XVII
- Inundación de 1628: Esta fue una de las primeras grandes inundaciones documentadas en Málaga. Se produjo debido a lluvias torrenciales que desbordaron el río Guadalmedina, causando destrucción en gran parte de la ciudad. La falta de infraestructuras adecuadas empeoró los efectos del desastre.
Siglo XVIII
- Inundaciones de 1764 y 1784: Durante este siglo, Málaga experimentó varias inundaciones importantes. En 1764, una crecida del Guadalmedina arrasó con viviendas y cultivos. En 1784, una nueva inundación provocó graves daños y dejó numerosos muertos.
Siglo XIX
- Inundación de 1803: Considerada una de las más destructivas en la historia de la ciudad. Se desbordaron tanto el río Guadalmedina como el Guadalhorce, causando enormes destrozos en la ciudad y sus alrededores.
- Inundación de 1821: Esta fue una de las peores inundaciones del siglo XIX, conocida como “La riada de San Pedro”. Causó la muerte de más de 1.000 personas y destruyó gran parte del casco histórico de Málaga. El desbordamiento del Guadalmedina fue tan violento que arrasó con puentes, casas y edificios públicos.
- Inundaciones de 1860 y 1881: Ambas causaron daños significativos, sobre todo en los barrios cercanos al río Guadalmedina. Estas inundaciones llevaron a los primeros intentos de canalizar el río para evitar desbordamientos.
Siglo XX
- Inundación de 1907: Conocida como “La Gran Riada”, esta inundación fue una de las peores del siglo XX. Ocurrió el 24 de septiembre de 1907 y dejó más de 20 muertos y numerosos damnificados. El río Guadalmedina se desbordó de forma catastrófica, anegando gran parte de la ciudad y provocando un enorme daño material. Este desastre llevó a la construcción del Embalse del Agujero, como medida de prevención.
- Inundaciones de 1957 y 1989: Durante este periodo, Málaga sufrió varias inundaciones menores, aunque causaron daños en infraestructuras y viviendas.
Siglo XXI
- Inundación de 2012: El 28 de septiembre de 2012, una tormenta torrencial afectó a Málaga y a gran parte de la Costa del Sol, causando inundaciones en varios barrios de la ciudad. El sistema de drenaje se vio desbordado y las calles se convirtieron en ríos improvisados, con numerosos coches arrastrados por la corriente.
- Inundaciones de 2018: En octubre de 2018, una fuerte tormenta provocó inundaciones en toda la provincia de Málaga, especialmente en la localidad de Campillos, donde el agua alcanzó niveles alarmantes. Los daños fueron cuantiosos y las autoridades se vieron obligadas a movilizar equipos de emergencia para rescatar a los afectados.
El Impacto en el Patrimonio de la Ciudad
Málaga no solo sufrió pérdidas materiales y humanas, sino que también vio afectado su patrimonio histórico y cultural. Con su rica historia y su legado arquitectónico, es hogar de monumentos icónicos que han resistido el paso del tiempo. Sin embargo, las recurrentes inundaciones han representado un gran desafío para la conservación de estos tesoros culturales. A continuación, exploramos cómo las grandes crecidas del río y las lluvias torrenciales han afectado a los monumentos más emblemáticos de la ciudad.
La Catedral de Málaga: “La Manquita” en Apuros
La Catedral de Málaga, conocida popularmente como “La Manquita” por su torre sur inacabada, es una obra maestra del Renacimiento y el Barroco. Sin embargo, su historia ha estado marcada por numerosos daños provocados por inundaciones. Durante la gran riada de 1907, el agua llegó a los cimientos de la catedral, causando filtraciones y debilitando su estructura. Las paredes inferiores, en contacto con el nivel freático, han sufrido en varias ocasiones problemas de humedad, lo que ha acelerado el desgaste de la piedra y ha requerido constantes trabajos de restauración.
El Teatro Romano: Testigo Silencioso de las Riadas
El Teatro Romano de Málaga, descubierto en 1951, es uno de los monumentos más antiguos de la ciudad, datando del siglo I a.C. Su proximidad al cauce del río Guadalmedina lo ha expuesto repetidamente a las crecidas. En varias ocasiones, el agua ha cubierto la cávea (gradas), provocando erosión y desplazamiento de las piedras. Durante la gran riada de principios del siglo XX, se reportaron daños significativos, con el agua infiltrándose entre los bloques de piedra y afectando la estabilidad de la estructura.
La restauración del teatro ha incluido medidas para protegerlo de futuras inundaciones, como el refuerzo del drenaje en su entorno. Sin embargo, sigue siendo un monumento vulnerable debido a su ubicación y su antigüedad.
La Alcazaba y el Castillo de Gibralfaro: Fortaleza en Riesgo
La Alcazaba de Málaga, una fortaleza palaciega de la época musulmana, y el Castillo de Gibralfaro, situado en lo alto de la colina, también han sufrido las consecuencias de las lluvias torrenciales. Aunque su posición elevada los protege de las inundaciones directas, las fuertes lluvias han causado deslizamientos de tierra que han afectado sus murallas. En particular, la ladera que conecta ambos monumentos ha experimentado desprendimientos, poniendo en peligro tanto a los visitantes como a la integridad de las estructuras.
En la Alcazaba, los sistemas de drenaje construidos originalmente para canalizar el agua han sido insuficientes en eventos climáticos extremos. En varias ocasiones, los caminos internos han quedado inundados, afectando tanto a los jardines como a las áreas arqueológicas.
El Convento de San Agustín y los Edificios Históricos del Centro
El Convento de San Agustín, un edificio del siglo XVI ubicado en el casco antiguo de Málaga, es otro ejemplo de patrimonio afectado por las crecidas. Durante las inundaciones del siglo XIX, el agua llegó hasta la entrada del convento, dañando el claustro y los frescos que decoraban sus paredes. Las filtraciones de agua contribuyeron al deterioro de la estructura, acelerando su desgaste y requiriendo intervenciones de conservación.
Asimismo, muchos de los edificios históricos del centro de Málaga, con sus calles estrechas y pavimentos antiguos, han experimentado daños significativos. La Plaza de la Constitución y la Calle Larios, que forman parte del corazón comercial e histórico de la ciudad, han sido anegadas en numerosas ocasiones, afectando tanto a los edificios como al comercio local. Las baldosas y los adoquines han tenido que ser reemplazados tras episodios de lluvias intensas, y algunos edificios han requerido trabajos de restauración para reparar los daños en sus fachadas.
El Impacto en el Patrimonio Industrial: La Antigua Tabacalera
No solo los monumentos históricos han sufrido; la Antigua Tabacalera, un edificio industrial emblemático de principios del siglo XX, también ha sido víctima de las inundaciones. Durante su uso como fábrica, las crecidas afectaron los almacenes y las áreas de producción, lo que llevó a implementar sistemas de drenaje adicionales. Hoy en día, como espacio cultural, sigue siendo vulnerable a las lluvias torrenciales, aunque se han hecho esfuerzos para mejorar su protección.
La Importancia de Proteger el Patrimonio de Málaga
Hoy en día, Málaga ha aprendido de su historia y ha tomado medidas para minimizar los riesgos de inundación. La canalización del río Guadalmedina y la construcción de embalses como el del Agujero y el Limonero han sido pasos clave para reducir el peligro de desbordamientos. Además, el sistema de drenaje urbano ha mejorado notablemente, permitiendo manejar mejor las lluvias intensas que suelen afectar la región, especialmente durante los meses de otoño e invierno.
A pesar de estas mejoras, el cambio climático ha aumentado la frecuencia y la intensidad de las tormentas, poniendo a prueba las infraestructuras de la ciudad. El riesgo de inundaciones sigue presente y, con ello, el peligro para los monumentos y el patrimonio histórico de Málaga.
En definitiva, Málaga nos recuerda que la naturaleza puede ser implacable, pero también es una fuerza que impulsa el cambio y la adaptación. En este aniversario de las trágicas inundaciones de antaño, es un buen momento para reflexionar sobre la importancia de la conservación del patrimonio y la preparación para los desafíos del futuro.