Este viaje esta siendo un gran punto de inflexión en mi vida
Soy Rubén Caler García, estudiante de segundo año del Grado Superior de Animación Sociodeportiva del IES La Rosaleda. Estoy haciendo mis prácticas en un club de tenis de Maserà di Padova, que es un pueblo cerca de Padua en Italia.
Cogí mi vuelo directo por tan solo 80€, y tras un corto viaje, me planté en Treviso, cerca de Venecia donde me recogió Alessandro, dueño del club de tenis donde hago mis prácticas.
Alessandro y su familia, al igual que los trabajadores del club de tenis, son muy amables. Tanto es así, que me han dejado una casa que no utlizaban, entera para mí. Totalmente gratuita para alojarme aquí.
Llevo dos semanas, y ya soy como un monitor del club más, entreno al tenis por las tardes a gente de todas la edades. Desde niños hasta adultos. Voy desde casa al club en bicicleta, o me llevan en coche.
Había jugado en toda mi vida 4 años al tenis, y eso es algo que me está sirviendo muchísimo para desenvolverme con facilidad.
Yo ya había vivido un año entero solo en Madrid, por estudios, por lo que muchas cosas que aprendes o te das cuenta cuando vives solo, no las he notado esta vez, ya que como he dicho no es mi primera vez viviendo solo. Aún así, el conocer gente y lugares nuevos siempre es una experiencia que recomendaría cien por cien.
En cuanto al idioma, entre el español, el italiano, el inglés, y los gestos y la sonrisa que son el idioma universal, me desenvuelvo perfectamente.
No soy una persona supersticiosa, pero este sábado, un monitor de tenis del club me llevó en su coche a visitar la ciudad de Padua y luego fuimos a cenar un Poké. Lo comimos en el coche y el monitor sacó de la bolsa dos paquetes de galletas de la suerte que nos habían regalado en el restaurante, que son unas galletas huecas que tienen en el interior un mensaje escrito. El mensaje estaba escrito tanto en español como en italiano, por lo que pude entenderlo perfectamente. Y de entre todos los mensajes posibles que me podían haber tocado, el mío ponía: «Hay cambios en el aire».
Como ya he dicho, no soy una persona supersticiosa, pero una cosa segura sí sé y es que este viaje no sé exactamente de qué manera, pero va a suponer un GRAN PUNTO DE INFLEXIÓN EN MI VIDA.