Stoá Poikilè

Mural de variedades (a la manera de la Stoá Poikilè)


Hermes de Praxíteles. Museo Arqueológico de Olimpia

 

El 26 de abril de 1877, el arqueólogo responsable de las excavaciones en Olimpia, se encuentra frente a frente con un hallazgo espléndido:  pacientemente su rasqueta ha sacado a la luz una hermosa estatua de 2,13 metros de altura en óptimo estado de conservación. El Hermes de Praxíteles.

Se cree que Praxíteles esculpió con ella al dios mensajero de los dioses sosteniendo en su brazo izquierdo al pequeño Dioniso y alzando con su mano derecha un racimo de uvas que hoy no podemos ver.

Ese vacío, en cambio, ¿no está en la mirada del pequeño dios, movido por un anhelo que se refleja en la mirada del dios Hermes, el conocedor de la mentira? ¿Que rayo de ese brillo invisible nos alcanza? ¿Cuál el engaño?


El mecanismo de Anticitera, una pequeña junto a Citera, fue descubierto en el mar en 1902. Es un complejo aparato tecnológico, del siglo II a.n.e., que daba cuenta de la posición de determinados cuerpos celestes y de los ciclos del sol y de la luna. Con él los antiguos calculaban con precisión las fases lunares y los eclipses;  registraban en sus engranajes las leyes físicas y matemáticas relacionadas con los movimientos y las órbitas de los planetas hasta entonces conocidos. Máquinas similares a ésta había ideado también Arquímedes, esferas para medir el tiempo, relojes primitivos, según las describe Cicerón. ¡Cómo se hubiera sentido el astrofísico alemán Kepler de haber tenido en sus manos esta pequeña «tablet» (πινακίδιον se llamaba a estos instrumentos, que significa precisamente «tableta») provista de calendarios celestes de época tan lejana!

Hay constancia, incluso, de que calendarios astronómicos semejantes eran conocidos y usados en época minoica, y de que en época arcaica se atribuyó a Cleóstrato de Ténedos (siglo VI a.n.e.) la invención de otro artilugio con el que se calculaban los ciclos de ocho años con que se fijaban las olimpiadas y otras fiestas panhelénicas. Y todos ellos fueron usados desde época antigua hasta finales de la Edad Media, por ejemplo para fijar la Pascua de la Resurrección.