Taller de Primeros Auxilios.

La vida de los niños se encuentra llena de aventuras que brotan de su enorme imaginación; no es para menos, ya que el juego es el método a través del cual conocen su entorno y desarrollan capacidades para relacionarse con los demás. Pero, en medio de su ir y venir incesante los pequeños se encuentran expuestos a distintos accidentes, por más precauciones que se tengan.

Por este motivo, y para evitar tragos amargos, es de gran utilidad que los docentes y padres sepan cómo actuar en caso de que esos momentos angustiosos se presenten, pues deben conservar la calma y la cordura para ayudar a los accidentados con rapidez y efectividad, en vez de alarmarlos o complicar más la situación.

Podemos definir primeros auxilios como “las técnicas y procedimientos inmediatos y limitados que se brindan a quien lo necesita, debido a un accidente o enfermedad repentina”.

Su carácter inmediato radica en su potencialidad de ser la primera asistencia que esta víctima recibirá en una situación de emergencia, y limitado porque de todas las técnicas, procedimientos y concepciones que existen en la Medicina de emergencias solo utiliza una pequeña parte de estas, en nuestro caso, los docentes o padres nunca debemos pretender reemplazar al personal médico. Hemos de activar el sistema de emergencia:

  • Proteger: (prevenir la agravación del accidente). Es necesario ante todo retirar al accidentado del peligro sin sucumbir en el intento.
  • Alertar: la persona que avisa debe expresarse con claridad y precisión. Decir desde donde llama e indicar exactamente el lugar del accidente.
  • Socorrer: hacer una primera evaluación:
    • Comprobar si respirar o sangra.
    • Hablarle para ver si está consciente.
    • Tomar el pulso (mejor en la carótida), si cree que el corazón no late.

 Se hace necesario esta formación para:

  • Un conocimiento general de los aspectos más relevantes de la prevención de riesgos.
  • Pautas para promover la seguridad, prevención de accidentes y primeros auxilios en las actividades habituales.
  • Enseñanza de la Reanimación Cardio-Pulmonar (RCP) al profesorado.
  • Los medios audiovisuales que serán un gran apoyo.

No debemos olvidar que en todo centro escolar y en casa deberá existir un equipo de primeros auxilios y/o botiquín.

Estas serían las bases para un correcto punto de partida. A continuación haremos referencia a los principios generales de primeros auxilios a tener en cuenta por parte de los docentes de un centro de enseñanza.

  1. Principios generales de primeros auxilios.

1.1.     Botiquín básico

Un botiquín escolar debe tener como mínimo los siguientes elementos:

  • 1 Envase de agua oxigenada (250 ml).
  • 1 Envase de polividona yodada (100 ml).
  • 1 Envase de tul engrasado.
  • 1 Envase de pomada para quemaduras.
  • 1 Envase de gasas estériles de 20×20.
  • 4 Vendas (2 vendas de 5×5 y 2 vendas de l0xl0).
  • 1 Rollo de esparadrapo.
  • 1 Envase de tiritas.
  • 1 Torniquete o goma para hacer compresión.
  • Guantes estériles de un solo uso.
  • 1 Pinza y 1 tijeras.
  • 1 Envase de pomada antiinflamatoria.
  • 1 Envase de analgésico paracetamol.

1.2.     Obstrucción de las vías respiratorias

  1. Si el alumno está consciente: se le estimulará para que tosa y, si no elimina el cuerpo extraño, realizaremos la maniobra de Heimlich, según se detalla seguidamente:
  • El reanimador se situará de pie y sujetará al alumno por detrás, pasando los brazos por debajo de las axilas y rodeando el tórax.
  • Colocaremos las manos sobre el abdomen (boca del estómago) y efectuaremos 5 compresiones hacia arriba y atrás.
  • Esta maniobra debe repetirse hasta que el alumno expulse el cuerpo extraño.
  1.  Si el alumno está inconsciente
  • Examinar la boca y eliminar el cuerpo extraño sólo si es accesible.
  • Abrir la vía aérea y comprobar la respiración.
  • Si no respira, efectuar 5 insuflaciones de rescate.
  • Si no se mueve el tórax, realizar 5 compresiones abdominales (maniobra de Heimlich).
  • Colocar al alumno boca arriba, con la cabeza hacia un lado y la boca abierta.
  • Colocarse a horcajadas sobre sus caderas.
  • Colocar el talón de una mano por encima del ombligo y por debajo del esternón. Colocar la otra mano sobre la primera cogiéndose la muñeca. Así realizaremos 5 compresiones sobre el abdomen hacia dentro y hacia arriba. Repetiremos toda la secuencia hasta que se consiga eliminar la obstrucción.

1.3.     Pérdida de conocimiento

  • En cuanto el alumno note los síntomas premonitorios, colocarle boca arriba con las piernas elevadas.
  • Aflojar la ropa. Si existe pérdida de conocimiento, colocar en posición de seguridad, manteniendo la apertura de la vía aérea.

Posición de seguridad.

  • Evitar aglomeraciones en torno al afectado.
  • Tranquilizarle tras su recuperación, esperando a que sea completa.

1.4.     Fiebre

  • Mantener al alumno lo menos abrigado posible y apartarlo de cualquier fuente de calor.
  • Administrarle agua o líquidos azucarados: zumos…
  • Acudir a un centro sanitario.

1.5.     Convulsiones

Ante un alumno diagnosticado de epilepsia o de crisis febriles. El equipo directivo del centro contará con el informe médico, su tratamiento, normas básicas de actuación y medicación, así como la autorización expresa de los padres para asistirle en caso de necesidad hasta que pueda ser atendido por personal sanitario.

  1. Mantenerle tumbado evitando que se golpee con los objetos que le rodean.
  2. Evitar la mordedura de la lengua interponiendo un pañuelo entre los dientes.
  3. Si coincide con fiebre, llamar por por teléfono a emergencias.

1.6.     Dolor abdominal

  • Tranquilizar al alumno, buscarle un ambiente adecuado, colocarle en una postura más cómoda y facilitarle el acceso al cuarto de baño si lo precisa.
  • Si el dolor es intenso, si se asocia a ansiedad, sudoración, palidez, náuseas o vómitos, si está bien localizado, o provoca quietud absoluta acudir a un centro sanitario.

1.7.     Hemorragia

  1. Heridas
    1. Ante todo, hacer una cuidadosa limpieza de la zona afectada con suero fisiológico o agua del grifo «a chorro» suave.
    2. Limpiar con una gasa y una solución antiséptica (povidona yodada o clorhexidina), siempre de dentro hacia fuera de la herida.
    3. Cubrir la herida con una gasa estéril y esparadrapo.
    4. Ante un corte extenso, después de la limpieza valorar la realización de sutura (puntos).
    5. Si continúa sangrando, comprimir la herida con gasas para evitar la hemorragia.
  2. Hemorragia nasal
    1. Apretar el lado de la nariz que sangra (normalmente a los dos minutos ha dejado de sangrar).
    2. Si no cesa el sangrado, coger una gasa, doblarla en forma de acordeón empapada en agua oxigenada e introducirla lo más profundamente posible en la fosa nasal que sangra, dejando siempre parte de la gasa fuera para poder extraerla después.
    3. Aplicar compresas frías o hielo en la parte posterior del cuello, inclinar la cabeza hacia delante, para impedir que se trague la sangre.

1.8.     Contusiones y fracturas

  • Contusión
    1. Aplicar frío local, sin contacto directo con la piel (envuelto en un paño).
    2. Si afecta a una extremidad, levantarla.
    3. En aplastamientos intensos debe inmovilizarse la zona afectada, como si se tratara de una lesión ósea.
  • Esguince
    1. Aplicar frío local.
    2. Levantar la extremidad afectada y mantenerla en reposo.
    3. No mover la articulación afectada.
  • Luxación
    1. Aplicar frío local.
    2. Dejar la articulación tal y como se encuentre la extremidad. No movilizar.
  • Fractura cerrada
    1. Aplicar frío local.
    2. No tocar la extremidad. Dejarla en reposo.
  • Fractura abierta
    1. No introducir el hueso dentro de la extremidad.
    2. Cubrir la herida con gasas estériles o paños limpios y, preferiblemente, humedecidos.
    3. Aplicar frío local.
    4. No tocar la extremidad. Dejarla en reposo.

1.9. Otros casos

Para otros casos menos frecuentes que se nos puedan presentar como por ejemplo: crisis asmáticas, reacciones alérgicas, alumnos diabéticos, o cualquier otro diagnóstico, los padres, tutores o responsables directos deben informar al director del centro, y proporcionar una fotocopia del informe médico, su tratamiento, normas básicas de actuación y medicación, así como su autorización por escrito para que se le asista o administre la medicación en caso de necesidad hasta que pueda ser atendido por personal sanitario.

  1. Protocolo de reanimación cardio-pulmonar (RCP).

Antes de realizar cualquier maniobra de reanimación, debemos atender a este protocolo de actuación:

Método Oral Boca a Boca

Consta de 2 tiempos:

  • 1º. Preparación para la respiración.
  • 2º. Práctica de la respiración.

1º.     Preparación para la respiración

  1. Tender a la víctima boca arriba sin almohada. Si vomitara agua o alimentos, torcer la cabeza hacia un lado mientras devuelve.
  2. Aflojar (o rasgar si es preciso) las ropas de la víctima que opriman la garganta, el tórax o el abdomen.
  3. Inspeccionar rápidamente la boca para sacar de ella cuerpos extraños si los hubiera, incluidas las dentaduras postizas.
  4. Si la víctima se hubiera atragantado con algo, volverla de costado y darle fuertes golpes con la mano en la espalda, entre las paletillas, Si no expulsa el cuerpo extraño, practicar el método de Heimlich, descrito anteriormente.

2º.     Práctica de la respiración

Arrodillado junto a la víctima.

  1. Coloque una mano en la nuca, la otra en la frente; procure elevar la de la nuca y empujar con la de la frente, con lo que habrá conseguido una buena extensión de la cabeza.
  2. Sin sacar la mano de la nuca, que continuará haciendo presión hacia arriba, baje la de la frente hacia la nariz y con dos dedos procure cerrarla totalmente. Inspire todo el aire que pueda, aplique su boca a la de la víctima y sople con fuerza.
  3. Retire su boca y compruebe si sale el aire que usted insufló por la boca del accidentado. Si no sale es que no entró por no estar bien colocada la cabeza.
    Extiéndala más, echando más hacia atrás la frente y compruebe que entra el aire, viendo cómo se eleva el pecho del accidentado cuando usted insufla aire.
  4. Repita las insuflaciones cada 5 segundos (unas 12 ó 14 por minuto).

Masaje Cardíaco Externo

Si además de que no respira y está inconsciente, se observa que el accidentado está muy pálido, carece de pulso en la muñeca y cuello, tiene las pupilas dilatadas y no se oyen los latidos cardíacos, es muy probable que se haya producido una parada del corazón, por lo que se debe proceder a practicar, además de la respiración artificial boca a boca, el masaje cardíaco externo, con arreglo a la siguiente técnica:

La persona encargada de practicarlo se coloca de rodillas al lado de la víctima, aplicando la parte posterior de la palma de la mano entre las mamas. La palma de la otra mano se coloca sobre la de la primera, como se ilustra a continuación:

Se ejerce una presión firme y vertical al ritmo de 60 u 80 veces por minuto.

Al final de cada acto de presión se suprime éste para permitir que la caja torácica, por su elasticidad, vuelva a su posición de expansión.

Si la víctima es un niño el número de compresiones ha de ser mayor (100-110) y menor la presión a aplicar. Bastaría con una mano y si es un bebé con los dedos índice y corazón.

Lo ideal es que una persona realice la respiración boca a boca y otra, al mismo tiempo, el masaje cardíaco externo, realizando 30 compresiones esternales y 2 insuflaciones, efectuando esta en la fase de descompresión del tórax y no volviendo a comprimir hasta que no haya terminado la insuflación y así sucesivamente. Si es solamente una persona la que presta los auxilios, comenzará con la respiración boca a boca, realizando 5 insuflaciones, para continuar con la siguiente pauta:

  • 30 presiones esternales-2 insuflaciones
  • 30 presiones esternales-2 insuflaciones

Aproximadamente cada 2 minutos, hay que verificar la eficacia circulatoria tomando el pulso en la carótida.

Seguir hasta que llegue el soporte o que la víctima muestre signos de vida.

  1. Conclusión:Una persona con conocimientos en primeros auxilios sean básicos o avanzados puede ser crucial para asistir al herido hasta que llegue la atención profesional, ya sea en el cole, la calle, casa, etc. Los primeros auxilios pueden, en parte, reducir la magnitud de una lesión o emergencia.

Toda la Comunidad Educativa ha realizado la formación básica adecuada para aplicarla en caso de necesidad. Tanto los docentes como los padres del centro han participado de esta gran iniciativa en formación facilitada por nuestra coordinadora de Salud Rocío Moreno. En esta ocasión agradecemos al profesional sanitario Víctor Valseca la clase práctica impartida hoy, que nos ha resultado muy satisfactoria al tiempo que didáctica.

Reciban un saludo de la coordinadora de salud.

 

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