EL CASTILLO DE SANTI PETRI

El islote de Sancti-Petri corresponde al extremo sur de San Fernando y se halla en la desembocadura meridional del caño que le da nombre. En la antigüedad se encontraba ubicado en la misma isla de Kotinoussa (isla de San Pedro) que junto con Antípolis (Isla de León) formaban las antiguas Islas Gadeiras hoy desaparecidas como tales. 

Según los geógrafos antiguos era el emplazamiento del famoso Templo de Hércules, también llamado Herakleion (asimilado del Melkart/Melqart fenicio), uno de los santuarios más importantes de Mundo Antiguo.

Según el historiador latino Pomponio Mela bajo el templo estaban enterrados los restos del dios mitológico, de ahí su gran fama. Las fuentes histográficas clásicas relatan que muchos personajes célebres, ilustres por sus hazañas o su nobleza visitaron este templo. Tito Livio narra, en su obra «Décadas», que Anibal arribó a la isla para ofrecer al dios sus votos antes de emprender la conquista de Italia. En este santuario, Julio Cesar tuvo un sueño que le predecía el dominio del mundo después de haber llorado ante el busto de Alejandro Magno por haber cumplido su edad sin haber alcanzado un éxito importante. 

Durante la época romana persistió la fama del templo que alcanzó máximo esplendor en tiempos de Trajano

El templo comenzó su decadencia en el siglo IV hasta perder su pasada grandeza por completo durante el dominio visigodo. Sufrió ataques y destrucciones, la acción del mar, la explotación de canteras de piedra ostionera y las sucesivas ocupaciones que sobre él se han ido desarrollando, por lo que prácticamente el santuario ha desaparecido. Su existencia la constata los hallazgos arqueológicos y los textos griegos y latinos, reafirmados desde el siglo XVI por historiadores y eruditos.

El nombre actual proviene de su consagración al culto cristiano de San Pedro (Sancti Petri).

Desde principios de nuestro siglo importantes hallazgos arqueológicos denotan la relevancia que debió tener el santuario: un emperador romano divinizado, de gran tamaño (1905); una estatuilla de bronce representación de la fama dirigiendo una cuadriga; una gran estatua thoracata de bronce, hallada en Rompetimones en 1925.

En el siglo XIII, el almirante genovés Benedetto Zacarías construyó una torre en el islote, durante la reconquista de Cádiz.

El castillo es un conjunto de edificaciones levantadas a partir del siglo XVI y sobre todo del siglo XVIII, como baluarte defensivo contra los ataques de piratas, poco antes de ser duramente bombardeado por el ejército francés de 1810 a 1812 durante la Guerra de la Independencia. Durante estos años fue usado ocasionalmente como prisión como lo atestiguan los informes secretos del Marqués de Villel a Martín de Garay en 1809 en los que hay referencias a varios presos políticos en él recluidos. Posteriormente en 1823 durante el segundo bloqueo francés fue el escenario de frecuentes escaramuzas siendo brevemente ocupado por los franceses.

En 1918 se instaló en la torre del homenaje un faro eléctrico que, además de servir de baliza al islote, actúa de recalada para la entrada al caño donde se encuentra el puerto deportivo

En el año 2010 culminaron las obras de restauración que cambiaron el aspecto ruinoso del baluarte y que le ha permitido ser un reclamo turístico para la zona, con excursiones desde San Fernando y Chiclana.

Fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento.

En 1993 la Junta de Andalucía otorgó un reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Autónoma de Andalucía.

En el año 2005 el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) dictamina que el islote y su castillo pertenecen al término municipal de San Fernando tras años de litigios con diferentes administraciones.

 

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